VALÈNCIA. Hace dos semanas, Compromís modificó por tercera vez su Proposición No de Ley que instaba al Consell a implantar en la Comunitat Valenciana un impuesto a las bebidas azucaradas. Un gravamen que había generado un fuerte malestar entre los productores y despertado los recelos de los socialistas, que temían un coste electoral si implementaban este nuevo tributo con el sector empresarial en contra.
Ante estas reticencias, la coalición valencianista rebajó su propuesta para conseguir que saliera adelante cuando llegara a la comisión correspondiente de Les Corts. El nuevo texto ya no exigía la creación de un impuesto, sino que pedía la elaboración de un estudio previo sobre la necesidad de que este entrara en vigor, o no. Un cambio sustancial que en Podemos no están dispuestos a aceptar.
La formación morada que dirige Antonio Estañ registró este martes una enmienda a la PNL de Compromís para fijar negro sobre blanco. En el texto, recuperan de nuevo la implantación de este impuesto "sobre las bebidas azucaradas para dar cumplimiento a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS)". Además, también piden que se fomente una dieta saludable en los menús de comedores y centros públicos y se restrinja el acceso a máquinas de vending de alimentos y bebidas no recomendables según los criterios de la OMS.
La iniciativa de Compromís llegará este miércoles a la comisión de Sanidad de Les Corts y será la coalición valencianista la que, como impulsora de la propuesta, decida si acepta o no la enmienda de la formación morada. No obstante, todo apunta a que no lo hará porque los socialistas no son favorables y la intención del grupo que lidera Fran Ferri es que la proposición salga adelante.
La PNL que firma la diputada Isaura Navarro reúne una gran cantidad de acciones nuevas respecto a la propuesta original. Tanto es así, que quedarían divididas en dos fases. En la primera se pide que se elabore un Plan Integral de Lucha Contra la Obesidad Infantil para favorecer los buenos usos alimentarios que estudie las causas de las enfermedades derivadas de la mala alimentación, las medidas preventivas que se pueden adoptar, cómo promocionar hábitos saludables, e identifique a los colectivos más vulnerables para conocer sus necesidades de manera que las medidas a ejecutar sean efectivas.
Paralelamente, quieren que se impulsen campañas para fomentar el deporte igualitario e inclusivo y se facilite el acceso a actividades lúdico-deportivas a las que no todos los menores tienen acceso, ya que las horas extraescolares en la mayoría de centros son de pago. Además, proponen que los medios de comunicación incluyan espacios educativos sobre alimentación sana, se estudie cómo facilitar el acceso a productos saludables –mediante línea de ayudas a los productores u otras medidas–, y mejoren la alimentación en los comedores escolares promoviendo el consumo de fruta y mayor capacidad de decisión de los padres en la contratación de servicio de comedor.
Tras toda esta cantidad de acciones, llegaría la segunda fase. En la que todavía debería realizarse un estudio sobre la necesidad y oportunidad de que el impuesto a las bebidas azucaradas que no tengan aportación alimentaria entre en vigor. El objetivo de todo este paquete de medidas sería reducir el consumo de este tipo de líquidos. Eso sí, sin llegar a obligar a implantarla.