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ME QUEDA LA PALABRA / OPINIÓN

¡Patriotas!

Foto: EFE
23/11/2020 - 

 - “Quizá esté anticuada la idea de patriotismo, pero dónde hay un patriota hay un hombre honrado.

- No todos opinan así, señor. El doctor Johnson decía algo muy distinto sobre el patriotismo.

- Y se puede saber qué decía. […]

- Dijo que era el último refugio de los canallas.”

En su imprescindible película antibelicista Senderos de Gloria (1957), Stanley Kubrick pone en boca del coronel Dax (interpretado por el gran Kirk Douglas) una de las frases que mejor resume la manipulación y reduccionismo del término “patria” por aquellos que se apropian de él y lo utilizan para sus propios intereses.

Si ha habido un partido político en España que se ha arrogado la idea de patriotismo y la defensa de las esencias, de esa pretendida idea de una España uniforme, contra aquellos que quieren liquidarla, es el Partido Popular. Pero, como ocurre a menudo, el mínimo análisis histórico de los posicionamientos y decisiones adoptadas por el Partido Popular (y su antecesor Alianza Popular) en algunos de los momentos trascendentales de la historia democrática española evidencia las grietas de maniqueísmo y falacia de tal afirmación. 

31 de octubre de 1978. Votación en el Congreso de los Diputados de la Constitución Española.

El Rey Juan Carlos I sanciona la Carta Magna anteDoña Sofía y el entonces Príncipe de Asturias.

En aquella sesión histórica, de los diputados con los que contaba Alianza Popular, cinco votaron en contra de la aprobación de la Carta Magna (Gonzalo Fernández de la Mora, Alberto Jarabo, José Martínez Emperador, Pedro de Mendizábal y Federico Silva) y tres se abstuvieron. Entre estos últimos se encontraba Álvaro Lapuerta, tesorero del partido desde el año 1993 y antecesor de Luis Bárcenas en el cargo.

La causa esgrimida para negar su apoyo al texto constitucional fue la siguiente: “La referencia a la palabra ‘nacionalidades’ no la entendemos compatible con el principio de unidad de la Nación o de la nacionalidad española”. Vamos que se rompía España. El clásico de la derecha española.

12 de diciembre de 1992. Negociación del reparto de los Fondos de Cohesión europeos.

Con el proyecto europeo en cuestión y los Fondos de Cohesión en el aire, Felipe González acude a la Cumbre de Edimburgo para fijar la posición de España. Después de intensas negociaciones se consigue salvar el Tratado de Maastrich y se dota de presupuesto a los Fondos de Cohesión (con una imprescindible inyección económica para España).

Felipe González, durante una intervención en el Congreso.

Se esperaría el apoyo del principal partido de la oposición ante esta negociación trascendental para nuestro país. Nada más lejos de la realidad. Aznar acusaba a Felipe González de mantener una actitud mendicante ante Europa. En sus propias palabras, de ser un “pedigüeño” ante el resto de los estados miembro. Todo un patriota el señor Aznar.

30 de junio de 2005. Votación de la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo.

No hace falta ahondar demasiado en la posición del PP en esta cuestión. Oposición frontal desde la presentación del Anteproyecto, manifestaciones en las calles de la mano de la Conferencia Episcopal, veto en el Senado, votación en contra en el Congreso de los Diputados y recurso ante el Tribunal Constitucional. El pack completo de la oposición frontal.

Esta ofensiva “anti” queda condensada en las palabras de Manuel FragaLeyes asquerosas, ¿quién va a tener hijos en esas condiciones?” o de Monserrat NebredaEs como la unión entre dos hermanas, un perro y una señora o una señora y un delfín”.

Posteriormente, ilustres senadores populares hicieron uso de la Ley. Vaya paradoja.

ETA

Pero si existe un ejemplo de utilización del concepto patria para intereses partidistas y electorales, ese es el de la larga lucha contra el terrorismo etarra.

Por todos es conocido el acercamiento de presos etarras realizada por José María Aznar, sus palabras acerca del “Movimiento de Liberación Vasco” o su “generosidad” con la banda terrorista. En cambio, desde la oposición la línea a seguir debe ser radicalmente opuesta. Rescataré una frase del reconvertido en moderado eurodiputado popular Esteban González Pons que muestra esta máxima: “Las actas de ETA para el Gobierno de Zapatero son el Wikileaks de la posible traición de Zapatero a los españoles".

Esteban González Pons.

Lo que antes era “generosidad” popular ahora es “traición” perpetrada por los socialistas. Otro clásico.

He escogido estos ejemplos, pero son numerosos los momentos históricos en los que el Partido Popular, ante momentos clave de nuestro proceso democrático, decidió boicotear el avance de nuestro país acogiéndose a una idea de patria y de España en la que sólo tienen cabida quienes comparten su ideario.

Estos meses hemos visto al propio Casado alineándose con los países “frugales” que intentaron paralizar la aprobación de los fondos europeos de la lucha contra la covid, especialmente necesarios para países como España.

Para el PP todo vale, lo ha demostrado históricamente y lo seguirá haciendo. España es suya y el resto somos una suerte de “okupas” de las instituciones que deben ser desalojados cueste lo que cueste, caiga quien caiga. Incluso la patria.

Carlos Cano, en su canción “Tango de las madres locas”, decía “Cada vez que dicen patria, pienso en el pueblo y me pongo a temblar. En las miserias que vienen, y en los fantasmas de la soledad”.

Eso nos pasa a muchos cuando el Partido Popular dice Patria.

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