CICLO RIMBOMBA 

Pía Sommer: "Es un buen momento para sumarnos a la transformación de los 'haceres' en el arte"

La poeta, artista y experimentadora sonora chilena actúa el próximo 23 de abril dentro del ciclo de poesía escénica Rimbomba, en el Teatre Musical de El Cabanyal

8/04/2021 - 

VALÈNCIA. Casualidades del destino, la próxima edición del Ciclo de Poesía Viva Rimbomba cae el 23 de abril, coincidiendo con el Día Internacional del Libro. Ese día subirán al escenario del Teatre Musical de El Cabanyal tres destacados representantes de la poesía escénica contemporánea. Es decir, artistas cuyo concepto de la poesía trasciende la palabra escrita al llevarla a la acción directa y mezclarla con otros soportes como la música, la performance o las artes audiovisuales. Es un campo que se extiende como una mancha de aceite, desdibujando las fronteras de la poesía convencional con el objetivo de potenciar y multiplicar los significantes del poema. En otras palabras, la poesía escénica ofrece una visión mas completa, global y con más significantes que la lectura en papel

Pía Sommer (Chile, 1981) es una de las protagonistas del Ciclo Rimbomba que coordina el también poeta escénico, sonoro y fonético Jesús Ge. “El 23 de abril vamos a tener en el TEM a algunos de los mejores poetas escénicos del momento. Por una parte, tenemos al barcelonés Josep Pedrals, una eminencia en su género y uno de los grandes rapsodas en lengua catalana. Ha ofrecido recitales por todo el mundo, recibiendo premios incluso en países tan lejanos como Japón. Viene también Miriam Reyes, que va a estrenar una pieza. Su trabajo combina la palabra con la imagen poética. Establece entre ambas un diálogo muy interesante. Ella entiende la poesía escénica como una representación ante espectadores, no lectores. Su objetivo es que el público se adentre en el texto con más intensidad de lo que lo harían si lo leyeran en papel. Por último, actuará Pía Sommer, una poeta, experimentadora sonora y performer con mucha presencia en festivales de acción, de arte contemporáneo y de arte sonoro. Trabaja con la modificación del a voz y el sonido, y la combinación y superposición de músicas, sonidos y palabras”. 

Hablamos por teléfono con Sommer, que nos atiende desde su taller en Mataró. Esta artista chilena llegó a España en el año 2010, donde continuó su formación en la Universidad de Barcelona con un máster en Arte Sonoro y otro en Producción e Investigación Artística. Actualmente está trabajando en una tesis doctoral sobre la voz fijada, en el que trata de identificar, clasificar y crear un archivo sobre las practicas vocales experimentales del siglo XXI; es decir, en la era digital. “Me interesa comprender cómo nos han influenciado los soportes digitales y los softwares sonoros en el ejercicio de la palabra, y dialogar sobre ello con los compañeros y compañeras poetas. Es un momento de ensanche estupendo para avanzar en un pensamiento crítico sobre nuestro trabajo”, nos comenta.

Mi actuación en València incluirá improvisaciones vocales, cantos aleatorios y dos poesías de mi repertorio, El frente de los geranios y Korowai, así como una canción de mi autoría que se llama Barambambambam y que fue escrita hace algunos años atrás para nombrar al poeta Juan Luis Martínez y su trabajo, y que ahora en Rimbomba, será resignificada para reivindicar el ejercicio literario del poeta Jorge Polanco en Chile, quien cruza un malestar profundo generado tras una acusación por la publicación Juan Luís Martinez, Poeta Apocalíptico por parte de la Fundación de ese mismo nombre". En el escenario, Sommer mezclará la declamación de versos, la música y el canto. Una combinación que le permite liberar el poema. Como ella misma dice, “la dimensión expresiva de la poesía no solo habita en la página. Esta presentación será única como suelo hacer en mi trabajo, una suerte de happening y reciclaje de montajes anteriores; también porque es el día del libro y tenemos mucho que decir al respecto, sobre la libertad de expresión y de los formatos mismos en los que trabajamos".

Internet y la sobreexposición de la poesía escrita

La poesía escénica parte de la importancia de “poner el cuerpo”. Pero, ¿dónde queda esa premisa en la era de las comunicaciones virtuales? Sommer, como artista multidisciplinar, pero también como investigadora teórica, considera que la normalización de la escritura y la lectura online cercena de algún modo las posibilidades expresivas y de contacto con la gente que tiene la poesía. “No es que se corten las alas a la poesía, es que vuela de otra forma. Y lo que me preocupa en el fondo es que es un síntoma de cómo se está imponiendo el realismo capitalista tan bien descrito por Mark Fisher, como una manera de hacer frente a las pantallas absolutamente sumidas en la domesticación de la que tanto se ha rehusado a través de nuestros mismos ejercicios en poesía". 

“La voz y la gestualidad es esencial en nuestro trabajo. La dimensión expresiva de la poesía incluye la voz corpórea, que es la que declama, recita y comunica mediante vibraciones, a través de una onda acústica que interpela al público de manera totalmente directa. La poesía para mí tiene mucho de acción directa, mientras que, detrás de la pantalla del ordenador, los poetas alejamos de cierta manera nuestro trabajo del encuentro maravilloso entre la poesía y la gente. Como decía Violenta Parra, la obra siempre se termina de hacer con la gente, no existe sin las personas”.

¿Qué ocurre entonces con el aluvión de poetas -emergentes o consolidados en las redes sociales? “Es respetable que haya escritores más mediáticos que utilicen los soportes intermedia. Yo creo, a título personal, que destruye un poco la práctica, pero no me opongo para nada a que exista una poesía que discurre por redes sociales. Es la época en la que vivimos. Eso sí, yo le pongo cara a la situación y resisto. Mi resistencia está enfocada a llevar la lectura de poemas a la gente de forma presencial”.

 Sin ánimo de polemizar -bueno, un poco-, le hablamos del aterrizaje de algunos influencers de redes sociales en el campo de la poesía. Los también conocidos como poetas de la tecla ENTER, cuya calidad (pensamos algunas personas) muchas veces es inversamente proporcional al número de retuits o likes que reciben sus versos. “No soy consciente de ese fenómeno. Pero me parece bien que existan discrepancias y lecturas distintas sobre lo que podría ser un poema. Como decía Joseph Beuys, todos tenemos la posibilidad de ser artistas. Pero las y los poetas no hacemos una carrera; no es una profesión, es un estado, una forma de habitar el mundo. Eso sí, que cuando escribes, tal vez no debería existir esa preocupación por la recepción que puedas tener, es que ni me imagino una escritura preocupada por likes. La poesía la vivo más como un fantasma. A veces incluso crees que un poema ha muerto pero finalmente te persigue y aparece cuando menos te lo esperas. Ojalá que las/los poetas del Enter, las personas que se encuentran con la poesía, pudieran acercarse a experiencias no sólo pulidas por la belleza táctil de sus móviles, sino que a lo mejor  se permitieran la parte más monstruosa de la poesía, la oscuridad y no la luz”.

“La sobrecarga de realismo neoliberal en la que vivimos, en este contexto tan bárbaro donde la desorientación, la abundancia de información y velocidad trepidante de consumo de imágenes es uno de sus rasgos principales, contrariamente, ha traído la generación de públicos y lectoras/es más abiertos a la experimentación que hace algunos unos años. Tal vez estamos en un súper buen momento para sumarnos a la transformación de los haceres en el arte, pero aún no somos del todo conscientes de este portal que cruzamos, hay que darle otro poco de tiempo”, opina.

“Creo que estamos regresando magníficamente a ese momento de fusión de las artes que se dio en otros siglos, en los que la música y la poesía, la música y las matemáticas, o la música y la física estaban naturalmente relacionadas. No tan encasilladas como se volvieron posteriormente. Por ejemplo, cuando ahora unimos la música electrónica y la poesía, estamos utilizando simultáneamente un lenguaje numérico y de palabras. Y como ese, hay muchas más fusiones que también son pre existentes: danza y poesía; poesía y pintura… es un momento muy enriquecedor y hay que continuar influyendo”.

Pedimos a Pía Sommer, como chilena residente en Cataluña desde hace más de una década, un paralelismo entre la escena poética española y la latinoamericana. "Chile tiene una trayectoria literaria de experimentación de más de cien años de antigüedad, con referentes como Vicente Huidobro, que con Altazor (1931) comienza a transfigurar las reglas de la poesía. O Cecilia Vicuña, que es la punta de flecha de una de las corrientes experimentales contemporáneas chilenas. En Latinoamérica hay además una tendencia muy importante de poetas que trabajan en el traspaso oral de lenguas ancestrales indígenas, como forma de resistencia y creación lingüística, esto me importa mucho. En Brasil están los poetas concretos, y en México las Bienales de poesía experimental y visual. También Apollinaire y Mallarmé en Francia marcaron sus hitos, o del mismo modo que los rusos tenían la lengua Zaum [experimentos transmentales de la lengua], y España también tiene sus propios autores de referencia en la performance vocal y el arte de acción, como Esther Ferrer en País Vasco o Joan Brossa como referente de la poesía visual en Cataluña. Hay muchísimo. Eso, para decir que cada país, en resumidas cuentas, tiene sus propios hitos y con eso también un pasado. Actualmente, la experimentación trasciende las fronteras geográficas; es un fenómeno global que más que nombres son obras, o más que propias autorías son corrientes, existe mayor transversalidad, pero también pasa, que algún poema puro y duro se pierde en el bar, la librería, la calle, una plaza o en un patio entre pocas/os oyentes, digamos bien, que la poesía también se vive clandestinamente en nuestros tiempos y no solo sobre los escenarios o tras la pantalla de un ordenador”.

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