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UNA OBRA DE Sergio Villanueva

'Onda gravitacional', una reflexión sobre la física y el 'bullying'

Su nueva obra está basada en un acontecimiento real y ahonda en cómo el acoso escolar puede llegar a determinar la vida de una persona

18/03/2021 - 

VALÈNCIA. Sergio Villanueva acumula a sus espaldas una decena de obras teatrales, tres cortometrajes, una webserie, tres documentales, una película y diversos poemarios y libros publicados. Nunca deja de trabajar, y haga lo que haga, siempre busca que el público se plantee cuestiones complejas desde el entretenimiento. Su último proyecto es Ondas gravitacionales y cuenta la historia de un joven que llega tarde al plazo de inscripción al grado universitario de Física. 

Su padre conoce a uno de los profesores más reputados de la Universidad, así que intenta con su influencia que su hijo no se quede sin plaza, aunque sea matriculándose fuera de los plazos reglamentarios. Al reunirse profesor y alumno, el primero descubre que el chico que acaba de ir a pedirle un favor es hijo de quien le acosó durante toda su etapa escolar, lo que le pondrá ante una disyuntiva: aceptar al chico sin tener en cuenta los excesos de su padre, o bien vengarse del bullying recibido durante su infancia.

Ondas gravitacionales pone sobre la mesa el candente asunto de cómo puede llegar a marcarle a uno el acoso escolar, aunque sea décadas después de haberlo sufrido. Sergio Villanueva introduce en esta historia pequeñas píldoras de física, ese juego gravitacional que ha dado la vuelta a su situación y ha terminado por dejar en manos del profesor el futuro del hijo de quien le hizo bullying, quien, además, es “el vivo retrato de su padre”. La obra, además de este jueves, se podrá ver “unas cinco o seis veces” antes del verano -según su director-. En el Teatre Talia todavía no tienen el resto de fechas cuadradas, a partir del verano viajará por la Comunitat y la temporada que viene se estrenará en Madrid.

Física, teatro y humor

Ondas gravitacionales está protagonizada por los actores José Olmos y Víctor Gil. En la trama, el personaje del profesor se llega a plantear si no le habrá puesto el universo en bandeja un juego gravitacional para poder hacer lo que le plazca con su antiguo acosador. Todo ello se narra desde el humor, pero Villanueva plantea un asunto muy serio con su texto: el bullying.

El dramaturgo explica que ha querido tratar este tema “con toda la naturalidad del mundo”. Cuenta que viene de una generación que ha vivido el bullying como algo totalmente normalizado, nada condenado: “La vida en los colegios era una jungla. Todos, en mayor o menos medida, hemos sido unos salvajes, los unos con los otros. Con esta obra invito a reflexionar sobre el hecho de que todo el mundo, ya sea de forma directa o indirecta, ha sido alguna vez partícipe del bullying, viéndolo sin inmutarse o haciéndolo. Personalmente, nunca hice bullying de manera activa, ni lo recibí, pero como cualquier otro niño, me he reído. Era lo normal, y es algo que puede afectar enormemente a la evolución de un adulto”.

'Ondas gravitacionales'
Villanueva opina que los seres humanos, antes de recibir una educación, tenemos comportamientos salvajes. “Independientemente del tipo de colegio al que uno vaya, siempre se van uniendo las mismas tipologías de niños. El fuerte, el débil, el que se pavonea, el callado… Ahora hay muchas herramientas legales que impiden que estas estructuras se perpetúen tanto, pero es necesario que haya más esfuerzo en este sentido”. El director aporta su granito de arena con “la herramienta del teatro, con la trampa de que el público venga con la intención de reírse y salga con este tipo de reflexiones en la cabeza. El teatro, en este sentido, es sanador”.

Una historia basada en hechos reales

Ondas gravitacionales ya fue interpretada en Russafa Escènica, aunque con una duración mucho más corta. Ahora llega al Talia su versión extendida, que además está basada en la historia real de un amigo de Sergio Villanueva: “Es profesor, y un día fue a verle el hijo del hombre que le pegaba en el colegio para pedirle el mismo favor. Al momento pensé que eso podía ser un arranque buenísimo para una obra de teatro”.

Este hecho hizo que Villanueva quisiera contar una historia similar sobre las tablas. Además, lo que más le fascina de todo es cómo la vida se conforma de este tipo de relaciones, “partículas conectadas en el espacio y el tiempo que de pronto ves delante de ti”, describe. Y por otro lado, saca a relucir que estas “conexiones” las siente todo el mundo en situaciones de todo tipo. “La obra es un reflejo de cómo todos estamos conectados por algo que nos arrastra. A partir de ahí, he querido llegar al límite”. En este sentido, el montaje de la obra se basa en una gran pizarra en la que el personaje del profesor calcula todo lo que está ocurriendo.

Sobre el elenco conformado por José Olmos y Víctor Gil, Villanueva dice estar encantado. “Por un lado, José se entrena tanto, suda tanto a su personaje... Y por otro, Víctor ha sido todo un hallazgo para mí. Acaba de salir de la Escuela Superior de Arte Dramático de València, y cuando hizo el casting enseguida vimos la química entre los dos. Ha sido un viaje tremendo contra viento y pandemia”.

Otros proyectos

Además de Ondas gravitacionales, Sergio Villanueva acaba de publicar su último libro De tiburones y otras rémoras. Se trata de una pieza teatral que Ediciones Antígona ha querido llevar a las librerías. Cuenta la historia de una mujer que va pasando de ‘rémora’ a ‘tiburón’ en el mercado laboral. Fue subida a las tablas en Madrid hace dos años y ha estado viajando desde entonces por Buenos Aires y España. Después de aquello, Villanueva propuso su publicación a Ediciones Antígona y, finalmente, fue lanzada al público en formato libro hace un mes. El 20 de abril será presentada en Madrid y en el mes de mayo en la librería Imperio del barrio de Russafa.

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