“El que salta al vacío no debe explicación a los que se paran y observan”, dice un amigo curtido en mil batallas, de esas que no se pueden contar, de esas que dejan huella, pero sólo en la memoria de unas cicatrices ocultas y secretas… Dice mi amigo que, a veces, hay que saltar al vacío para reencontrarse con uno mismo al chocar contra el suelo, al chocar contra la cruda realidad que nos depara nuestro destino, …también a la vuelta de la esquina. Esa esquina, precisamente, de la que hablaba Steiner: “Pienso, a veces, encontrar en la esquina de una calle o en un jardín la sombra de una persona que amas y que necesitas enormemente, pero que sabes que ya nunca podrás alcanzar”. Y pienso a veces en esos hombres que saltan entre las sombras, como caballeros, mientras otros se llevan las medallas de oficial…
Y me cuenta la historia… Un helicóptero sobrevuela en la oscuridad de la noche las arenas de Liptako-Gourma. Los “tuaregs” se deslizan entre las inexistentes fronteras que delimitan su reino cruzando cinco Estados entre las dunas del desierto del Sahara. Es noche cerrada. El silencio invade las esquinas de las escasas calles que llevan a la nada, a las arenas del desierto, a la brumosa noche de luna llena que brilla dibujando un horizonte imaginario, desdibujando una frontera artificial.
Operación de vigilancia bajo control de drones. Vehículos sospechosos en el camino hacia el norte. Coordenadas xxx… Descendemos… Tres motos y dos camionetas entre las dunas… Se acercan al poblado. En el punto de mira. Objetivo localizado…
[10:15 pm - 26 de noviembre de 2019. Confidencialidad]. La comunicación se interrumpe. El Ejército francés informa que el accidente ocurrió por la colisión de dos helicópteros a una baja altitud durante la noche del 25 de noviembre, cuando se dirigían a apoyar a fuerzas en terreno que estaban en combate contra militantes yihadistas. Los de las sombras, los de las esquinas, los del horizonte imaginario.… No hubo sobrevivientes. Durante varios días, los militares de la fuerza Barkhane habían estado rastreando a una banda de extremistas que se desplazaban en motos y camionetas. Murieron 13 soldados franceses.
El suceso tuvo lugar en la región maliense del Liptako, fronteriza con Níger y Burkina Faso, donde las fuerzas francesas de la operación Barkhane concentran su trabajo contra tropas yihadistas desde hace meses. Las tensiones entre “Group for the Support of Islam and Muslims” (GSIM) y “État islamique dans le Grand Sahara” (EIGS) son conocidas desde que el primero se vio obligado a justificarse en su forma de aplicar la Sharia. Ello obliga al Estado Islámico a abrir un segundo frente en el centro de Malí. Sí, la Sharia…, a las puertas de Europa.
[11:50 am - 31 de enero de 2020. Información Twitter. Confidencialidad. 45 personas hablan de esto]. El 31 de enero,“"Islamic State West Africa Province" (ISWAP) se atribuyó la responsabilidad, en nombre de EIGS, por los dos ataques para proveerse de dos vehículos, ocho motocicletas, armas y municiones. El mismo día, los yihadistas, que afirmaban haber sido implantados en Nampala, se hicieron pasar por los soldados del califato en Malí (Jund al Khilafa Mali), y prometieron públicamente lealtad a Abu Ibrahim al-Hashemi al -Qurashi, alias Amir al-Salbi, el sucesor de Abu Bakr al-Baghdadi y ex jefe del Estado Islámico.
Poco después, el 7 de febrero, soldados franceses daban muerte a más de 30 terroristas, durante operaciones sucesivas realizadas cerca de la frontera de Malí con Burkina Faso. Son los caballeros de verdad, los sin-medalla, que siguen alertando de la guerra soterrada entre las arenas del Sahara… Mientras la Unión Europea entrena al ejército maliense, las fuerzas antiterroristas francesas se desplegan por el Sahel en la Operación Barkhane, apoyadas por helicópteros británicos y drones de vigilancia norteamericanos. Los caballeros, los sin-medalla.
Los camiones siguen su ruta circulando por la carretera de tierra que lleva desde la capital, Bamako, a la base de entrenamiento en Koulikoro, flanqueada por campos de mangos silvestres que nadie cultiva… El convoy serpentea entre las turbias orillas del río Níger bordeando el camino, como una serpiente de agua que acecha entre dos mundos, el de verdad y el ilusorio, el de los sin-medalla, pese a Macron y sus funerales de Estado. Y sigue su curso entre ese mundo de cruda realidad, el de las sombras por las esquinas…