El BCE debería reafirmar la postura acomodaticia que ha tomado hasta ahora en respuesta a la pandemia del coronavirus, según el experto
MADRID. No esperamos que se anuncien nuevas medidas en la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) del jueves 16 de julio. Pero el banco debería reafirmar la postura acomodaticia que ha tomado hasta ahora en respuesta a la pandemia del coronavirus.
La institución monetaria europea puede estar satisfecha con los resultados de su política a gran escala, implementada desde marzo, y con la fuerte mejora en las condiciones financieras dentro de la zona euro.
Por lo tanto, el contexto general está más calmado que en la reunión anterior del BCE en junio. Sin embargo, el banco debe reiterar su vigilancia y su voluntad de intervenir aún más, si es necesario.
El entorno sigue caracterizándose por la incertidumbre en torno al desarrollo de la pandemia, en la zona del euro y en todo el mundo, lo que genera dudas sobre las perspectivas de crecimiento y la economía global en general. Además, los índices de inflación y las perspectivas de inflación siguen siendo extremadamente bajos. La tasa de inflación anual en la zona euro (IPC) se ubica en 0,3%, el IPC subyacente en 0,8% y las expectativas de inflación permanecen en niveles históricamente bajos con un indicador de intercambio a 5 años en 1,10% en junio.
Por lo tanto, anticipamos una extensión del Programa de Compra de Emergencia frente a la Pandemia (PEPP) en el otoño para satisfacer las considerables necesidades financieras de los gobiernos en 2021, que debería alcanzar los 1,1 billones de euros dentro de la zona euro en 2021. El PEPP, ya extendido en la reunión anterior el 4 de junio, debería extenderse hasta 2022.
Los mercados de bonos deberían permanecer en calma. Los tipos a corto plazo están bien anclados en puntos muy bajos, y la curva de rendimiento permanecerá bajo la influencia del BCE durante mucho tiempo.
Franck Dixmier es director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz GI