El experto advierte que no ha logrado, pese haber dedicado grandes esfuerzos, aumentar el crédito a la economía real
MADRID. Primera reunión del Banco Central Europeo de este recién estrenado 2021. No esperamos cambios en la política monetaria ni grandes anuncios por parte de su presidenta, Christine Lagarde. En su última reunión el BCE ya inyectó más liquidez, dotando al programa extraordinario de compras por la pandemia (PEPP) de 500 mil millones adicionales y amplió el plazo hasta finales de marzo de 2022. El montante total del programa ya alcanza los 1,85 billones de euros. Así mismo prolongó el periodo de financiación en condiciones más favorables de los bancos (TLTRO) hasta junio de 2022.
Como telón de fondo de esta reunión está la tercera ola de la pandemia, que afecta a todos los países de la eurozona y está obligando a los gobiernos a restringir la movilidad de los ciudadanos, lo que podría retrasar la tan ansiada recuperación económica. La llegada de las vacunas a finales de diciembre y la inmunidad colectiva son el salvavidas al que se siguen aferrando los mercados, tanto de renta fija como de renta variable. Precisamente, Christine Lagarde y Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, la semana pasada señalaron que la recuperación económica se desarrollará en el segundo semestre, pero que para ello es necesario que se distribuyan eficazmente las vacunas y se levanten paulatinamente las medidas de bloqueo.
Todas las medidas de estímulo adoptadas por el BCE han tenido su impacto sobre los tipos de interés, logrando mitigar la volatilidad y llevando los diferenciales de los países más afectados por la crisis a los mismos niveles en que se encontraban antes de la pandemia. Los tipos de interés de la deuda púbica y el Euribor están cerca de los mínimos. Como muestra de lo anterior, el Banco de España logró en su subasta de deuda pública a 10 años del pasado 10 de diciembre colocar los bonos a un tipo de interés marginal negativo por primera vez en su historia.
Sin embargo, algo que no ha logrado el BCE, a pesar de haber dedicado grandes esfuerzos, es que aumente el crédito a la economía real. En los primeros compases de la crisis los bancos otorgaron liquidez a las empresas gracias a los avales de los Estados -en el caso de España estos se instrumentalizaron a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO)-, pero la confianza empresarial sigue lastrada y la demanda de crédito para inversión aún no se ha recuperado.
Una vez más esperamos que en su discurso Lagarde anime al sector financiero a perseverar la cautela y a seguir explorando concentraciones a través de fusiones, incluso transfronterizas. También esperamos alguna mención a la evolución del dólar. El fortalecimiento del euro frente a la divisa estadounidense le ha llevado a superar la barrera del 1,22. Este nivel conlleva presiones deflacionistas y podría entorpecer la recuperación. A pesar de que no entra dentro de su mandato, sí que debería utilizar las herramientas necesarias para evitar un fortalecimiento mayor del euro.
En resumen, esta será una reunión de balance del año anterior, de anuncio de previsiones de crecimiento económico y de inflación, y para exigir una vez más a los gobiernos medidas de estímulo fiscal que dinamicen la recuperación.
Juan Ramón Casanovas es Head of Private Portfolio Management de Bank Degroof Petercam Spain