VALÈNCIA. "El uso del vehículo compartido en las ciudades permite liberar el espacio público". Este es uno de los mensajes que quiere Aemus, una nueva asociación empresarial surgida en València con la intención de ser un referente nacional en el ámbito de la movilidad urbana sostenible.
València ha sido foco del interés de numerosas empresas españolas e internacionales para instalar sus modelos de sharing, desde patinetes y motos a coches, todos con energía eléctrica. Sin embargo, como ocurrió con Lime, el interés se ha percibido más como un peligro de invasión del espacio público que como una oportunidad de dar una vuelta al modelo de movilidad de la ciudad.
En plena discusión sobre la ordenanza municipal que regulará todas estas actividades, la Asociación Valenciana de Startups (AVS) consideró oportuno conformar una vertiente para trasladar y debatir con la administración a través de una única voz los puntos de vista de todos sus miembros. Y es que hay que recordar que más de una decena de empresas de sharing se han acercado a la Concejalía de Movilidad para interesarse por prestar sus servicios en la ciudad.
Aemus está presidida por Nacho Mas como representante de la Asociación Valenciana de Startups (AVS) y en la vicepresidencia se encuentra Juan Bueno, CEO de MyrentGO y Director de Relaciones Institucionales de Molo, empresa dedicada a motosharing. A esta se suman CarGreen, dedicada al carsharing y quien intentó instalarse en València; Koko, empresa española de patinetes eléctricos compartido interesada en implantarse en la ciudad, Reby, empresa de scooters eléctricos fundada por Pep Gómez, la ya conocida Lime y Barrio La Pinada, el primer ecobarrio diseñado por sus habitantes y ubicado en Paterna.
"Desde el Ayuntamiento de València se está planteando una legislación con tasas con la perspectiva de que ocupamos el espacio público pero lo que hacemos es liberarlo. Si hay más vehículos compartidos al final el espacio público estará menos ocupado", asegura Nacho Mas. "Una moto compartida saca de la calle diez motos individuales. Deberían primar a las empresas de movilidad sostenible por liberar espacio público", insiste Juan Bueno.
Entre las alegaciones que presentarán a la ordenanza impulsada por el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, se encuentra la referida al uso del casco obligatorio para patinetes que circulan a menos de 30 kilómetros por hora. "En las bicicletas no es obligatorio y no se entiende porqué no es igual", destaca Mas. "Es un agravio comparativo del patinete con la bici".
Otra de las cuestiones tiene que ver con la edad. "Los ciclomotores de hasta 50cc sí que pueden llevar desde los 15 años y en cambio los vehículos de movilidad personal, donde entran los patinetes, no pueden usarse hasta los 16", lamentan. Tampoco entienden el porqué, si deben estar sujetos a una autorización del consistorio, la normativa no especifica el tiempo exacto durante el que se prestará el servicio.
"Entendemos que las regulaciones tienen que cumplir el principio de proporcionalidad en comparación con otros medios de transporte, porque en el caso concreto de los patinetes, se puede caer en la tentación de sobre regular", lamenta Mas. Desde la asociación ya han pedido una reunión con el consistorio. "Se trata de que no regulen y legislen unilateralmente de espaldas a un sector que crea empleo, tiene responsabilidad social corporativa y es innovador, además de que lo hagan con datos".
A pesar de que la asociación parte de un grupo de startups interesadas por establecerse en València, tienen claro que su vocación es nacional y enfocada en general a la movilidad urbana sostenible. "La primera ciudad donde hemos empezado a trabajar es València pero próximamente realizaremos un congreso nacional al que vendrán instituciones y agentes de otras ciudades para extrapolarlo a nivel nacional. No todo lo que tenga escala nacional se tiene que realizar necesariamente desde Madrid", recalca Mas. De hecho, ya han mostrado interés por unirse empresas del resto de España y destacan la conexión con otras asociaciones a nivel europeo.
Desde Aemus también dejan la puerta abierta a grandes compañías y a otras soluciones que permitan engranar el modelo, incluso su intención es invitar a la EMT a que se una a la asociación. "Nuestras propuestas siempre serán constructivas y respetuosas con las ciudades", asegura Bueno. "Las ciudades están cambiando, es una realidad y Aemus lo que pretende es no pensar solo en las empresas, sino en el peatón y en el vecino".
Pero, ¿cómo encajar tantas perspectivas de empresas tan diferentes? "La heterogeneidad encaja porque la misión es la movilidad en la ciudad. La movilidad sostenible no es exclusiva de ningún medio de transporte y cuantos más seamos mejor. Si solo estuviéramos una parte nos faltaría algo para la solución global y para una situación compleja hacen falta situaciones globales", recalca Mas.
La compañía americana Lime no entró con buen pie en la ciudad de València. De hecho la Policía Local acabó confiscando los patinetes de las calles al entender que estaban operando sin autorización y ocupando la vía pública. Sobre esta situación, presidente y vicepresidente de Aemus tienen claro cuál ha sido el problema. "Las empresas han corrido más que los ayuntamiento y no han sabido gestionar la entrada de la movilidad sostenible", asegura Bueno. "Ahora van todos contra reloj, porque es una movilidad que viene a quedarse".
"Normalmente las startups innovadoras van muy por delante de la regulación. De ahí que las instituciones públicas de todo el mundo tengan problemas para seguir el ritmo de las soluciones innovadoras que tienen las nuevas tecnologías. Es un problema global. Pasa lo mismo en turismo o energía", destaca Mas.
"València, de cara a muchos actores de movilidad es una ciudad estrella. Los patinetes que se repartieron en la ciudad no estuvieron más de media hora parados", señala Bueno. "El mercado está preparado para implementar esta innovación con las empresas y los clientes pero los agentes regulatorios necesitan un tiempo para reaccionar", reconoce Mas.
Sobre la ocupación de la vía pública, recalcan que son más los beneficios que los perjuicios. "Ninguna empresa de alquiler de vehículos de movilidad personal está interesada en ocupar la vía pública con vehículos ociosos. La propia demanda regulará cuál es la cantidad de vehículos óptima", destaca el presidente de Aemus. "Un vehículo parado perjudica a todos y eso es lo que ocurre con los vehículos de particulares".
"Lo que nosotros pensamos es que las trabas a las empresas urbanas de movilidad sostenible van a hacer que las ciudades emitan más CO2 y que la vía pública esté sobre ocupada por vehículos individuales que no se usan", asegura Mas. "La contaminación de movilidad es la mitad de la contaminación de las ciudades y con los vehículos eléctricos también quitas ruido", recuerda Bueno.
A pesar de que el conflicto estrella es con los patinetes, también el carsharing está pasando dificultades en la ciudad, una situación muy diferente a la que se plantea en Madrid. "Cuesta entender que en la capital lleve tantos años Car2Go con facilidades ya que los coches eléctricos no pagan zona azul y mientras aquí cueste tanto implantarlo", lamenta Bueno. También recuerdan la importancia del transporte de mercancías en la última milla, donde implica el tramo de reparto en las ciudades. "También queremos crear una línea de logística", aseguran.