ALICANTE. "Los humoristas que más me gustan los considero tan filósofos como los propios filósofos". Una opinión que centra el carácter del dúo e intuye la manera en que compone y actúa Música de Mierda, un grupo formado por Chelo Romero (percusión) y Javier Solari (guitarra y voz), este último dueño del gusto por la filosofía y el humor. Sus acentos delatan su procedencia argentina, pero es Alicante su hogar de acogida actual, donde actuará la banda el lunes, 24 de junio, en un local ya mítico en la ciudad, el Jendrix Rock Bar: "El lugar del concierto me parece relindo y divertido. A mí el Jendrix me gusta mucho y le tengo cariño porque ya he tocado allí y me siento a gusto", confiesa Solari. Un espacio de ocio y música en el que también tienen cabida los grupos no tan conocidos y con estilos menos comerciales, algo que permite a los músicos visibilizarse y "encontrar un público nuevo, porque si te quedas con los que ya te conocen ni muta ni crece lo que estás haciendo", razona. "La vez pasada en el Jendrix fue una buena experiencia porque la gente nos escuchó". Y es que lejos de compararse con el hilo musical de un ascensor, Música de mierda se presenta como protagonistas del lugar: "Lo que nosotros hacemos es bastante intenso, nuestra música no queda de fondo. La gente que no quiera escucharnos se va a tener que ir", pregona el guitarrista.
La explicación reside en la dualidad de su música y su actuación: "Lo que hacemos es bastante crudo pero con mucho juego", resume el componente. "Es una travesura". Y es que el humor es el leitmotiv del grupo, el tercer miembro, que logran transmitir al público creando una especie de juego para que todo el mundo se divierta: "Yo creo que tengo algo de payaso y es parte de mi forma de ser. Me parece que se trata de un modo de lidiar con la vida; reírme siempre fue algo que me atrajo, que me parece morboso y que juega con los límites, con las formas, con la gente...", desvela Solari. Y reconoce que el humor que más le "gusta es el que no se trata de un chiste", con el que no sabe si el otro se va a reír.
Que sus actuaciones se envuelvan en la risa fácil no significa que se trate de un humor simplón, ya que consiste en "hacer reír por el motivo equivocado", explica, por lo trascendental de los temas, por el espectáculo, basado en errores de la naturaleza y el universo -como definen en su página de Facebook-, una actuación "que tiene mucho que ver con el teatro, con nosotros como personajes y con un juego performático pero que también resulta divertido, que juega con todo, hasta con las lastimaduras", trata de esclarecer el músico. "Básicamente es música, teatro y juegos. Sé lo que es pero no tengo muy claro cómo definirlo en una explicación", confiesa.
La mezcla entre sus letras y la diversión da como resultado Música de mierda, un nombre que habla, por sí solo, del carácter del grupo: "Nos pareció lindo y muy descriptivo y estábamos cansados de la sobrevaloración que hacen los músicos de sí mismos y de la imagen saturada que quieren proyectar", anuncia Solari. Por lo que lejos de buscar un nombre perfecto decidieron apostar por aquel que reflejara "la expresión teatral e irónica que hacemos y el hecho de divertirnos riéndonos de nosotros, de la vida y del público", apunta. Pero, ¿y la música? Que aquí no se hable de géneros ni estilos porque difícilmente los esbozarán: "No creo que nuestra música se pueda encajar, no porque resulte algo novedoso, sino porque camina por distintos lugares, porque son canciones, simplemente. Por tanto, no creo que sea fácil acomodarla en un género o, por lo menos, a mí me cuesta", admite.
Tras el concierto del próximo lunes en el Jendrix, el dúo se dejará ver ver en La Pepa, el 26 de julio, y el Refugio, el 14 de agosto, tres lugares "en los que te sentís como en casa, donde encuentras gente buena y que está trabajando porque quiere sacar iniciativas adelante", manifiesta Solari, quien considera que en Alicante "se tendrían que facilitar más las cosas" para mover el tema de la música, porque "hay un montón de trabas". Sin embargo, reconoce que pese a que la ciudad tiene carencias, también cuenta con "muchas otras cosas: tiene gente con mucho talento, lugares preciosos y es una ciudad a la que yo le debo un montón", revela el músico.