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el muro / OPINIÓN

Museos en oferta

Cinco millones de euros y muchas expropiaciones forzosas y dramas familiares supusieron en su día la elaboración del proyecto de ampliación del IVAM, ahora en la picota a cambio del MuVIM. Lo que falta es un debate sobre el papel museístico y expositivo institucional que frene tanto desorden

3/12/2017 - 

Estamos en pleno pseudodebate museístico. Interesante si se atienden a razones objetivas y extraen finalmente conclusiones. Al fin algo que nos saque del anodino discurso oficialista. Al margen de la importancia de si transferencia IVAM-MuVIM sí; MuVIM-IVAM no, un asunto que se puso sobre la mesa de la Conselleria de Cultura apenas abierta esta legislatura para quitarse de encima gastos añadidos en una institución provincial que habría que liquidar lo antes posible, se está dejando de lado lo que debería ser el debate nuclear.

Lo importante sería saber qué se quiere. O mejor aún, lo que realmente necesitamos o queremos ser. Esto es, la reordenación global del panorama museístico y expositivo de nuestras instituciones, poner fin a la hipersaturación de exposiciones temporales que se dejan millones de euros por el camino y a la inflación de las mismas. Asuntos nada baladís. Más aún cuando hablamos del sector público o público/privado.

Aunque hablemos de espacios de arte, reflexión y conocimiento, el exceso también se convierte en teoría económica. Ya saben, cuanto más oferta y menos demanda más bajan los precios, en este caso los espectadores. No hay tiempo material para acudir a todos los reclamos, ni espacio suficiente para su promoción. Y no siempre las apuestas son acertadas, con lo que la inversión se convierte en gasto inútil.

Otra cuestión añadida es la desorganización interinstitucional, capaz de inaugurar al mismo tiempo y a la misma hora en espacios distintos y, por tanto, la ausencia de acuerdos y diálogo, los cambios de criterio y las zancadillas.

En esta ciudad de población media europea salimos a inauguración de varias exposiciones institucionales cada semana, a las que habría que añadir todas las privadas. Tenemos doscientos museos reconocidos en esta autonomía, muchos de ellos casi muertos, y muchos más sin promoción alguna, ni difusión y menos programa alternativo. Pero eso sí, mucho personal.

¿Nadie pone orden ni criterio? ¿Es realmente necesaria esa competencia feroz entre instituciones que aún estando gobernadas por un mismo partido no se ponen de acuerdo? ¿No hablan entre ellos? ¿No se coordinan? Pero a lo que íbamos. El meollo no está sólo en MuVIM-IVAM sino tener claro cuál es el dibujo y papel que cada institución debe de jugar en el panorama cultural de la ciudad y no provocar cambios sobre los cambios con cada nueva legislatura.

Ese es el problema político que no se quiere afrontar porque supone pérdida de competencias y menos brillo, que es lo que da la culturilla y sobre todo las exposiciones, aunque muchas no den nivel suficiente pero sirven para que se continúen editando lujosos documentos y catálogos.

El problema del MuVIM es que nació como museo vacío. Por capricho. Con un edificio brillante y un proyecto tan endeble que ha conseguido que cada director desde su apertura pudiera hacer lo contrario del que sucedía sin que nadie pusiera una coma a su gestión. Un despropósito ideológico en toda regla cuya razón de ser fue un parque de atracciones para explicarnos la historia del pensamiento de la humanidad a través de decorados y vídeos que cada dos por tres se estropean debido a su obsolescencia programada. Y mira que se advirtió en su momento. Al menos se salvo un solar y se diseñó un jardín que es lo que no querían sin entrara a valorar sus exposiciones temporales en las que ha habido de todo.

Allá por los ochenta, fue lógico el pacto al que llegaron Diputación, Generalitat y Ayuntamiento de Valencia para encontrar racionalidad a la gestión de espacios e iniciativas. Por ello, la Generalitat asumió el papel principal. Después todos comenzaron a querer su virreinato. Y aquello se desmadró. Hasta llegar a nuestros días. Así nos va el gasto. Hoy estamos invadidos por exposiciones y museos como si no existiera nada más porque cada inauguración garantiza una imagen del poder, un relato/retrato social y fotográfico.

Lo que realmente falta es poner razón de Ilustración y no quintuplicar esfuerzos. Vayan  un día entre semana a cualquier museo o sala de exposiciones de esta ciudad, espacios expositivos universitarios o fundaciones y desgraciadamente verán el “aluvión de visitantes” con los que justificar una nueva inauguración en breves semanas. Y hay algunos que tienen cinco y hasta seis salas en las que inaugurar dentro de un mismo edificio. Así que multipliquen. Y lo que se vislumbra por el horizonte con forma de trasatlántico para ya reventarlo todo. Si contara mi experiencia de esta semana... Nadie supervisa. Da igual.

Mi consejo: Company, te la han jugado; Cortés, ves con cuidado. Y no eres el único.

Pero al margen del Muvimivam y la posibilidad de que el primero sirva como espacio de una hipotética ampliación del segundo, algo que a estas alturas todavía se ve lejos - a ver qué haces con los compromisos firmados y los problemas que pueden aparecer por el camino-, mi pregunta es saber qué se hará con el proyecto encargado en su día para ampliar el edificio del Carmen -IVAM-  y, sobre todo, quien nos explicará por qué se gastaron cinco millones de euros en su elaboración si no iba a servir para nada. También conocer cómo justificarán ahora los dramas familiares de muchas familias que sufrieron la expropiación forzosa de sus viviendas para tal fin. Eso sí fue y es todavía una auténtica vergüenza de la que nadie habla.  

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