CASTELLÓN. La compañía castellonense de restauración Muerde la Pasta abrirá "17 establecimientos nuevos" este año, con lo que acabará el 2019 con casi una cincuentena en todo el territorio estatal. Lo destaca José María Carrillo, CEO de Tastia Group, la denominación comercial del grupo, que además de la cadena de bufets agrupa a Benfood y Benworks, entre otras compañías.
La apertura de 17 restaurantes en un solo año supondrá un salto inusitado para esta sociedad nacida hace 11 años en Castellón y que ahora cuenta con 31 establecimientos. Varias de estas aperturas se materializarán en la Comunitat Valenciana. De hecho, Carrillo destaca que ya han firmado la apertura de un nuevo restaurante en Alfafar (Valencia) y otro en Gran Vía Alicante. Hasta ahora, la franquicia castellonense está presente en la provincia con dos restaurantes en los centros comerciales Zenia Boulevard de Orihuela y L'Aljub de Elche. El CEO del grupo señala que están buscando una nueva ubicación en Castellón que sumar a la del Centro Comercial Salera, pero la apertura en ningún caso se producirá en 2019.
Y es que la compañía castellonense sigue centrando su crecimiento en los centros comerciales, donde están radicados la mayoría de sus establecimientos, aunque también busca "locales singulares" al estilo del antiguo cine Capitol de València, donde se ha instalado, "para abrir estos espacios" en todo el territorio nacional.
Buena parte del crecimiento del grupo en cuanto al número de establecimientos vendrá de la mano de las franquicias. Muerde la Pasta estrenó el año pasado este tipo de operaciones para su expansión. Su primer socio de este tipo fue Autogrill, con su apertura en la estación sevillana de Santa Justa, y también sumó nuevas franquicias en el CC El Saler de Valencia y en Sant Boi, en Barcelona. Y para este año "ya tenemos firmadas las próximas 11 franquicias", resalta Carrillo.
Algo que no es fácil, porque la inversión necesaria para abrir uno de los restaurantes de Muerde la Pasta "es de 1 millón de euros", apunta el CEO de Tastia Group. Por ello, el perfil de sus franquiciados "son empresarios que ya tengan una o varias franquicias en restauración y que cuenten con el capital necesario", apunta.
Eso sí, a tenor de lo que señala Carrillo, la apuesta parece segura. "La media de facturación de cada uno de nuestros restaurantes es de 2,5 millones", asegura el consejero delegado del grupo castellonense. No en vano, por los establecimientos de Muerde la Pasta "pasaron el año pasado 5,3 millones de clientes, una barbaridad".
Este nivel de actividad ha llevado a la sociedad a dar un nuevo impulso destacado a su facturación. Así, de los 47,6 millones de euros que facturó en 2017, como recogen las cuentas consolidadas del grupo, el proceso de profesionalización que ha vivido la compañía llevó en 2018 a que cerrase "con 80 millones de facturación" y en el ejercicio en curso "esperamos cerrar con 100 o 110 millones de euros" de ventas, apunta su CEO. Un crecimiento al alcance de muy pocos.