Úpaletya lo emplean empresas como Porcelanosa, Anecoop, Aludium o Bodegas Enguera
VALÈNCIA. Diez años de trabajo, más de 5.000 horas invertidas, 52 prototipos desechados, un compromiso con el Medio Ambiente y un tesón intacto desde el primer día han logrado que hoy el palet de cartón de la empresa Mandriladora Alpesa sea una realidad y el modelo más competitivo del sector. Su director comercial y responsable de nuevos desarrollos sostenibles, Sergio Altur, lo tiene claro: “El palet de cartón será el futuro por su poco peso y su fácil recuperación medioambiental”.
La empresa de Tavernes de la Valldigna pretende competir en un sector donde hasta ahora los palets de madera y de plástico ocupaban todo el mercado y, además, de una manera sostenible. Por ello, debían desembarcar “una vez testado y garantizado el uso de Úpalet —la marca registrada— en diferentes contextos y situaciones”. Lo hicieron a principios de año y entre sus clientes ya se encuentra Porcelanosa, Anecoop, Aludium o Bodegas Enguera. Además, más de 45 empresas están interesadas en emplearlos.
Úpalet no está solo en el mercado —hay otras 22 marcas— pero es pionero en pasar todas las pruebas y sus capacidades de arrastre son mayores. “El proceso ha sido certificado por el instituto tecnológico Aidima en distintas pruebas y es el único palet de cartón que cumple con la certificación ISO: 8611: 2013”, señala Sergio Altur puntualizando que “no hay ninguno que soporte el arrastre de carga como el nuestro—más de 600 kg, incluyendo arrastre logístico y estanterías rack—”.
Pero, ¿cuáles son las principales novedades con respecto a un palet de madera? Para Sergio Altur, creador de Úpalet, son casi innumerables: Es ligero; puede llegar a pesar hasta diez veces menos que uno de madera de las mismas dimensiones, lo que reduce costes y disminuye las emisiones de CO2 emitidas en su transporte — 13 gramos por km—; aguanta la humedad; no tiene elementos férreos o punzantes, es personalizable; y 100% reciclable y sostenible.
es la única empresa del sector con el certificado del Instituto para la producciónsostenible (IPS)
Ese aspecto sostenible es fundamental en la concepción de Úpalet y en su proyección de futuro pues “para su producción no se talan árboles, ya que su materia prima proviene del reciclado, por lo que no conlleva ningún tipo de coste su eliminación” y recuerda que Mandriladora Alpesa es la única del sector que cuenta con el certificado del Instituto para la producción sostenible (IPS).
Para Sergio Altur el futuro pasa por el palet de cartón y para poder satisfacer la futura demanda del mercado están ultimando la producción en línea (las máquinas han sido también diseñadas por la empresa), con la que fabricarán un palet cada 22 segundos. La previsión para este año es una producción de entre 600.000 y 800.000 palets de medida europalet. Sus planes de futuro también pasan por la internacionalización. “Con la entrada del palet de cartón creemos que será más sencillo el crecimiento de la empresa en el exterior”, explica sobre los posibles socios o colaboraciones con empresas de Estados Unidos u Oriente Medio.
En su opinión, “la empresa que no invierte e innova en su propia marca o producto tiene los días contados” y con una medio sonrisa comenta “aunque parezca mentira, se puede innovar con el tubo de cartón”.
“La empresa que no invierte e innova en su propia marca o producto tiene los días contados”
Hasta la llegada del Úpalet las innovaciones estuvieron dirigidas a “mejorar nuestro producto y facilitar a los clientes el trabajo con nuestro sistema de tubo de cartón”, explica sobre una innovación que permite aplicar su producto sin colas, grapas, residuos…
Aunque es cierto que se está apostando por el Úpalet, no se olvidan sus orígenes: Una empresa familiar creada en 1991 por Pilar Sánchez y hoy dirigida por su marido Antonio Altur (Consejero delegado), Antonio Javier Altur Sánchez (director general) y el propio Sergio Altur. “En 1997 nos trasladamos a una fábrica de 1000 m2 que hoy se ha convertido en 22.000 m2 y ya tenemos prevista una próxima ampliación de unos 40.000 m2”, resalta sobre la actual Mandriladora Alpesa (dos veces y media más grande que su segundo competidor), tiene tres plantas y da empleo a 148 personas.
No ha sido un camino de rosas. Los años de la crisis no fueron fáciles para la empresa, que estuvo a punto de verse abocada al cierre. “La vivimos en las Navidades de 2007, las ventas bajaron un 40% por lo que mantener el negocio y una estructura tan grande fue difícil”, recuerda enfatizando que “fue una agonía que nos hizo reinventarnos”.
En 2016 cerró el ejercicio con 22 millones de euros,un 21% más que en 2015.
Según relata, la crisis la superaron en 2013 pero no fue hasta 2015 cuando llegaron a niveles previos de la recesión económica. Ya en 2016 cerraron el ejercicio con 22 millones de euros, un 21% más que en 2015. Para este año, Mandriladora Alpesa calcula una facturación de entre un 24% y un 25% más, llegando a los 30 millones de euros en un par de años.
El siempre pensante Sergio Altur adelanta su próximo proyecto: un palet de cartón hidrófugo. “Hemos probado varios sistemas y junto a algunos institutos de investigación valencianos estamos intentando avanzar hacia la creación de un palet de cartón que aguante muchos ciclos y se pueda mojar”, explica dejando entrever que es sólo uno de los proyectos en los que está trabajando ahora. “Estar en continuo proceso de innovación es fundamental para que el mercado te vea como un líder. Tener productos que durante un momento nadie tiene y, luego, sacar del cajón otra innovación para poder dominar el mercado en algún trocito”, remarca para seguir siendo líder con una cuota del mercado del 30%.