VALÈNCIA. La economía mundial está en jaque desde hace meses. La crisis sanitaria ha supuesto un duro golpe para la industria, que afronta en estos momentos un gran terremoto en el mercado: encarecimiento de las materias primas, la subida de la luz y los fletes marítimos, un cóctel explosivo que está provocando turbulencias en la recuperación del mercado. La situación no es baladí, dado que la subida del transporte marítimo se ha cuadruplicado en lo que va de año. Un escenario que ha abocado a muchas compañías a buscar alternativas y recurrir a la vía terrestre y aérea para minimizar costes.
Esta 'tormenta perfecta' azuza a una industria que ve como la recuperación se pone en jaque y amenaza con frenar la recuperación de la actividad económica mundial. Según el Shanghai Containerized Freight Index (SCFI), el índice más utilizado para las tarifas de flete marítimo para las importaciones de China en todo el mundo, los costes se han cuadruplicado su precio en lo que va de año. También, el Baltic Dry Index (BDI) refleja cómo se han disparado los fletes un 125% durante el presente ejercicio. Se trata de un índice de referencia para medir la temperatura del comercio marítimo mundial a través de la contratación de fletes marítimos de carga seca de las principales firmas del planeta del sector.
En el Puerto de València, el indicador creado por la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) para reflejar la evolución de las tarifas evidencia que la revalorización anual alcanza el 120%. En concreto, en el mes de junio los precios del transporte marítimo se incrementaron un 15,06%, situándose en los 3.138,98 puntos, y acumulando un aumento desde enero de 2018 del 213,90%
Tres indicadores cuyo común denominador es el alza constante en un sector de vital importancia para la economía mundial como es el del tráfico marítimo. No en vano representa el 90% del comercio de todo el planeta. El encarecimiento es tal que si antes de la pandemia mandar un contener a Extremo Oriente costaba unos 2.000 euros, ahora supera ya los 12.000 euros. Todo ello incluyendo el impacto que supuso el cierre temporal durante una semana del Canal de Suez tras el encallamiento del megabuque Ever Given.
Un escenario que preocupa a los sectores empresariales valencianos que ya han expresado sus temores. Así, hace ya unas semanas que la industria azulejera advirtió de que el costo de los contenedores de Europa a la costa este de EE. UU habían aumentado un 113%, generando "enormes problemas para un sector muy internacionalizado" como es este sector. También, la automoción apuntaba a la "asfixia" que viene arrastrando por la subida de precios de las materias primas, el alza de los fletes marítimos y la competencia de China. Un 'cóctel explosivo' que, según la gerente del Clúster de AVIA, Elena Lluch, merma la competitividad del tejido económico valenciano.
" El coste del transporte marítimo ha ido al alza porque había necesidad de barcos. La tendencia ahora son los megabuques y no caben en todos los puertos. Pero, además, las medidas sanitarias por covid son muy estrictas y rígidas en las terminales y dilatan la carga y descarga. Eso está provocando retrasos. Así, si en 2018 fletar contenedores tenía un coste de 2.500 euros ahora está en 12.000 euros en viajes hacia Extremo Oriente. Se ha quintuplicado", explica Vicente Mompó, director del área internacional de Cámara Valencia.
Según detalla, este contexto se inició cuando China empezó a recuperarse de la crisis sanitaria, mientras el resto del mundo seguía parado. "Empezaron a reestructurar las materias primas y a acumular contenedores en esa zona", puntualiza Mompó. "Conforme fueron despertando el resto de países nos hemos encontrado no había contenedores porque estaban muy mal distribuidos a nivel mundial", apunta. De hecho, puertos como el de Los Ángeles está bloqueado con contenedores vacíos. "Hay un desajuste mundial tremendamente preocupante en la logística marítima internacional", subraya.
Esta situación esta dificultando a muchas compañías volver a niveles previos a la pandemia e iniciar su recuperación. No obstante, las compañías están buscando alternativas para hacer frente al aumento desbordado de costes. "Las empresas se están buscando la vida con alternativas que pasan por el uso del tráfico aéreo o por carretera. Hay convoyes que vienen desde Asia y Turquía, aunque es cierto que es más lento", señala.
A todo esto hay que añadir la situación de oligopolio del transporte marítimo, ya que la mitad del mismo a nivel global lo realizan cuatro grandes navieras y ello reduce el poder de negociación de empresas y transitarias frente a ellas.
De acuerdo con los expertos, este escenario se mantendrá entre un año o año y medio. En este sentido, Mompó sostiene que las informaciones que maneja la Cámara de Valencia van en este mismo sentido y que la situación se mantendrá este año y el que viene. "Es un poco la tendencia y eso tiene sus consecuencia", recalca. De hecho, un informe de Cámara Valencia apunta que al final la mayoría de empresas valenciana acabará repercutiendo en el precio final el aumento de las materias primas y, por ende, el de los fletes marítimos.