VALÈNCIA. Apenas unos días. Este es el breve plazo de tiempo que en el Gobierno valenciano empieza a manejarse a la hora de tomar medidas más drásticas para frenar el avance del coronavirus. Un espacio reservado para conocer si el último cartucho empleado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en forma de toque de queda y cierre perimetral hasta el 13 de noviembre, surte algún efecto sensible en los datos. De lo contrario, habrá que ir más allá.
Una decisión que estaría apoyada en las cifras, pero también en los conocimientos adquiridos. Este miércoles la Conselleria de Sanidad hizo públicos 1.804 nuevos positivos, 35 brotes y 21 fallecimientos. En este punto, ya no es tan relevante el número de contagios detectados, dado que la cantidad de PCR que se realizan se ha multiplicado por diez desde aquella primera oleada. O lo que es lo mismo, tal y como reconoció el propio Pedro Sánchez, aunque el número de contagios 'oficial' en España supera el millón, el Gobierno cree que al menos más de tres millones de españoles habrían pasado el virus.
Más preocupante resulta el lento pero inexorable crecimiento de los ingresos hospitalarios: un termómetro para conocer y calcular el nivel de estrés sanitario que puede sufrir en un futuro inmediato la Comunitat Valenciana.
Así, la información remitida por la conselleria ayer sitúa en 1.321 los pacientes ingresados por covid en los hospitales valencianos. Una cifra que, salvo ocasión excepcional, lleva creciendo sin pausa desde hace más de un mes. Echando la vista atrás, la media de los 30 días más duros de la primera oleada -entre el 24 de marzo y el 24 de abril- en la Comunitat dejaba 1.411 ingresos hospitalarios. Según los datos de la conselleria, el 'top' en este funesto ránking tuvo lugar el 1 de abril, con 2.189 pacientes por coronavirus en los centros valencianos. En el último mes, la media de ingresados se sitúa en 788 pacientes, pero con una peligrosa tendencia ascendente.
Ahora bien, el proceso en esta ocasión está siendo distinto del tsunami de aquel momento y se asemeja más a una marea creciente que, no obstante, amenaza con terminar de la misma manera. Los motivos podrían deberse a que las medidas de prevención establecidas provocan un ritmo más lento del crecimiento de los ingresos. Mientras que en marzo se pasó de 135 ingresos (17 marzo) a 907 (24 de marzo) en una semana. La explicación podría residir en que miles de personas ya se habían contagiado cuando se decretó el confinamiento (15 de marzo) y desarrolló el virus en sus domicilios, conduciendo a ese pico brutal de ingresos a principios de abril.
Con este escenario no resulta extraño que la propia vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, abogara este miércoles por medidas más duras. Una posición que comparten en otras áreas del Gobierno valenciano y que en Presidencia también son objeto de estudio. Sin ir más lejos, el jefe del Consell, Ximo Puig, anunció este miércoles que a final de semana podría abordar el cierre perimetral de algunos municipios especialmente afectados por la pandemia.
Ahora bien, el siguiente paso a dar si las medidas adoptadas no funcionan, sí podría dirigirse a más restricciones e incluso un nuevo confinamiento domiciliario, aunque probablemente no tan estricto como el que se acometió en marzo. En este sentido, uno de los objetivos principales es mantener la actividad escolar -los colegios están resistiendo hasta el momento sin contratiempos demasiado graves- y laboral, por lo que distintos altos cargos consultados por este diario creen que las restricciones se centrarían en la hostelería y la actividad comercial. Un camino que Puig se ha resistido a tomar pero que ya no se descarta si la situación no mejora.
Otro de los baremos para conocer la presión hospitalaria es la ocupación de las UCI. Según datos del ministerio, en la actualidad la Comunitat tiene el 22% de plazas ocupadas por coronavirus, un total de 224 pacientes, si bien en el último mes el crecimiento también ha sido lento pero constante. De hecho, a principios de octubre era inferior a 70 enfermos de coronavirus.
Cabe recordar que, en el punto más álgido de la primera oleada, el récord de ocupación de camas UCI se situó en 386. Desde la Conselleria de Sanidad subrayan que el total de plazas de este tipo en los hospitales valencianos es de 960, aunque ampliable a 1.200 según las necesidades.