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CRÍTICA DE CINE

Los increíbles 2: Igual de imaginativa y fabulosa

3/08/2018 - 

VALÈNCIA. Han pasado catorce años desde que Brad Bird firmara Los increíbles. Enseguida se convirtió en una de las películas más queridas de la factoría Pixar, que en ese momento se encontraba expandiendo su universo después de Toy Story y Buscando a Nemo. 

El joven Brad Bird acababa de firmar una de esas películas que roban el corazón, El gigante de hierro y su fichaje por Pixar supuso toda una colisión de talento en el momento adecuado. Según él mismo ha confesado, nunca ha tenido más libertad en Hollywood que cuando hizo Los increíbles. Se trataba de un proyecto personal, así que estuvo implicado en todas sus fases desde el principio hasta el final. Si El gigante de hierro tenía una lectura nostálgica, enfatizada todavía más por tratarse de una animación en 2D en un momento en el que parecía impensable retroceder a un dibujo artesanal en plena fiebre tecnológica, en Los increíbles el director vertió su fascinación por los cómics de superhéroes y las películas de espías de los años 50 y a través de una estética retrofuturista compuso un universo de reminiscencias pop absolutamente delicioso. 

El director además introdujo la acción en un momento en el que el género de animación estadounidense parecía haberse olvidado de ella, pero él sabía cómo manejar las herramientas a su alcance para componer escenas magnéticas y vertiginosas. No es de extrañar que muy poco después comenzara la fiebre de las películas de superhéroes. En ese sentido, Bird sería precursor de todo eso. 

 

Sin embargo, todas estas cuestiones son para el director accesorias. Para él, el verdadero núcleo cordial de la historia es la familia. Hay un especial cariño en la composición de cada uno de los caracteres, así como de las relaciones que se establecen entre ellos. Los Parr tienen que atender a dos cuestiones fundamentales: utilizar sus súperpoderes para luchar contra los villanos de acuerdo a su ética justiciera, y cuidar a sus hijos. El elemento doméstico adquiría un peso muy importante en la película y daba lugar a una buena ración de gags. 

¿Qué ha pasado con los Parr en estos quince años? A Brad Bird le pareció curioso empezar su tan esperada secuela cinco segundos más tarde de donde dejamos la primera parte. Así que todo este tiempo es como si hubiera pasado en un abrir y cerrar de ojos. En realidad, así ha sido para el director, que asegura que, aunque rodó en medio tres películas, Ratatouille y dos de imagen real, Misión Imposible: Protocolo fantasma y Tomorrowland, en realidad es como si no hubiera pasado el tiempo. 

Pero el tiempo sí que ha pasado, y eso en parte le ha venido bien para el avance de la tecnología. Ahora todo es más rápido e intuitivo y gracias a ella ha podido mejorar todavía más las set-pièces de acción que resultan verdaderamente espectaculares, un auténtico torbellino de acelerada diversión en el que no hay lugar para el descanso. Son quizás los instantes más potentes de la película. La ejecución de estas escenas es de una precisión milimétrica y muy clara, porque como él mismo dice, los directores de acción que a él le gustan, como Steven Spielberg, James Cameron o George Miller, siempre tenían un control del espacio total, para que el espectador siempre supiera dónde se encuentran los personajes en cada momento. Es curioso que cuando filmaba en imagen real dijeran que planificaba como un animador, y ahora sea precisamente lo contrario. En cualquier caso, la pericia y la imaginación visual de Bird en estas escenas resulta apabullante y una de las razones por la que Los increíbles 2 se convierte en una película que va un paso más allá de lo que habíamos visto hasta el momento dentro del género. 

 

Lo cierto es que Los increíbles 2 vuelve a incidir en esa idea de que algunas películas de Pixar están más hechas a medida de los adultos que de los niños. Así, además de disfrutar de las escenas de acción, los mayores podrán disfrutar de una trama de espionaje en la que se habla de manipulación a través de las pantallas que forman parte de nuestras vidas. Sin duda una de las armas más masivas y letales de nuestra generación. También hay apuntes sobre la crisis de la masculinidad, sobre la necesidad de liberación de la mujer del yugo del hombre y de cómo la sociedad se puede convertir en un títere a través de la sugestión informativa. Seguramente este subtexto sea demasiado complicado de entender por el público infantil, pero afortunadamente para solucionar este problema tenemos a Jack-Jack. El bebé de la familia Parr se convierte en la auténtica estrella de la función y suyos son los mejores momentos, los más espontáneos y pegadizos. Y sí, también vuelve a aparecer el personaje de Edna Moda, al que pone voz el propio director. En esta secuela iban a prescindir de su presencia, pero el reclamo popular era tan grande que decidieron incluirla. 

Los increíbles 2 es tan pegadiza y trepidante como su antecesora, no solo maneja la acción a su antojo, sino también el gag y el humor se convierten en imprescindibles en el timing de cada escena. Una película llena de ideas, algunas mucho más provocadoras de lo que parecen que vuelven a situar a Bird en lo más alto del olimpo de los creadores contemporáneos. 


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