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Los chimpancés y los niños son capaces de imitar gestos para comunicarse entre ellos

26/08/2017 - 

MADRID (EP). Un nuevo estudio de la Universidad de Lund (Suecia), publicado en la revista 'Primates', ha encontrado que tanto los chimpancés como los humanos, sobre todo los niños, imitan espontáneamente las acciones del otro y de manera similar, al contrario de lo que se pensaba.

Décadas de investigación han demostrado que los simios, a pesar de sus proverbiales habilidades, son más bien imitadores pobres, especialmente en comparación con los niños humanos, a los que se ha atribuido su superioridad imitativa a una mayor motivación social para comprometer a otros en la comunicación y el intercambio de experiencias.

Las teorías actuales sostienen que los simios son peores imitadores porque carecen de este lado social y comunicativo de la imitación. Los estudios detrás de estas teorías, sin embargo, se han centrado en la imitación en el área de soluciones de aprendizaje a problemas físicos.

Sin embargo, un nuevo estudio que ha dirigido directamente su objetivo hacia el lado interactivo de la imitación, ha encontrado que la división entre humanos y chimpancés es menos clara.

El 10% de los gestos de una especie, copiados por la otra

Al observar sistemáticamente las interacciones espontáneas entre los visitantes del zoológico y los chimpancés del zoo de Furuvik, en Suecia, los investigadores encontraron que ambas especies imitaban en una extensión similar. Alrededor del 10% de las acciones producidas por cualquiera de las especies fue una imitación de las acciones de la otra especie.

"Esto tuvo lugar en un entorno típico de un zoológico, donde tanto los chimpancés como los visitantes tratan de atraer el interés mutuo de varias maneras. Estudiamos estas interacciones", explica el doctor Tomas Persson, uno de los investigadores que realizó el estudio.

También hubo una superposición significativa en el tipo de acciones imitadas por las dos especies. Tanto los humanos como los chimpancés imitaban acciones comunes, como palmas y besos o golpes en las ventanas.

"Las acciones que fueron copiadas tanto por humanos como por chimpancés no eran ni nuevas ni originales y sugieren que la imitación no era en absoluto sobre el aprendizaje. El objetivo parecía ser puramente social y comunicativo en la naturaleza", afirma Persson.

Los resultados también muestran que las interacciones que incluyeron la imitación duraron más que aquellas sin imitación. La imitación de gestos simples fue, pues, una buena manera de iniciar el contacto y mantener la interacción.

"Varias veces observamos interacciones prolongadas que tomaron un carácter parecido a un juego, que recuerda cómo los niños preverbales interactúan por medio de imitar las acciones de juego de otros", asegura la doctora Gabriela-Alina Sauciuc, quien condujo el estudio juntos con Persson.

El estudio es el primero en investigar sistemáticamente la imitación espontánea entre los chimpancés de los zoológicos y los visitantes del zoológico, así como en resaltar el papel social y comunicativo que la imitación de acciones familiares y rutinarias puede adquirir durante estas interacciones. Los hallazgos sugieren que la imitación intencional en la evolución de los simios pudo haber evolucionado con fines comunicativos y afiliativos, además de la función de aprendizaje más ampliamente reconocida de la imitación.

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