MADRID (EP). Una nueva investigación de la Universidad de East Anglia (UEA), en Reino Unido, que se publica este martes en 'PLOS ONE', revela que los cazadores para subsistencia de pequeñas comunidades en grandes áreas de bosque intacto y con acceso a poblaciones de peces saludables no parecen estar vaciando sus bosques.
Sin embargo, este hallazgo es sólo en el caso de las especies más pequeñas y las menos sensibles a la presión de la caza, porque se ha detectado que el número de grandes primates y otros mamíferos grandes es menor cerca de esas comunidades.
"Entender los impactos de la caza de subsistencia en los bosques tropicales es crucial no sólo para salvaguardar los ecosistemas terrestres más biodiversos del mundo, sino también para asegurar un futuro sostenible para las comunidades dependientes de los bosques", asegura el autor principal del estudio, el doctor Mark Abrahams, de la Facultad de Ciencias Ambientales de la UEA.
El equipo de investigación usó nuevos métodos de captura de imágenes y entrevistas para estudiar especies en el Amazonas. Trabajando con 60 comunidades amazónicas en las regiones de Juruá y Uatumã de Amazonas, en Brasil, desplegaron 383 trampas de cámara activadas por el movimiento y llevaron a cabo 78 entrevistas con cazadores de subsistencia.
Caminando a lo largo de millas a través de bosques sin caminos para desplegar cámaras a diferentes distancias de las comunidades, el estudio buscó comprender qué especies se agotan con la caza y dónde. Los investigadores encontraron que las especies de gran tamaño y las que forman grandes grupos menguan cerca de las comunidades amazónicas y que la biomasa de todo el conjunto de especies se reduce en gran medida cerca de las ciudades amazónicas.
La caza de subsistencia no vació el bosque de vertebrados en las regiones de estudio, que conservan una alta cobertura forestal, fuentes de proteínas alternativas y baja densidad de población humana. Las trampas de cámaras y los datos de las entrevistas mostraron que las especies de gran cuerpo y las especies que forman grandes grupos, como los pecaríes de labio blanco, los monos lanudos y los tapires, de hecho, disminuyen cerca de las comunidades. Las especies más pequeñas y aquellas menos sensibles a la presión de la caza no mostraron evidencia de agotamiento cerca de las comunidades.; pero la biomasa de todo el conjunto de especies se redujo considerablemente cerca de las ciudades.
"Nuestros resultados implican que los conservacionistas pueden ser cautelosamente optimistas sobre la perspectiva de la caza sostenible de subsistencia por parte de las comunidades amazónicas. Las comunidades pequeñas, que viven en grandes áreas de bosque intacto y con acceso a poblaciones saludables de peces, no parecen vaciar sus bosques", concluye el doctor Abrahams, que no obstante advierte de que esto "claramente no es excusa para la autocomplacencia".
Según explica, los grandes primates y los grandes ungulados, agotados por la caza, desempeñan papeles ecológicos vitales como la dispersión de semillas y son cruciales para la salud del bosque. "Además, las áreas donde las poblaciones humanas son más grandes, las poblaciones de peces son menos abundantes y la cubierta forestal restante es menos extensa, por lo que es probable que experimenten un agotamiento mucho más severo de los animales de caza", añade.