opinión

Lo que se juega el sector de la salud en EE UU con las elecciones

Para muchos, una victoria de Biden podría perjudicar en bolsa a las acciones de dicho sector, pero conviene 'leer la letra pequeña' como advierte el gestor

4/11/2020 - 

MADRID. Un triunfo de Biden podría hacer mella en el sentimiento de los inversores con las grandes compañías farmacéuticas, pero no altera las oportunidades de inversión a largo plazo en el sector sanitario. Las votaciones para las elecciones presidenciales de EE UU ya han comenzado con muchas encuestas prediciendo una victoria para el candidato demócrata Joe Biden. Para muchos, una victoria de Biden podría perjudicar en bolsa a las acciones del sector salud. Sin embargo, como todo lo que tiene que ver con este sector en EE UU, la realidad es más complicada. 

El presidente electo -quienquiera que sea– se tendrá que centrar en primer lugar en un paquete de estímulos financieros para aliviar el dolor económico causado por la pandemia de Covid-19. La reforma del sistema sanitario puede ser una consideración secundaria. Además, el hecho de que Biden pueda llegar a ser presidente es sólo parte del panorama. El control del Congreso es igual de importante. Los demócratas serán mucho más capaces de lograr sus objetivos políticos si logran una victoria amplia", tomando el control no sólo de la presidencia sino también del Senado y manteniendo su mayoría en la Cámara de Representantes.  

El objetivo principal de los demócratas es ampliar el acceso de la población a los seguros médicos. Para ello, necesitan hacerlos más asequibles. Reducir los precios de los medicamentos es una forma potencial de hacerlo, por lo que una victoria demócrata ha sido vista como algo que podría perjudicar a las empresas del sector sanitario. Esto tiene una doble lectura. 


En primer lugar, esta presión potencial sobre el precio de los medicamentos es probable que tenga un mayor impacto en las grandes empresas farmacéuticas que tienen medicamentos bien conocidos. Pero mientras que el sentimiento del mercado hacia las grandes farmacéuticas puede verse perjudicado, el resto del sector podría verse menos afectado. EE UU tiene un próspero sector biotecnológico que está desarrollando nuevos medicamentos y tratamientos. Nadie quiere frenar esto y por eso creemos que los precios se mantendrán en lo que se refiere a nuevos e innovadores medicamentos.

En segundo lugar, la complejidad del sector sanitario de EE.UU. hace que sea muy difícil lograr un cambio real. El sistema es una red de reembolsos y subsidios interconectados. El recorte de costes en un área puede disparar involuntariamente los costes en otra, dejando el panorama general sin cambios.
De hecho, este año el propio presidente Trump emitió varias órdenes ejecutivas destinadas a reducir los costes de los medicamentos para los pacientes. Una de ellas incluía la prohibición de los reembolsos pagados a los patrocinadores de planes de salud y a los administradores de beneficios de farmacia (PBM, por sus siglas en inglés) para pagar los gastos corrientes de los pacientes.

Reducir las primas de seguros

Los PBM negocian descuentos sobre el precio de lista público de los medicamentos y los trasladan a sus clientes, mientras que los pacientes de Medicare pagan el 20% de los costes de los medicamentos sobre la base del precio de lista público y no del precio inferior negociado. 

Sin embargo, los descuentos se utilizan normalmente para reducir las primas de seguros pagadas por la población mayor y el Gobierno, por lo que prohibirlos probablemente haría que el acceso a la atención médica fuera más caro para muchos de los que más lo necesitan. Este ejemplo ilustra lo complejo que es todo el sistema y cómo las soluciones aparentemente simples no son en absoluto fáciles de aplicar.    

John Bowler es gestor de fondos sector salud de Schroders

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