VALÈNCIA. Una nueva caída en las ventas, esta vez del 9% en el primer semestre de 2018. Es la cifra que trasladó Lladró a los sindicatos para justificar el ERE temporal que quiere aplicar a su plantilla, según confirmó a València Plaza la propia mercantil. Del dato se desprende que PHI Industrial, la dueña de la histórica compañía valenciana desde enero de 2017, no ha podido atajar el desplome de los ingresos de la firma, que acumuló años consecutivos de caídas antes de su llegada.
Pese a que la familia Lladró acometió 268 despidos antes de su marcha -el 38% del total de la plantilla- para vender la empresa optimizada y sin deuda, la inercia negativa de la fabricante de figuras de porcelana ha llevado a los nuevos propietarios a recuperar la fórmula del Expediente de Regulación Temporal de Empleo -los ERTEs tan utilizados por Lladró antes y también después del mencionado ERE- para ajustar de nuevo la oferta a una demanda menguante.
La sociedad, como reveló este periódico, trasladó a la plantilla esta dolorosa medida a principios de mes, y el pasado lunes concretó en su propuesta inicial al comité de empresa que quiere un ERE temporal "del 35% de la jornada laboral de 270 trabajadores durante 18 meses". En concreto, quiere aplicarlo entre el personal de las firmas Porcelanas Lladró, Arte y Porcelanas y en las áreas productivas de Daisa.
La compañía, sin embargo, agregó al respecto que su "voluntad" es "alcanzar el mejor acuerdo posible con los profesionales de las áreas productivas, que constituyen uno de los principales valores de la compañía".
Para tratar de lograr dicho acuerdo este jueves tuvo lugar la primera reunión de consultas, en la que los representantes del comité de empresa solicitaron para los trabajadores un complemento por día de paro, que las pagas y vacaciones se abonen completas, que todos los trabajadores consuman el mismo paro o que, en caso de que haya despidos durante el ERTE, se restituya el 35% de la jornada laboral no disfrutada.
La firma, en su comunicado sobre el ERTE, argumentó también que "la necesidad de seguir aplicando medidas temporales de flexibilización de la producción forma parte de lo previsible en una empresa que, como Lladró, está llevando a cabo un proceso de transformación y de desarrollo de nuevas líneas de producto, que precisan su tiempo para calar en el mercado y convertir en ventas".
"En este momento, en el que la situación de algunos mercados en los que opera la compañía se ha resentido, es preciso ajustar la capacidad productiva para no subir los niveles de stock y acompasar la oferta a la demanda, a fin de garantizar la evolución positiva por la que se está apostando", subrayó en la misma línea.