VALENCIA (VP). Liberbank cerró ayer a solo siete céntimos de tocar el euro y a uno más de quitarse la etiqueta de 'penny stock' que cuelga de ella desde finales de mayo pasado. Ayer los títulos de la entidad dirigida por Manuel Menéndez se anotaron una revalorización del 1,86% para despedir la sesión en los 0,93 euros. O lo que es lo mismo: máximo del día.
Cierto es que se intercambiaron de manos 1,15 millones de títulos, la mitad de la media diaria anual según los datos oficiales de Infobolsa, pero no lo es que Liberbank (LBK) se movía a primeros de julio pasado sobre el medio euro. Por tanto va camino de duplicar su capitalización, que actualmente es de 846 millones de euros.
"De sus resultados que están al caer va a depender que LBK recupere la cota psicológico del euro", advierten desde una mesa de intermediación bursátil consultada por este diario. "No hay que olvidar que este banco ha sido tremendamente castigado en la primera parte del año y pese a la fuerte subida que acumula desde los mínimos de julio todavía pierde en bolsa un 47% durante este ejercicio", añaden.
Lo que también es palpable es que pese al tono alcista presentado en las últimas sesiones, el volumen de contratación -no solo el de ayer- no ha acompañado. De hecho, la media diaria anual de esos 2,42 millones de 'liberbanks' -como se les conoce en la jerga bursátil- no se ha superado en las últimas 15 jornadas. "Es cierto que el volumen ha flojeado en los últimos días y resta empaque a la subida, pero insisto en que los resultados y las expectativas de futuro van a ser determinantes para reconquistar el euro", advierten las mismas fuentes.
Mientras tanto los accionistas de referencia como los Masaveu, el mexicano Tinajero y el 'cazaOPAs' Oceanwood siguen sin mover ficha desde hace dos meses como mínimo; como tampoco lo han hecho los bajistas durante este mes, que mantienen una participación total del 1,04%. Pero eso sí sin ningún 'corto' con nombre y apellidos, dado que no cuentan con el mínimo legal del 0,50% a partir del cual hay que descubrirse ante el mercado.
En otro orden de cosas, el banco anunció ayer que más de una veintena de oficinas rurales comenzarán a operar con agentes financieros entre mediados de noviembre y final de año, lo que constituye la primera oleada de la transformación de unas 150 sucursales en pequeñas poblaciones para mantener la presencia de la entidad en estas zonas.
El grupo creado por Cajastur-Banco CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura inició a finales de junio su plan de transformación de oficinas y ya en septiembre comenzó a operar la primera sucursal con un agente financiero, en la localidad asturiana de Cancienes.
A ésta se suman otras veinte oficinas: ocho en Castilla-La Mancha; seis en Extremadura; tres en Asturias, dos en Cantabria y una en Madrid, según la información trasladada a la plantilla consultada por la Agencia Efe.