VALÈNCIA. Las residencias de la tercera edad fueron, durante varios meses, uno de los epicentros de la tragedia provocada por la irrupción del coronavirus. Los brotes en este tipo de centros, habitados por grupos etarios especialmente vulnerables, causaron cientos de fallecimientos durante un año (marzo de 2020 a marzo de 2021) marcado por la dificultad para encontrar respuestas para luchar contra el virus y también por la propia presión hospitalaria que saturó buena parte de la sanidad española.
Un lugar donde dirigir ahora la mirada, cuando ha irrumpido una nueva ola (la quinta en España, si bien en la Comunitat puede considerarse la cuarta) que ha llevado la incidencia acumulada a 14 días a 432 casos por cada 100.000 habitantes en la autonomía y a más de 500 en España. En ambos casos, por encima del riesgo extremo situado en 250 contagios.
Ahora bien, de momento, la vacunación -el 97,6% de mayores de 70 años con pauta completa- está consiguiendo blindar las residencias de mayores. Desde hace tres meses y medio no se produce ningún fallecimiento en los centros de la Comunitat Valenciana, según los datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Unas cifras que están actualizadas hasta el 11 de julio, si bien desde la la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios de Atención a la Dependencia de la Comunidad Valenciana (Aerte) aseguran que en los últimos días no se ha notificado ningún fallecimiento en los centros.
Así, según estos datos, en la última semana de marzo se notificó el último fallecimiento en residencias valencianas, una cifra que venía decayendo desde mediados de febrero. Cabe recordar que, en enero, cuando la tercera ola azotó España, 740 ancianos de estos centros perdieron la vida por coronavirus.
El alto grado de vacunación -los usuarios de las residencias entraron en el primer grupo de prioridad- ha conllevado que ahora se cumplan tres meses y medio sin fallecimientos y con un registro muy bajo de contagios. En esta nueva ola, se han detectado en el último mes 25 positivos en las residencias, un número ínfimo si se compara con los 3.675 que se confirmaron solo en enero entre los usuarios de estos centros.
Por otro lado, la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV)notificó este viernes a Aerte la desestimación de las medidas cautelares que había solicitado para "permitir el contacto físico seguro en los centros residenciales", según informa esta entidad.
En el auto, explica Aerte, el alto tribunal no entiende que se den los requisitos necesarios para aceptar las medidas solicitadas al entender que el interés general de salud pública prevalece sobre los argumentos aportados por la asociación y que defendían la necesidad de recuperar ese contacto físico para proteger la salud emocional y psíquica de las personas atendidas.
Además, indica, siempre según Aerte, que no se debe tomar la situación epidemiológica del momento de presentar el recurso, el 21 de junio, sino la existente en la fecha de publicación de la resolución recurrida, el 8 de abril de 2021.
Tras conocer la decisión, el presidente de Aerte, José María Toro, manifestó que la asociación "ha hecho todo lo que estaba en su mano, incluso acudir a los tribunales, para que los familiares y las personas usuarias pudieran tocarse de manera segura".