VALÈNCIA. Algunas startups han tenido ocasión de anunciar durante los últimos meses el levantamiento de rondas de financiación. Entre las valencianas hay dos casos notables. El primero es el de Streamloots que, con su negocio de monetización para streamers, acaba de cerrar una ronda Serie A de 5,6 millones de dólares (4,73 millones de euros) con Bessemer Venture Partners y otros business angels del caché de Tobi Lutke (CEO de Spotify), o Jeremy Stoppelman (CEO de Yelp). El segundo corresponde a Sepiia, la marca de moda inteligente que cerró el pasado mes de junio una segunda ronda de financiación por valor de 500.000 euros. Ya de otros territorios, pueden citarse a Orio (400.000 euros), con una propuesta de VR aplicada a personas mayores, Velca (750.000 euros), fabricantes de scooters eléctricas, Hotelbreak (310.000 euros) con su oferta de marketplace de planes de día en hoteles y Adtuo (300.000 euros junto a un Neotec de 250.000 euros), especializada en publicidad en redes.
Que todos los referidos estén de enhorabuena, no significa que el mundo de las startups atraviese por su mejor momento. Un pequeño estudio realizado por la Asociación Española de Startups entre las empresas asociadas pone de manifiesto el impacto negativo que ha tenido la pandemia en este tipo de organizaciones. Conforme a los resultados de la consulta, la mitad de las startups consideran que su situación ha empeorado, principalmente por la pérdida de clientes (52,5%), los distintos problemas con inversores y rondas (37,5%) y por la falta de liquidez (32,5%). El dato más llamativo en lo que respecta a la financiación es que “seis de cada 10 han visto como las rondas en las que estaban inmersas se han suspendido o aplazado".
El tono tampoco es optimista cuando se les requiere su opinión sobre las políticas económicas del Gobierno aprobadas para mitigar los efectos de la crisis. Casi 4 (3,8) de cada diez las valoran negativamente. Cierto que muchas de las iniciativas aprobadas por el ejecutivo no discriminan a ningún tipo de empresa, pero el problema, como señala Carlos Mateo, presidente de la Asociación, es que ayudas como las líneas ICO se tramitan a través de los bancos, poco acostumbrados a valorar los riesgos de empresas emergentes o muy tecnológicas. La consecuencia es que están teniendo más dificultades para acceder al dinero que otros.
La otra conclusión del estudio es que cerca de la mitad de los emprendedores se han visto obligados a adoptar decisiones duras. De esto no se libran ni las que se han visto favorecidas por la financiación, como la mallorquina Hotelbreak que, pese a haber aumentado su facturación un 40% a raíz de la pandemia, durante el confinamiento tuvo que aplicar un ERTE. “Fue una experiencia muy desagradable tener que decir a un equipo formado y motivado que les teníamos que mandar a casa hasta que acampase el temporal”, declara Maxime Renaudin , cofundador de la startup. Por cierto, que ellos afirman que el ICO lo recibieron sin problema, “igual porque era muy poco dinero”, bromea.
También algunas tecnológicas han conseguido levantar cabeza después de los meses más críticos. Un ejemplo lo encontramos en Sngular, cuyo presidente, José Luis Vallejo, redactaba una dura carta a comienzos de la pandemia en la que afirmaba; “Tenemos estos días la difícil tarea de plantear quiénes nos podemos reducir los sueldos, o las jornadas, cómo podemos ganar tiempo entre todos para encontrar nuevos proyectos a compañeros que teníamos en los clientes en los que se nos ha reducido la actividad de golpe y también, desgraciadamente, de prescindir temporalmente de algunos compañeros a los que nos cuesta enormemente elegir. Porque aquí, hace una semana no sobraba nadie, y hoy, por capacidad y por actitud, seguiría sin sobrar absolutamente nadie”. A día de hoy, sin embargo se jacta en las redes de no parar de hacer contrataciones, hasta 20 en el mes de septiembre
Por su parte, Jon Yerro, CEO y fundador de la aceleradora Metxa, observa un estado de ánimo desigual entre los emprendedores. “Yo creo que va muy ligado a los sectores en los que están trabajando. Te los encuentras muy desorientados en actividades como el turismo o la hostelería y a otros que les está yendo de cine en áreas como la salud, el fintech, el insurtech o el ecommerce. En cualquier caso, yo animo a buscar oportunidades porque todavía queda un largo trecho en la digitalización de todas las industrias”.
En cualquier caso, la opinión que comparten todos es que habría que hacer un esfuerzo mayor para sostener a estas organizaciones que, según Pedro Moneo, CEO de Opinno, “representan la economía y el trabajo del mañana. Sería un error perder un ecosistema que, aunque sea relativamente joven, ha costado mucho construir y que ya empezaba a dar sus frutos con unas valoraciones tan interesantes como son los casos de Cabify, Glovo o Idealista. Pero no es solo una cuestión de dinero, es también cuestión de talento, de ser capaces de atraer al de fuera y, más importante aún, retener al propio y evitar su fuga”.
No obstante, entiende Pedro Moneo que, aunque las políticas que se dictan desde las Administraciones, no siempre acompañen a los emprendedores, “las crisis siempre son momentos de cambio y hay que estar preparados para tomar decisiones y adoptar nuevas estrategias, en eso radica el liderazgo. Y si te equivocas, no pasa nada porque en esos momentos los errores salen menos caros que cuando la máquina va a todo gas”.
Otro informe reciente de la Sociedad Española de Startups, en colaboración con el Politécnico de Torino, cifra en 215 el número de aceleradoras e incubadoras que suma ya nuestro país. Entre todas se estima que emplean a 1.376 personas y reciben, como media, más de 121 solicitudes de ingreso cada año. Por sectores, los más representados corresponden al turismo, social, bienestar y salud. En la parte contraria se hallarían áreas como las finanzas sostenibles, la protección al consumidor y la paz y la justicia.