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La pelea más dura del Botànic se centrará en la letra pequeña de las direcciones generales

4/06/2019 - 

VALÈNCIA. Hablar de la negociación del Botànic II que deben afrontar PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem-EUPV, suele significar hablar de consellerias y grandes áreas. No obstante, para varios de los miembros de las subcomisiones negociadoras los verdaderos y más intensos conflictos se producirán cuando llegue la hora de negociar la letra pequeña del pacto en el segundo y tercer escalón del Consell: secretarías autonómicas y, sobre todo, direcciones generales.

Al final, según admiten fuentes de la negociación de las dos fuerzas con mayor representación, PSPV y Compromís, es complicado que se produzcan grandísimos cambios en el reparto de las competencias. La coalición valencianista, en concreto el Bloc, insistirá probablemente en mantener Educación pese a los problemas atravesados durante la legislatura, con lo que los socialistas volverían a ostentar Sanidad.

De la misma manera, si tal y como se espera, Ximo Puig y los suyos retienen Hacienda, lo lógico es que otras competencias económicas puedan recaer en Compromís. Dentro de lo razonable también parece que la coalición valencianista pudiera mantener si lo desea las áreas relacionadas con bienestar social, dirigidas por Mónica Oltra en la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.

Así pues, los primeros pasos de la negociación no parecen dirigidos, en líneas generales, a una gran revolución. Sí existirán variaciones, tal y como ha ido informando este periódico, como por ejemplo la posible integración de Empleo en Educación, la separación de Agricultura y Medio Ambiente, tal vez el nacimiento de una conselleria de Turismo y Cultura... pero según las mencionadas fuentes no se espera una batalla demasiado dura -o al menos la más dura- respecto a los grandes bloques de competencias.

Más conflicto se espera eso sí en la letra pequeña del acuerdo: el diseño del mestizaje y su aplicación. En definitiva, el reparto de secretarías autonómicas y, sobre todo de direcciones generales. En 2015, se estableció que si el conseller era de un signo político, por ejemplo el PSPV, el secretario autonómico de esa área debía ser elegido por Compromís y viceversa. Posteriormente, en ese caso el dirigente socialista de turno situaba la mayor parte de directores generales, si bien la coalición valencianista nombraba al menos a uno.

Ahora bien, con una legislatura de experiencia a la espalda en el gobierno conjunto, fuentes de Compromís aseguran que tienen puesta la mirada en determinadas direcciones generales por las que pretenden dar la batalla porque han experimentado -o sufrido en algunos casos- la importancia de no controlarlas. Por ejemplo, la coalición tiene complicado cumplir su deseo de hacerse con Hacienda pero sí puede luchar por tomar algún área que considera clave como la DG de Sector Público, Modelo Económico y Patrimonio, en vez de la de Fondos Europeos que es la que han ostentado esta legislatura.

Este tipo de peleas son las que probablemente se tornen más intensas. También los socialistas pueden poner el foco en alguna dirección concreta que quieran controlar aunque la conselleria esté gestionada por Compromís. Por ejemplo, si la coalición valencianista controla una hipotética cartera de Medio Ambiente, desde el PSPV-PSOE tratarían de encabezar el área que estudia las licencias medioambientales, que en esta legislatura han estado bajo el dominio de la Dirección General de Medio Natural y Evaluación Ambiental.

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