VALÈNCIA. À Punt pudo dar ayer dos buenas noticias. Por una parte, el telefilm La Mort de Guillem sigue cosechando éxitos y se hizo con el premio a mejor película para televisión en los Premis Gaudí que otorga la Acadèmia del Cinema Català. Por otra parte, el estreno de L’Alqueria Blanca rompió la media de la cadena cuadriplicándola, al hacer cerca de un 13 % de audiencia -un 12,8 %- y quedando como segunda opción de la noche en audiencia, el mejor estreno de la historia de la cadena.
Yendo por partes, el estreno de L’Alqueria Blanca, tras su cancelación en 2013 por el cierre de Canal 9 (donde se emitía desde 2007) confirma el mito: es una apuesta segura y arrastra una legión de seguidores y seguidoras muy significativo. Alfred Costa confirmaba, en verano de 2020, que se había encargado el guion de una nueva temporada de la serie valenciana más popular. Un movimiento que ha salido más que bien y que -más allá de los datos absolutos de audiencia- cosechó una muy buena acogida por parte del público en redes sociales.
Más datos que deja la noche: destaca la fidelidad de los espectadores, un 74,6 % de personas que comienzan a ver el capítulo y se quedan hasta el final. Toda la programación especial fue vista en algún momento por 525.000 personas. Esta cuota crece hasta el 19,4 % en personas adultas entre 25 y 44 años y hasta un 27,2 % en niños y niñas. Solo pudo superarle, en términos absolutos, Rocío, contar la verdad para seguir viva, la docu-serie que Telecinco llevaba promocionando en sus programas de máxima audiencia y que ha tenido una importante repercusión social. David peleaba contra Goliat y no ha salido nada mal parado. En las próximas semanas, sin una emisión tan potente, no sería extraño ver L’Alqueria Blanca como primera opción de la noche, algo inédito en la historia de la nueva televisión valenciana.
L’Alqueria Blanca no solo funciona como estreno, sino que ha sido un apoyo importante en la parrilla a través de reposición, que muchas veces superaban la media de la cadena. Algo así como Los Simpsons de À Punt. A su vez, es la demostración de que la ficción seriada propia puede funcionar en parrilla. Los experimentos hasta ahora (Parany, La Forastera, La Vall, Diumenge Paella) no han salido bien parados, y eso ha ido creando una falta de interés de la cadena por invertir en este tipo de productos en favor de programas de entretenimiento para el prime time. También han pasado por las noches del domingo series de éxito de la homóloga catalana TV3, cuyas ficciones suelen traspasar las barreras autonómicas, llegando a ser importantes éxitos en las televisiones y plataformas nacionales. O sabor das margaridas, de TVG; Treufoc, de IB3, o El Último Show, de Aragón Televisión son otros ejemplos de productos de las autonómicas que han conseguido ser estandarte de estas y claves en su audiencia.
L’Alqueria Blanca es una oportunidad, una prueba de que el triunfo de una ficción en la Comunitat no es un espejismo. ¿Es una fórmula inigualable? ¿Solo hay apego a las historias de los Falcó y los Pedreguer? ¿O simplemente no se ha llegado a encontrar una digna sucesora? El tiempo y las ganas lo dirán. Esta es la primera ficción propia que estrena À Punt desde hace un año, cuando emitió Diumenge Paella.
Por otra parte, el telefilm La mort de Guillem ha seguido firme en su camino como uno de los grandes valores del cine a nivel estatal de esta temporada. El proyecto, coproducido por Lastor Media, SUICAfilms y Som Batabat, además de À Punt Mèdia, TV3 y una campaña de micromecenazgo, tuvo su premiere en el Festival de Málaga, donde cosechó muy buenas críticas. Su director, Carlos Marqués-Marcet, venía de dirigir Els dies que vindran, que fue una de las películas más laureadas de la anterior temporada.
A pesar de ser un producto pensado para la televisión, el nuevo contexto fluido hizo romper barreras a la película, y se puedo preestrenar en cines, con un importante éxito de público. Más tarde, se estrenó simultáneamente en TV3, IB3 y À Punt, cosechando en esta última un 11,3 % de share y convirtiéndose -entonces- en el mejor estreno de la cadena (ahora desbancado por L’Alqueria Blanca). La película hizo doblar la media de la cadena ese día porque arrastró a la audiencia a varios programas anteriores y posteriores.
En los Premis de l’Audiovisual se impuso, en igualdad de condiciones con el resto de films estrenados en salas o en festivales, en tres categorías: Mejor Largometraje, Mejor Actriz Protagonista y Mejor Guion. No ha ocurrido lo mismo en los Premis Gaudí (al ser categorizada como película para televisión) ni en los nacionales (Goya, Feroz, Forqué), aunque tampoco era candidata.
En todo caso, el film ya se puede ver en plataformas como Filmin y es, sin duda, el trabajo con más recorrido de la cadena fuera de sus fronteras autonómicas, solo por detrás de la serie El caso Alcàsser (que produjo con Netflix) y Duel de Veus (que triunfa en latinoamérica gracias a los fans de Samantha, que es jurado del concurso), si bien estas dos no han conseguido reflejar sobre papel un share importante.
Dos alegrías consumadas en menos de 24 horas que, como mínimo, puede generar una reflexión sobre el peso de la ficción en el proyecto de la radiotelevisión autonómica. No solo es un potencial revulsivo de la audiencia, es también el producto audiovisual que más industria moviliza. En el borrador del nuevo contrato programa, que aún no se ha aprobado y fue adelantado por Valencia Plaza, este apartado pasa en la televisión de un 4,76 % a un 22,35 %, aunque incluyendo ahora también documentales. Eso sí, elimina el apartado que especificaba la cantidad de "producción ajena" que hasta ahora se ha pedido (un 9,52 %). Esas poco más de quintas partes del total de la programación podrá ser llenada con contenido propio o con ajeno indistintamente. Más allá de L’Alqueria Blanca, la cadena no tiene en parrilla ninguna producción propia, aunque sí hace reposiciones de series recientes de otras autonómicas o de la hemeroteca de RTVV. Eso sí, se mantiene ese "mínimo del 35% del tiempo de emisión anual que se dedicará a la difusión de obras audiovisuales y cinematográficas de productoras valencianas independientes y de producción original en valenciano".
A lo largo de su mandato, Costa lo apostó todo por la audiencia, pero sin un respaldo presupuestario ni burocrático, no ha habido modelo que asentar sino situaciones que amortiguar