MADRID, (EP). Todo el mundo sabe que hablar por un teléfono móvil impide nuestra capacidad de conducción, pero una investigación de la Universidad de Iowa (UI), en Estados Unidos, nos está ayudando a entender cómo incluso una simple conversación puede afectar a la capacidad del cerebro de concentrarse en la carretera.
Los investigadores de la UI utilizaron experimentos informatizados que rastreaban los movimientos oculares mientras pedían a los sujetos que respondieran a preguntas verdaderas o falsas. Los encuestados que respondieron a las preguntas necesitaron alrededor del doble de tiempo para dirigir sus ojos a un nuevo objeto en la pantalla que aquellos que no estaban obligados a responder o a los que no se les hicieron preguntas.
Los experimentos simularon un escenario en el que un conductor está usando un teléfono móvil o teniendo una conversación con un pasajero, explica uno de los autores de este trabajo, Shaun Vecera, profesor del Departamento de Psicología y Ciencias del Cerebro de UI. El estudio -- publicado en la edición digital de este lunes de 'Psychonomic Bulletin and Review'-- examinó la desconexión de la atención como la posible causa de la mala conducción mientras se utiliza un teléfono celular.
"Lo que este estudio sugiere es que la razón por la que hay que ser cauteloso (cuando se habla por teléfono mientras se conduce) es que se ralentiza la atención y simplemente no somos conscientes de ello porque sucede muy rápido", dice Vecera. La demora es de unos 40 milisegundos, o cuatro centésimas de segundo, lo que puede no parecer mucho tiempo; pero cada vez que el cerebro se distrae, el tiempo para desconectar de una acción e iniciar otra acción se hace más largo.
"Es un efecto de bola de nieve --describe Vecera-- y eso es lo que contribuye al problema, porque al final eres inconsciente de muchas cosas que están a tu alrededor". Hay poca controversia sobre que el uso de teléfonos móviles --ya sea mensajes de texto o hablar-- es peligroso para los conductores. La Administración Nacional de Seguridad en las Carreteras de Estados Unidos informa que, en el año 2015, 3.477 personas murieron y 391.000 resultaron heridas en accidentes con vehículos motorizados involucrados en conversaciones telefónicas, mensajes de texto y otras distracciones.
La investigación ha demostrado que el uso de teléfonos celulares reduce el campo de visión de un conductor, creando un campo de visión parecido al cono similar a la visión en túnel. Otros estudios han sugerido que usar un teléfono celular al conducir coloca una carga mental, o "carga cognitiva", en los conductores, lo que hace que sean menos propensos a detectar y reaccionar ante la aparición de un nuevo objeto.