Los operadores activos especulan sobre cuándo se producirán puntos de inflexión o cambios del liderazgo en el mercado como explica el gestor
MADRID. Existe una gran diferencia entre la negociación activa y la inversión activa. Los operadores activos alquilan los instrumentos financieros. Especulan sobre cuándo se producirán puntos de inflexión o cambios del liderazgo en el mercado, y rotan sus posiciones con el fin de aprovechar los cambios de tendencias. Ahora bien, resulta muy difícil lograrlo de manera sistemática, lo que suele conllevar un amplio abanico de resultados. Nosotros adoptamos un enfoque diferente. Invertimos de forma activa. Tratamos de poseer los activos financieros no solo a lo largo de un ciclo de mercado, sino a menudo a lo largo de varios ciclos. En los sectores cíclicos en concreto, eso exige identificar las empresas menos 'comoditizadas', más diferenciadas y de mayor valor añadido del sector en cuestión, aquellas con capacidad para crear valor a largo plazo con independencia del entorno económico.
Pongamos el sector de la construcción de viviendas como ejemplo. Las constructoras son la manera más directa de invertir en el sector ('apuesta pura'). No obstante, estas empresas dependen enormemente de la trayectoria de la economía, del sentimiento de los consumidores y de la asequibilidad de las viviendas. También requieren mucho capital, lo que suele conllevar una elevada variabilidad en los márgenes. Ahora bien, los inversores disponen de vías alternativas para obtener exposición al sector de la vivienda más allá de las constructoras. Como todo propietario sabe, una casa se compone de múltiples sistemas, y ninguno de ellos dura para siempre.
El terreno y la mano de obra representan alrededor de dos tercios del coste de una nueva vivienda; los productos de construcción representan el resto. Los acabados interiores también suponen una parte considerable de esos costes, aun cuando se encuentran entre los menos 'comoditizados'. Aquí, la calidad y la estética revisten gran importancia, lo que proporciona a los fabricantes de los componentes —como las instalaciones de fontanería y ebanistería— poder de fijación de precios y márgenes sostenibles. El techo, la pintura, el suelo y el aislamiento también son componentes muy específicos, con una diferenciación similar en términos de calidad de productos.
No obstante, el mercado de los proveedores no está, ni mucho menos, restringido a la construcción de nuevas viviendas. En Estados Unidos, donde la antigüedad media de las viviendas ronda los 43 años, los propietarios suelen estar ocupadísimos con proyectos, renovaciones o reparaciones. Por este motivo creemos que los proveedores presentan un perfil menos cíclico que las constructoras de viviendas y, en última instancia, representan mejores negocios.
La inversión activa no se limita a identificar los activos financieros que presentan una trayectoria sostenible hacia una rentabilidad del capital relativamente significativa (en términos ajustados por el riesgo) durante varios años. Para nosotros, invertir equivale a adquirir participaciones de capital en las compañías con propuestas de valor sostenibles. Dicho de otro modo: compañías con un propósito. Para administrar el capital de forma responsable, no debemos limitarnos a evaluar los riesgos de un modelo financiero. Unas prácticas laborables abusivas arraigadas en la cadena de suministro de una compañía, unos precios de transferencia dudosos para evitar impuestos, la forma en la que una empresa aborda los asuntos sociales: todo esto exige un continuo proceso de participación activa con los equipos directivos, los consejos de administración y otras partes interesadas de las compañías. Se trata de una importante responsabilidad que se ha de asumir cuando se invierte el dinero de otra gente. Y los equipos directivos suelen escuchar más atentamente a los que compran que a los que alquilan.
Se puede obtener una enorme recompensa financiera si se determina con precisión los puntos de inflexión y los cambios de liderazgo en el mercado, pero lo que se traducirá en rentabilidades superiores a largo plazo es, a nuestro parecer, poseer compañías con un propósito. En nuestra opinión, la relación es causal, y no pura coincidencia.
Robert Almeida es gestor de carteras y estratega de inversión mundial de MFS Investment Management