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opinión

La descorrelación entre bolsa y economía real llegó para quedarse

El nuevo escenario contempla una economía sostenida por los bancos centrales donde la liquidez busca rentabilidad en su única alternativa: la renta variable

30/11/2020 - 

MADRID. Las preocupaciones sobre el impacto del virus a nivel global -y las nuevas olas que se puedan dar hasta que se empiecen a aplicar las primeras dosis de las vacunas- es una incertidumbre a tener muy en cuenta. Si le sumamos las dudas sobre la proporción de población dispuesta a vacunarse, esto produce aún mayores incertidumbres sobre la realidad del impacto del virus. 

Debemos tener en cuenta que el virus ha acelerado aún más un proceso de recesión en el que estábamos sumidos, incluso antes de que esta crisis estallara. La cuestión es que actualmente los datos macroeconómicos están mostrando un mayor debilitamiento en las últimas semanas, lo que es un claro síntoma de debilidad para los próximos meses.

Los bancos centrales continúan con su aumento de los programas expansivos en lo que a políticas monetaria se refiere, centrándose principalmente en la compra de activos. La cuestión es que las previsiones de crecimiento en las economías se siguen revisando a la baja; mientras las previsiones quedan muy lejos de un crecimiento en los próximos meses en la mayoría de economías a nivel global. Todo este tipo de circunstancias es previsible que cambie la dinámica inversora y vuelva el interés sobre las compañías de crecimiento y no de valor. Estas últimas han gozado de un extraordinario retorno cuando se han ido conociendo los avances respecto a las vacunas pero de volver la incertidumbre ocasionarían un movimiento de rotación de carteras.

Impacto más duradero

Los diferentes cierres que se han producido principalmente en Europa podrían ocasionar un impacto más duradero que  lo que mostraban las expectativas en las primeras fases de la crisis.  Pero parece que los inversores no piensan en salirse del mercado sino en rotar sus activos; y es que a nadie le extraña ya la descorrelación que existe actualmente entre renta variable y economía real. Pero debemos de plantear un nuevo escenario, que no es un escenario desconocido realmente por nadie: una economía sostenida por los bancos centrales y donde la liquidez busca rentabilidad en su única alternativa, es decir, la renta variable.

Con este panorama debemos analizar la situación de la renta variable como un indicador adelantado donde el mercado está reaccionando a una mejora sustancial de las condiciones económicas en el largo plazo. Pero eso sí sabiendo que las ayudas de los entes económicos -y las rentabilidades que están otorgando los activos que componen el mercado de valores- sirven para crear una fuerte demanda que impacta en una revalorización continuada en los precios de las acciones.

Ante esta situación son muchas las voces que se alzan comentando la posibilidad de burbujas dentro de la renta variable; y es que las rentabilidades de algunos activos parecen mostrar las condiciones suficientes para que estas se den. Sin embargo, hay que diferenciar entre activos o compañías que generan valor, dado que su negocio es cuantificable y muestran el impacto que tiene su actividad en unas cuentas periódicas frente a los activos intangibles -no cuantificables-, que no aportan un valor real y no gozan del respaldo de los principales organismos regulatorios.

Jorge López es analista de XTB

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