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La comunicación abierta, clave para la cooperación humana

14/11/2018 - 

VALÈNCIA. (EP). La reciprocidad indirecta es un modelo que explora cómo actúan los humanos cuando su reputación está en juego, y qué normas sociales utilizan las personas para evaluar las acciones de otros. Una pregunta clave en esta área es 'qué normas sociales conducen a la cooperación en una sociedad'. Los estudios anteriores siempre han asumido que todos en la población tienen toda la información relevante y que todos están de acuerdo sobre quién es bueno y quién es malo, supuestos en desacuerdo con la realidad.

En un modelo nuevo y más realista, Christian Hilbe, Laura Schmid, Josef Tkadlec y el profesor Krishnendu Chatterjee, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria (IST, por sus siglas en inglés), junto con el profesor Martin Nowak de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, han explorado qué sucede cuando la información está incompleta y las personas cometen errores. En su modelo, las estrategias previamente exitosas no conducen a una cooperación mantenida y en la mayoría de los casos no evolucionan en absoluto, como exponen en un artículo sobre su trabajo publicado este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

En el mundo de la teoría de juegos, la reciprocidad indirecta se lleva a cabo utilizando dos individuos seleccionados al azar en una población: un donante y un receptor. Entonces, el donante debe decidir si ayuda o no al receptor en función de sus normas sociales. La decisión del donante puede depender de la reputación de los dos individuos y de la norma social que emplea el donante (por ejemplo, es posible que solo ayuden a los beneficiarios con una buena reputación).

Mientras tanto, el resto de la población está observando: después de la decisión del donante, actualizan sus opiniones sobre él o ella basándose en sus propias normas sociales. Los modelos anteriores se basaron en los supuestos de que todos estuvieron de acuerdo con la reputación de todos los demás y de que todos son testigos de todas las interacciones. Estos estudios demostraron que hay ocho normas o "estrategias" sociales "principales" que conducen a una cooperación estable en una población.

Pero, ¿qué sucede cuando las personas cometen errores y se desarrollan diferencias de opinión?. "Queríamos explorar cómo les fue a las ocho estrategias principales cuando nos enfrentamos a información ruidosa e incompleta", explica Laura Schmid, estudiante de doctorado en el grupo Chatterjee. Lo que encontraron les sorprendió: ninguna de las estrategias condujo a altos niveles de cooperación y muchas fueron inestables o no evolucionaron en absoluto.

Modelar estas interacciones es matemáticamente exigente y las suposiciones anteriores hicieron que el análisis fuera más fácil. "Cuando consideras todos los detalles, necesitas confiar en las simulaciones, y eso lleva mucho tiempo", dice el postdoctorado Christian Hilbe. Aun así, incluso una sola diferencia de opinión en la población podría tener efectos drásticos.

Si el donante cree que el receptor es malo, pero el resto de la población piensa que el receptor es bueno, la decisión del donante de no ceder hace que su reputación disminuya, lo que provoca un efecto dominó en toda la población. Josef Tkadlec, otro estudiante de doctorado que trabaja con el profesor Chatterjee, describió matemáticamente cómo se propagan las diferencias de opinión y dividen a una población.

"Para algunas estrategias, incluso un solo desacuerdo podría conducir a poblaciones que se dividieron en dos subgrupos polarizados --dice Tkadlec--. Otras estrategias podrían recuperarse, pero podría llevarles mucho tiempo". El equipo ya tiene en mente modificaciones adicionales: por ejemplo, en las poblaciones en simulaciones anteriores, todos estaban conectados con todos los demás.

¿Qué pasaría cuando la población tuviera una estructura de red particular? Además, los individuos en las poblaciones fueron independientes en la formación de sus opiniones. ¿Qué pasaría si pudieran comunicarse? El equipo ya ha encontrado alguna evidencia numérica que sugiere que la comunicación entre individuos reduce los errores y aumenta la cooperación. "Vistos desde este ángulo --concluye el postdoctorado Christian Hilbe--, nuestros hallazgos resaltan la importancia de la comunicación y la coordinación para construir y mantener la cooperación en una sociedad".

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