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La calma antes de la tormenta: la cultura en la Comunitat progresó adecuadamente en 2019

La región mejora ligeramente sus datos en prácticamente todas los indicadores. El cine, los macrofestival y el rock son las grandes fortalezas

15/10/2020 - 

VALÈNCIA. La cultura en la Comunitat Valenciana avanzó tímidamente en 2019, antes del asomarse al imprevisible abismo al que la ha abocado el coronavirus. Así lo refleja el Anuario SGAE de las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales, que desde 1999 recoge macroindicadores de consumo y producción cultural de España. El que hace referencia al año pasado se presentó ayer en Madrid. En él, se han presentado unos "datos alentadores" en el año 2019 que suponían una "recuperación" de la crisis del año 2008, una crisis que empezó hace 12 años y de la que aún se espera salir.

A nivel nacional, el estudio constata que se mantiene la tendencia creciente de los últimos años. Analizando las diferencias entre los dos pasados ejercicios, el número de representaciones aumenta un 1,2%, el número de espectadores crece un 1,9% y la recaudación se ve incrementada en un 1,3%. Si se analiza la evolución histórica de esos mismos indicadores, se encuentran los resultados más altos entre 2008 y 2009. A partir de ese momento, empiezan a observarse pronunciados descensos que se mantienen hasta 2016 en el caso de la oferta y hasta 2013 en la asistencia y la recaudación. Tras ello, se produce un nuevo cambio de tendencia que inicia una lenta recuperación, pero sin llegar a superar, por el momento, los máximos mencionados. 

De esta forma, si comparamos los datos de 2019 y 2008, podemos observar un retroceso acumulado del 32,1% en la oferta, del 27,7% en la asistencia y del 8,3% en la recaudación. ¿Qué significa estar aún en la crisis? Que tras 12 años aún sigan desaparecidos 1 de cada tres espectadores y espectáculos de teatro, danza y circo.

Este ejemplo es extrapolable a casi todas las disciplinas que estudia el informe: tras la crisis del 2008, descensos generalizados hasta 2014 o 2015 y desde entonces, la curva se aplana hasta 2017 o 2018, cuando se avista un cambio de tendencia que los datos de 2019 han confirmado, y que forzosamente, se verán en claro retroceso por el parón cultural provocado por la crisis sanitaria. La curva es calcable en todas las disciplinas excepto en una, el cine, que en 2018 acusó un pequeño retroceso y el año pasado cambió de tendencia.

Ya en clave valenciana, prácticamente todos los indicadores aumentan muy ligeramente, siguiendo una tendencia que se inició en 2015. No se encuentra ningún retroceso significativo en ninguna de las disciplinas y vuelven a destacar las tres grandes fortalezas del Comunitat: la música en general, los macrofestivales en particular y las salas de cine. 

Música

Por partes, los conciertos de música clásica (sinfónica y lírica) pierden 0,2 puntos en su peso nacional, aunque se mantiene en el liderazgo nacional (el 15,8% de todos los espectáculos de música clásica de España se celebran en la Comunitat). La segunda posición la sustenta Madrid, con un 14,4% del total. Si bien ese peso se mantiene más o menos en la tasa nacional de espectadores, se hunde en la recaudación. En la Comunitat Valenciana se recoge únicamente el 5,7% de todos los ingresos por música clásica de España, y eso que la cantidad bruta en euros ha aumentado un 8,7% respecto a 2018. Esta diferencia se puede deber al particular tejido sociocultural de bandas a nivel local, cuyos espectáculos no suelen estar destinados a recaudar una cantidad significativa de dinero a través de la taquilla.

En el terreno de la música popular, cabe diferenciar dos realidades bien diferentes. La Valencia con macrofestivales y la Valencia sin ellos: del podio de las tres citas musicales más multitudinarias del año pasado, el primer puesto le pertenece a un Medusa Sunbeach Festival (315.000 asistentes) que ha dejado en el segundo puesto al líder del año pasado, el Arenal Sound (300.000 asistentes). Completa el podio el Viñarock, que se celebra en Albacete, y en la parte alta del ranking se reconoce también al Rototom y al FIB.

Este liderazgo absoluto en las grandes citas se contrarresta con los datos que quedan al dejar de lado a los macrofestivales. Ante un peso nacional relativo de un 24,8% en Madrid, un 23,2% en Andalucía y un 13,6% en Cataluña, la Comunitat se tiene que conformar con albergar un 5% del total del estado, aunque cabe destacar que la cifra mejora en relación al, al pasar de 4.451 a 4.581 conciertos. Otro dato destacable es el del peso del pop y el rock en el conjunto de espectáculos celebrados en la Comunitat Valenciana, siendo uno de los más altos de España con un 79,1%. Un dato que se completa con el peso de los mismos géneros en la recaudación de la música popular en la Comunitat, un 88,9%. La electrónica y el jazz le siguen con gran diferencia, pero con un peso igualmente muy significativo, un 5,5% y un 4,3% respectivamente.

Cine

Las salas de cine siguen un rumbo discreto pero creciente en la Comunitat Valenciana. El año pasado, mientras los datos nacionales sufrían un retroceso, en la región se mantenían en alza. Con la tendencia estatal normalizada, las tres provincias siguen superando la media nacional en todos los indicadores de gasto en cine, veces a la que se ha acudido por habitante, precio por persona o pantalla de cine por habitante. La Comunitat suma 12 nuevas pantallas, un 2,6% más, y se mantiene a puertas del podio nacional.

Los datos demuestran un tejido de oferta y demanda ajustado, que mantienen datos estables. Cada valenciano y valenciana va a al cine una media de 2,4 entradas por año. La media de gasto en cine por habitante también aumenta hasta los 14 euros. La Comunitat Valenciana también puede presumir de tener las dos pantallas con más espectadores de toda España: las ubicadas en l’Hemisfèric (336.853) y en el Oceanogràfic (198.797). También el cine independiente con más público del país, los Cines Lys de València (744.713).

Artes Escénicas

En el terreno de las artes escénicas, la Comunitat se mantiene cómoda en el terreno de los incrementos: un 3,2% más asistencia y un 2,3% más de recaudación, manteniéndose en tercera y cuarta posición en el ranking nacional, respectivamente. 

Cabe recordar que los datos de este anuario tienen un reverso: la realidad empresarial y de producción es la cara de una cruz que llevan a cuestas los trabajadores y trabajadoras de la cultura, que desarrollan su trabajo bajo una precariedad sistémica, tal y cómo demostró hace tan solo unos meses otro estudio, el primer Informe sobre las artes escénicas en España, su financiación y situación laboral.

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