VALÈNCIA. Apenas una semana después de que el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) colgara en su web el informe 'Las entidades de depósito en la Comunitat Valenciana' del primer trimestre del año, la institución presidida por Manuel Illueca hizo ayer lo propio con el correspondiente al segundo trimestre de 2018. Y, una vez, más el resumen fue el habitual de las últimas ocasiones: menos oficinas bancarias, menos créditos concedidos y más depósitos.
A lo largo del primer semestre del presente ejercicio bajaron la persiana 86 oficinas bancarias en algún punto de València, Alicante y Castellón frente a las 150 que desaparecieron en el mismo periodo del año pasado. O lo que es lo mismo: la banca cerró un 57,3% menos de sucursales en la Comunitat Valenciana durante la primera parte del año. A 30 de junio pasado eran 2.638 las oficinas repartidas por el territorio autonómico con 1.389 en la capital, 930 en Alicante y 319 en Castellón.
Precisamente ésta última -la provincia castellonense- ha sido la que menos ha reducido la red comercial bancaria, puesto que entre enero y junio solo han cerrado 10 oficinas frente a las 33 del mismo periodo de 2017. A continuación se ha situado la alicantina con 33 menos -frente a las 66 que vio esfumarse en el primer semestre de 2017- y la valenciana con 43 cierres (vs. 51 anteriores).
Mientras tanto los depósitos bancarios siguen con su marcha ascendente en la Comunitat Valenciana, recuperando niveles perdidos tras la crisis como avanzó este diario hace seis días. Todo lo contrario que los créditos, que cual rentabilidad de un bono se mueve a la inversa que su precio.
Las entidades de depósito que operan por estas tierras vieron como los depósitos del sector público y privado residente se incrementaban un 9,76% anual en el primer semestre del año. Un ratio muy por encima del 2,77% que exhibía doce meses antes, siempre según el último informe del brazo financiero de la Generalitat Valenciana.
Al cierre de la primera parte del año, la banca totalizaba 107.504 millones de euros en depósitos donde -lógicamente y por aquello de Bankia- los bancos y cajas de ahorros -o Caixa Ontinyent- copaban la mayor parte con 93.560 millones frente a los 13.944 millones de las cooperativas de crédito, que por otro lado crecieron un 3,65% en tasa anual. Unos datos que contrastan con el tímido repunte del 0,32% del conjunto nacional de entidades de depósito, que mantenían a buen recaudo 1,23 billones de dólares.
En cuanto a los créditos, el descenso fue del 4,54% anual -frente al -3,76% del 30 de junio de 2017- entre las entidades que operan en la Comunitat Valenciana, con un volumen conjunto de 114.083 millones de euros donde bancos y cajas monopolizaban 102.893 millones, un 4,58% menos -vs. -3,97% en el primer semestre de 2017-; mientras las cajas rurales tenían prestados 11.190 millones de euros, un 4,16% menos -vs. 1,77%-.
En este caso los porcentajes eran peores que los del total de entidades españoles, que con 1,25 billones en créditos, los habían reducido en un 3,25% en tasa anual.