VALÈNCIA (EP). La Unió de LLauradors prevé un descenso medio del 20 por ciento en la cosecha de almendra en la Comunitat Valenciana en relación con 2020, con una previsión de unas 7.248 toneladas, según ha informado la organización agraria en un comunicado.
El descenso más acentuado se da en la provincia de Castellón, donde se espera que la producción se sitúe en torno a las 1.200 toneladas, lo que significa una bajada del 40%. En Alicante y Valencia, con unas previsiones de 3.154 y 2.897 toneladas, respectivamente, la bajada será de alrededor del 15%.
La menor cosecha generalizada en todo el territorio es consecuencia, por una parte, de las adversas condiciones climatológicas de la primavera, pero también de los graves problemas fitosanitarios de la campaña anterior, sobre todo en aquellas explotaciones que no fueron tratadas adecuadamente.
La producción ha sido "muy irregular", dependiendo de la zona y las variedades. Así, mientras que las variedades tradicionales han mantenido la producción, las más modernas van a tener una "merma importante" sobre lo que es habitual.
Según La Unió, el pasado ejercicio "fue uno de los peores que recuerda el sector de los últimos años, con un precio medio en la almendra comuna de alrededor de los 3,08 euros/kilo, que significa un decrecimiento del 38% sobre la de 2019".
Para esta campaña se observan caídas permanentes en la evolución semanal de los precios y así en mayo son un 29% inferiores a las mismas fechas de la campaña anterior y un 43% sobre las de hace dos. Por tanto, según la organización, "las perspectivas no son demasiado halagüeñas y los productores pueden ver como sus rentas caigan a valores que provoquen el abandono de muchas explotaciones tradicionales de secano, con lo que se acentuará aún más el deterioro ambiental del interior de la Comunitat Valenciana".
"Si al descenso de la producción se les suma la bajada de los precios, estamos ante el escenario perfecto para una película de terror con consecuencias terribles para muchas de nuestras zonas rurales", asegura La Unió.
No obstante, la organización considera que una mayor o menor producción valenciana o española "no tiene ninguna influencia en los resultados de la campaña, ya que, en un mundo tan globalizado y especulativo, lo que verdaderamente repercute, es la producción de almendra en Estados Unidos".
En este sentido, el USDA norteamericano prevé que su producción de almendras sea de alrededor de 1,45 millones de toneladas, lo que supone un incremento respecto a la campaña pasada del 3%, pero un 48% más sobre la media de los últimos diez años. La superficie también crece permanentemente y para 2021 se estima en unas 538.238 hectáreas cultivadas, lo que supone un incremento del 73%.
Así mismo, aunque el rendimiento medio para esta campaña es ligeramente inferior al de la campaña pasada, aumentará casi el 10% respecto de la media de la última década.
La organización apuesta por una batería de propuestas "urgentes" para revertir la actual situación de crisis como la recuperación de la ayuda nacional a los frutos de cáscara de las plantaciones tradicionales de secano y bajo rendimiento"; el mantenimiento y aumento del presupuesto de la ayuda asociada y que beneficie principalmente a las zonas de secano más desfavorecidas y con bajos rendimientos o la puesta en marcha de un plan de reconversión al que pudiera acogerse principalmente las explotaciones de secano para adaptar las variedades a la demanda comercial.
Asimismo, pide un incremento de los programas de investigación y experimentación con dotaciones económicas y técnicas adecuadas para hacer frente a los graves riesgos fitosanitarios y comerciales actuales; el arranque obligatorio de las parcelas abandonadas de almendro que sirven como refugio de plagas y enfermedades; incrementar o mantener al menos las ayudas para el mantenimiento y la conversión al cultivo del almendro ecológico en el Programa de Desarrollo Rural y campañas de diferenciación y promoción de la almendra tradicional valenciana.
Otras peticiones son un uso prioritario de almendras de origen valenciano en todas aquellas producciones industriales valencianas que tengan a la almendra como componente esencial y que se deje de importar almendra californiana de peor calidad; la elaboración, anualmente revisados y consensuados por el sector, de unos costes oficiales y públicos de producción de frutos secos que sirvan de referencia para las operaciones de compraventa privada de almendras y una mejora del actual seguro del almendro para hacer más atractiva su contratación.