El dinero presuntamente procedente de las 'mordidas' estaba en cuentas en el extranjero en países como Uruguay y Luxemburgo
VALÈNCIA. El expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, ha sido detenido este martes en el marco de la operación Erial acusado, entre otros delitos, de blanqueo de capitales que presuntamente procedían de dos adjudicaciones a las empresas de la familia Cotino y que habrían superado los 10 millones de euros.
A Eduardo Zaplana siempre le ha perseguido la sombra de la corrupción pero nunca le había alcanzado, hasta ahora. Hombre precavido, nunca ha dejado en manos de terceros sus asuntos. Pero lo que el antaño todopoderoso tótem del Partido Popular no pudo prever es que un imán, de origen sirio y afincado en València, iba a escribir unos documentos con unos esquemas en los que se describía el funcionamiento del entramado presuntamente corrupto de Zaplana entre los años 1997 y 2005. En esos esquemas aparecen las adjudicaciones fraudulentas y las operaciones fraudulentas relacionadas con ellas con los nombres de las personas y las empresas que las ejecutaban. Una perita en dulce para los investigadores.
Pero si Zaplana no esperaba que el imán pusiera en manos de un tercero esa documentación, mucho menos se podía imaginar que ese musulmán fuera íntimo amigo de un hombre llamado Marcos Benavent. El autodenominado 'yonki' del dinero, la persona que ha terminado por ser la garganta más profunda que a día de hoy tiene de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), investigadora del caso Taula (también conocido como caso Imelsa) en el que está imputado el propio Benavent y ahora también investigadores de la Operación Erial, que ha culminado con la detención de Zaplana.
La pregunta del millón es cómo terminaron esos esquemas en manos de Benavent. Según fuentes conocedoras de los hechos, el imán era íntimo amigo del 'yonki' del dinero y le dejó los papeles en custodia. Sus motivos tendría para poner una información tan sensible en sus manos. De hecho, esos esquemas criminales estaban guardados en el despacho de un letrado relacionado con Benavent hasta que fueron entregados a la UCO por este cuando, más de un año antes de reventar Taula, volvió de su periplo latinoamericano y decidió colaborar con la justicia. La importancia de los mismos llevó a la Fiscalía Anticorrupción a interponer una segunda denuncia, pues era evidente que este caso nada tenía que ver con Taula.
Las mismas fuentes informan que, mientras la UCO detenía este martes a Zaplana y registraba su casa redirigiendo toda la atención mediática hacia la calle Pascual y Genís de València, Marcos Benavent entraba tranquilamente en la Ciudad de la Justicia y ratificaba ante la magistrada instructora la veracidad de los papeles que vinculan a Zaplana con la trama corrupta.
Así, de la forma más tonta posible ha terminado por caer el que parecía intocable. La persona que pese a haber grabaciones en diversos casos de corrupción que le vinculaban a las diferentes tramas, desde Naseiro a Lezo, nunca había sido detenido ni citado como investigado. Hasta ahora, tan solo había declarado como testigo en la Audiencia Nacional en Lezo por los 'pinchazos' de una conversación mantenida con el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González sobre una grabación con la que se chantajeó presuntamente al presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy.
La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) investiga la red de empresas de los testaferros de Zaplana y, si para llevar a cabo la operación, el expresidente movía y blanqueba el dinero a través de varias de estas firmas.
Entre las mercantiles investigadas a nombre de los citados testaferros se encuentran las cuatro inmobiliarias, tres constructoras y una empresa de explotación de apartamentos turísticos que están a nombre del que fuera director de Relaciones Institucionales de Terra Mítica, y considerado por la UCO como el principal testaferro de Zaplana, Joaquín Barceló, así como las dos empresas, una de comercio al por mayor y otra al por menor, a nombre de su mujer, Felisa López.
Ambos ha sido detenidos junto al expresidente. También está bajo la lupa de los investigadores la asesoría fiscal del exsecretario de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, Francisco Grau, el supuesto contable del entramado criminal ahora investigado.
Según las primeras investigaciones, los más de 10 millones de euros de las supuestas mordidas habrían dormido el sueño de los justos en países extranjeros como Uruguay o Luxemburgo.
De hecho, pese a que la investigación comenzó hace ya tres años no ha sido hasta ahora, cuando los detenidos han comenzado a mover el capital en B, que se ha tomado la decisión de realizar las detenciones.
Además de las empresas, Zaplana habría utilizado otras vías de blanqueo como es la compra de un inmueble en un céntrico barrio madrileño.
Una casa de 270 metros cuadrados pagada en metálico a nombre de él y de su mujer y que, teniendo en cuenta el precio de mercado en la zona, se le estima un valor aproximado de más de dos millones de euros. La UCO también investiga todas las adquisiciones que el expresidente y su familia hayan podido realizar en los últimos años.
La operación policial realizada por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, y bautizada como operación Erial, ha concluido con 14 personas entre detenidas e imputadas entre las que destacan la de Zaplana; Vicente Cotino y su hermano José, ambos sobrinos del exconseller Juan Cotino que ha sido citado a declarar ante la UCO; el exjefe de Gabinete de Zaplana, Juan Francisco García; los considerados por la UCO como testaferros principales de Zaplana, Joaquín Barceló y su mujer Felisa López y el exsecretario de la CAM, Francisco Grau, cuyas detenciones se han producido en Barcelona, València y Alicante.
Todos ellos están imputados por delitos de blanqueo de capitales, cohecho, malversación de caudales públicos, delito fiscal y asociación ilícita.
¿Quiénes son los detenidos en la Operación Erial?