MADRID. Sabíamos de que, independientemente de quien ganase las elecciones en EE UU, era previsible que persistieran las políticas relacionadas con la Teoría Monetaria Moderna (TMM) en su versión más moderada. La Teoría Monetaria Moderna adopta la creencia de que el dinero es creado por el gobierno mediante gasto presupuestario y no a través de bancos centrales y privados. Así, se mantendrá la visión de que el déficit público no importa y que los tipos de interés deben mantenerse bajos para financiarlo, con presión a la Reserva Federal en este sentido. Es monetización parcial implícita e indirecta, pero importante, del déficit presupuestario.
Ahora viene el nombramiento Janet Yellen, expresidenta de la Reserva Federal como Secretaria del Tesoro. Yellen es recordada por su política monetaria facilitadora. Se centró en las fragilidades del mercado laboral estadounidense, que justificaban una política monetaria acomodaticia. Keynesiana, ha pedido insistentemente mayor estímulo fiscal. De hecho su primer trabajo es negociar con los republicanos un paquete de estímulo fiscal. Puede tener dificultades para que supere 500.000 a 750.000 millones de dólares, aunque la buena noticia es que puede ser suficiente para evitar un fuerte impacto en el consumo y contracción del PIB el primer trimestre de 2021.
El caso es que para algunos este nombramiento es una aceleración de la Teoría Monetaria Moderna que aboga por el fin del banco central, tipos de interés cero e impresión de dinero por el Tesoro. Pero Yellen no cree en esta Teoría y no es una keynesiana tradicional. Es una fuerte defensora de la independencia del banco central. Aun así, su nombramiento es un paso más en una estrecha cooperación entre el Tesoro y la Reserva Federal, que ya existe y se ha consolidado con la pandemia. Tal relación se ha agriado recientemente cuando el secretario del Tesoro Steven Mnuchin ha puesto fin a una variedad de programas de la Reserva Federal, poniendo destinados a ayudar a los mercados, empresas y municipios a capear la pandemia y pedido al banco central que devuelva fondos destinados a esos esfuerzos. Pero tales programas estaban siendo infrautilizados y pueden rápidamente ser reasignados para desempleo federal.
Nueva 'Operación Twist'
Además esperamos que la Reserva Federal proceda en diciembre con una nueva 'Operación Twist' para aumentar la madurez promedio de los bonos del Tesoro de EE UU que compra en su programa de flexibilización cuantitativa. Es decir, que permanecerá en modo de control implícito de la curva de rentabilidades a vencimiento. Además, a pesar de noticias alentadoras respecto a vacunas, estimamos que aumente las compras mensuales de activos el primer trimestre de 2021, probablemente hasta 160.000 millones de dólares/mes desde 120.000 millones actualmente.
Hay que tener en cuenta que la Reserva Federal tiene que gestionar el ciclo económico y la elevada carga de deuda de la economía, sobre todo federal. Otra pregunta es si el Tesoro y la Reserva Federal serán más creativos en la próxima recesión, con compra de activos de más riesgo, como acciones. Teniendo en cuenta lo sucedido en la pandemia, no lo podemos descartar. De hecho el nombramiento de Yellen hace que sea un poco más probable.
En cualquier caso Jerome Powell puede ser reelegido presidente de la Reserva Federal antes de que expire su mandato en enero de 2022, como parte de un acuerdo con los republicanos. Powell ha abrazado la flexibilidad monetaria de Bernanke y ha ido más allá aún con una estrategia de "objetivo de inflación promedio". Lo consideramos el árbol que esconde el bosque de esta aplicación moderada de la TMM.
Thomas Costerg es economista para EEUU de Pictet WM