VALÈNCIA. Extravalor, empresa de asesoramiento financiero independiente catalana, ha bajado la persiana, según lo constató ayer este diario de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Concretamente el supervisor certificó la 'defunción' el pasado 15 de diciembre para convertirse en una sociedad limitada dedicada a otras actividades de consultoría de gestión empresarial, según Informa.
A finales de abril del pasado año, tal y como avanzó entonces Valencia Plaza, dicha EAFI abrió una oficina en València. "Normalmente no nos gusta hacer declaraciones a la prensa. Solo diré que hemos abierto porque tenemos contactos en Valencia". Así lo reconocía telefónicamente Michele Pettenati, cofundador de Extravalor, a este diario. "Agradezco la llamada pero es habitual que hablemos con la prensa", añadía educadamente.
Pettenati fundó en Barcelona junto a Pedro Martínez Albadalejo en 2005 esta firma, que a mediados de octubre de 2010 era debidamente registrada como EAFI por el organismo supervisor. Lo hacía con la garantía de haber sido banquero privado en el gigante suizo de la inversión UBS donde fue el responsable de la división de Sports & Entertainment del gigante suizo, encargado de proveer asesoramiento financiero a artistas y deportistas de élite.
Precisamente de la misma banca helvética -una de las más reputadas a nivel internacional- procedía Martínez donde llegó a ser director ejecutivo y siendo el responsable de los equipos de UBS de varios países europeos.
Que una EAFI habra oficina en una ciudad diferente a su domicilio social se prodiga poco pero sucede. Y ahí están los casos en la Comunitat Valenciana de la madrileña iCapital, que tiene representación tanto en la capital autonómica como en Alicante como contó este diario hace casi un año. O, por citar otro ejemplo a la inversa, como la valenciana Ética Patrimonios hizo en Madrid esta pasada primavera, que también adelantó Valencia Plaza entonces.
El director general de Veritas Capital EAFI lo tiene muy claro, pese a los rigurosos requisitos que exige la directiva europea MIFID II que a su juicio ocasionarán múltiples dificultades