SAN VICENTE DEL RASPEIG. Desde sus inicios, la literatura está colmada de mujeres de distintos perfiles, temperamentos y protagonismos. Aunque históricamente se les ha atribuido un carácter sumiso, pasivo y, en múltiples ocasiones, supeditado al hombre, los relatos también han ido incluyendo, en los distintos tiempos, a mujeres que se salían de esa norma establecida y se diferenciaban del resto en épocas para nada concienciadas con el feminismo. Con motivo de la V Jornada Cultural de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante (UA), el martes 19 de noviembre se organizó una mesa redonda que exponía el papel de Las mujeres en la literatura española de la Edad Media. Una ponencia que tuvo lugar en el Centro de Estudios Literarios Iberoamericanos Mario Benedetti (CeMaB) y que estuvo bajo la dirección de Helena Establier, profesora de la Facultad y directora del Instituto Universitario de Investigación de Estudios de Género (IUIEG), además de contar con la participación de Fernando Baños, también profesor de la Facultad, y de Carmen Marín y María Jesús Lacarra, docentes de la Universidad de Zaragoza.
"Es cierto que existe una brecha histórica entre la Edad Media y la actualidad, la cual provoca que el aprecio y disfrute de la literatura medieval resulte más difícil. Pero ese esfuerzo tiene consecuencias, por ejemplo, la de comprendernos mejor a través de la idea o la imagen de la mujer que transmite esta literatura", enuncia Baños, quien centra su intervención en la hagiografía, es decir, la vida de las santas, que supone "el relato de la fortaleza femenina", lo califica. Este carácter se puede observar a través de modelos distintos de mujer, como explica el experto en el tema: "Existe aquí una visión misógina porque las mujeres estaban concebidas desde el criterio sexual, bien fuera en el grupo de virgen y mártir -como es el caso de Margarita de Antioquía o Santa Cristina- o en el de pecadora que más tarde se arrepiente -como María Egipciaca o María Magdalena-".
Además de estos dos prototipos, las santas también pueden catalogarse en el modelo de místicas, en el de aquellas que intervienen en la sociedad -ya que no es necesario ser monja para alcanzar la santidad- o en el de las travestidas, "que se cortan el pelo y se visten como un monje para evitar las tentaciones propias y ajenas, aunque en ocasiones no lo consiguen y atraen a mujeres, por lo que se incluyen elementos de lesbianismo", interpreta Baños. Y, además, compara la literatura de santas con películas de Tarantino o de género gore, "debido a que en estos relatos corre la sangre y las santas se ven obligadas a resistir muchas torturas", traslada.
En contraposición con la fortaleza de la santas, Marín presenta a "mujeres que están fuera de las normas, aunque se puede percibir bastante relación entre ambos prototipos", equipara. Este modelo femenino se encuentra en los libros de caballerías, que "son de origen medieval pero de desarrollo renacentista y que se podrían considerar como los best sellers del siglo XVI", apunta con humor. Esta literatura se tildaba como un peligro para la moral "por estimular la imaginación sexual. Suponían, por tanto, la fruta prohibida, lecturas deshonestas porque se corría el riesgo de que sus lectoras experimentasen por obra lo que por la palabra leían, es decir, que intentaran emular a esas heroínas. Un comportamiento que se alejaba de lo que perseguían los moralistas", explica.
La profesora pone el foco en tres tipos de mujeres fuera de la norma, destacando en primer lugar el de "la doncella andante, que tiene su origen en la literatura artúrica, donde los caminos estaban repletos de doncellas que viajaban solas o con un pequeño séquito, sin armas y que portaban un mensaje. Estas mujeres se convierten en una amenaza de orden público, debido a que despiertan el apetito sexual de los hombres", destaca la visión cosificada que se muestra de ellas.
El segundo modelo es el llamado Virgo Bellatrix, "la mujer belicosa, que se divide en dos variantes: por un lado el de la amazona -quien se enrola en los ejércitos paganos para luchar contra el cristianismo pero, a veces, se convierte por amor- y, por otro, el de la doncella guerrera -mujeres que ocultan su feminidad bajo la armadura y enamoran a otras chicas creando situaciones que rozan el lesbianismo-", cuenta. Y, por último, el tipo de sabias encantadoras, unas magas con "poderes sobrenaturales, los cuales han aprendido en los libros", matiza.
El mundo femenino en La Celestina también fue otro de los temas a tratar en la mesa redonda, donde la docente Lacarra comenta una información interesante en relación con el poder de una mujer: "Todo el mundo identifica la obra como La Celestina, pero el texto se conoció primero como comedia o tragicomedia de Calisto y Melibea. Llama la atención cómo Celestina, una prostituta, se apodera de todo, incluso del título, así como de la historia de amor de una pareja de clase social elevada".
Por su parte, el personaje de Melibea muestra una imagen en desacuerdo con la de su época, "ya que debería ser una representante de las doncellas encerradas, pero ella encarna a una que se revela", dilucida la experta, quien también comenta que se daban cuatro microsociedades femeninas en las que los hombres quedaban marginados: "El convento, la casa de viudas, la casa de mujeres gobernadas por ellas en ausencia del marido y los prostíbulos. El de La Celestina es el último caso, pero no se queda solo en eso, ya que se trata de una casa de citas y, a su vez, un comercio. Constituye una especie de Corte Inglés", bromea.
La obra de Fernando de Rojas fue la encargada de cerrar las ponencias y de convertirse en la protagonista de la representación que se programó posteriormente en el Paraninfo de la UA, donde se llevó a cabo una versión de teatro de títeres a cargo de la compañía Bambalina Teatre Practicable. Una forma de cerrar esta mañana de mujeres en la literatura que tan vigente sigue en la realidad actual, trascendiendo los estereotipos femeninos tantos siglos después: "En el apartado de virgen y mártir que ha explicado Fernando me venía a la cabeza el caso de La manada, donde se recriminó a la víctima que no se defendió y que en las imágenes no parecía que se resistiera. Tenemos absolutamente absorbidos estos modelos y siguen siendo temas de actualidad, como las mujeres belicosas que se alistan en el ejército, las viajeras, etc. Se trata de temas universales y preocupaciones que están ahí desde siempre y van fluyendo a través de la literatura", comparte su opinión la moderadora de la ponencia.