MADRID (VP/EP). El diseñador de Elda Juan Vidal presentó ayer domingo en la Mercedes Benz-Fashion Week de Madrid (MBFW) su nueva colección para la primavera-verano de 2018, en la que imagina un Hawai "idílico y exótico" a partir de prendas compuestas por estampados tropicales y florales, materiales inspirados en los reflejos marinos, notas de color vibrante y protagonismo de vestidos y faldas pareo en diferentes siluetas y tejidos. En su propuesta 'Lula Rock-A-Hula', Vidal ha subido a la pasarela a la "nueva mujer de su imaginario" para transportar a los asistentes de la semana de la moda madrileña al "paraíso" de Hawai.
Su colección para la próxima temporada es el resultado de la fusión entre "ese Hawai idílico que ofrecían aquellas campañas publicitarias y un Hawai exótico, capturado por numerosos artistas y fotógrafos y lleno de texturas, donde lava y flores conviven en un mismo paisaje lleno de contrastes". Entre los materiales de sus últimas creaciones, destaca una sarga técnica de superficie acuosa que captura la luz, inspirada en los reflejos y brillos marinos, y que dota al estampado de una calidad 3D sintética y un tacto frío, "casi liquido". La rafia ha sido otra de las protagonistas del carrusel, tanto por su aspecto étnico como por su "sonido en movimiento" que buscaba acercar al público a "ese Hawai icónico grabado en la memoria colectiva.
Estas telas contrastan en la colección con la organza de seda, "seca y delicada", el 'marroquine' de viscosa de aspecto áspero y el "exquisito" satinado 'habotai' para las líneas más sofisticadas. Mientras, los algodones gruesos y el popelín han servido de acompañamiento a las propuestas diurnas y de calle. Los estampados del alicantino se ven influenciados por el inventor de las camisas hawaianas, Ellery J. Chun, haciendo uso de los clásicos motivos tropicales como la hoja de palmera o la flor de hibiscos, "símbolo de abundancia, bienestar y placer". Todos se han interpretado con tintes psicodélicos, donde el color es explorado en alto contraste.
Para esta colección, además, Juan Vidal ha contado con la cámara Samsung Gear 360, que ha rodado el proceso de creación completo para ofrecer al espectador una experiencia en primera persona. Desde el taller hasta la propia pasarela y desfile pasando por el backstage, la cámara Samsung Gear 360 ha rodado el proceso de creación completo de la colección con el objetivo de ofrecer al espectador una experiencia única en primera persona. La escenografía del desfile, precisamente, une la visión artística a la tecnología incorporando diferentes cámaras en tótems de neón en el recorrido de la pasarela.
La paleta de color también evoluciona desde una primera fase donde la inspiración nace de los tonos naturales del verano: sol, arena y leche de coco con un intenso amarillo como acento brillante. A esta le sigue una serie de prendas de tonos afrutados, en la que los colores tradicionalmente femeninos como el malva, lila y rosa se "reinventan" mezclados con un fucsia fluorescente que añade intensidad a la inspiración de Vidal en la puesta del sol. En definitiva, un viaje de colores vibrantes que se transforma al llegar la noche en azul océano nocturno, rojo lava y verde palmera con destellantes toques metalizados de verde clorofila.
Los vestidos y faldas pareo han sido los grandes protagonistas de la colección, representados en varias siluetas y tejidos. Las piezas han evolucionado desde unas primeras líneas más sencillas para después complicarse con cortes asimétricos y tablas planchadas en los tejidos más estrictos. Estos contrastan con una silueta "ultra femenina" que se ve enmarcada por cortes al bies envolventes y que desembocan en aberturas por las que asoma "peligrosamente" la piel. Juan Vidal también ha reinterpretado el pantalón fluido de pierna ancha en organza de seda transparente de líneas suaves, influenciado por las olas del mar. El punto ha estado fuertemente inspirado en los años 70, tanto por el corte ultra-slim con escote de en la espalda de lágrima como por su grafismo.
El carácter hawaiano ha vuelto a plasmarse en los volantes hula de rafia, que evocan a las clásicas bailarinas hawaianas y aparecen en faldas que "bailan" unas debajo de otras. La prenda cobra su "máximo apogeo" al exterior, con siluetas semientalladas de corte clásico, donde los volantes hula se sitúan en diferentes formas, que acentúan y confieren una nueva feminidad. Como complementos, el calzado elaborado por Cuplé es una mezcla entre la sandalia hawaiana y el zori japonés, con un tacón cilíndrico de 11 centímetros de altura, mientras los collares han sido producidos en exclusiva para la presentación por Empaperart, una frágil reproducción de los Lei de flores, símbolo de bienvenida.
También han subido a la pasarela conchas naturadas como collares bañadas en niquel con largas cadenas de plata, junto a cinturones de piel inspirados en las faldas hawaianas, hechos de napa con grandes aplicaciones de rafia ceñidos a la cintura. A partir de estos elementos, desde el equipo de Juan Vidal destacan que 'Lula Rock-A-Hula' supone "el nombre imaginario de un viaje transoceánico que te transporta al paraíso, un billete de ida a un lugar donde el amor es la principal ocupación y donde el alma es el lujo más preciado". "Lula es el deseo de evasión, una forma de frenar el ritmo para volver a conectar, respirar e imaginar. Lula es una 'wahine', la Eva del paraíso polinesio. Ella es emocional, sedativa, seductora y adhesiva".