VALÈNCIA. Jordi Alamán (1984, València) es licenciado en Sociología y Ciencias Políticas. Se unió a Podemos "desde sus inicios en 2014", donde conoció a Pilar Lima, con quien compartió la candidatura de Obrint Podem en el pasado Vistalegre valenciano. Con los resultados que Podemos obtuvo en las elecciones autonómicas de 2015, este referente del 'pablismo' se quedó a las puertas de convertirse en diputado autonómico y, por tanto, de tener un escaño en Les Corts Valencianes.
La marcha de Sandra Mínguez de Podemos el pasado mes de agosto, dejaba un escaño vacante en el partido morado y la incógnita de si la siguiente en la lista -Lola Bañón- aceptaría o no el acta, tardó en disiparse apenas una semana. El rechazo de la doctorada en periodismo a convertirse en la nueva parlamentaria de Podemos, situó a Alamán en la bancada morada del parlamento valenciano. Hace apenas siete días, vivió su primer Debate de Política General, y, desde hace diez, ya participa en las comisiones de Les Corts que el grupo parlamentario ha acordado.
-Usted entra a formar parte del grupo parlamentario de Podemos a mitad legislatura. ¿Con qué expectativas llega?
-En el tiempo que queda quiero aportar mis conocimientos y mi experiencia. También aprovechar para aprender.
-Por primera vez el denominado como 'pablismo' tiene un diputado en Les Corts. ¿Ha mantenido contactos con gente de la candidatura de Obrint Podem desde que aceptó el acta?
-He hablado con todas las facciones y corrientes. No es una cuestión de pablismo, porque al final yo dentro del partido me fijo en cada uno de forma individual. Tengo contacto con todos. Con Pilar Lima claro que he hablado, la conozco desde los principios de Podemos y los círculos, y me dio la enhorabuena.
-La candidatura de Obrint Podem de la que usted formó parte el pasado mes de mayo apostaba por tesis más centralizadoras, ¿cómo encaja esto con las tesis de la candidatura ganadora Una Marea per Aprofundir el Canvi de Antonio Estañ que pedía mayor autonomía, e incluso tener CIF propio?
-Yo creo que ambas pueden convivir. Hay que tener la referencia estatal, pero también se puede contar con el rasgo diferenciador de lo que puede ser la autonomía. Enriquece más, y se puede tener una visión integradora.
-Usted estará, entre otras, en las comisiones de Sanidad y Consumo y Ciegsa. ¿Cómo piensa afrontar estas comisiones?
-El trabajo ya está muy avanzado, así que yo de momento me estoy poniendo al día con la documentación y material que se ha reunido. Esta semana asistí a la primera sesión de Ciegsa, en la que compareció Alejandro Font de Mora y defendió de forma férrea la gestión del PP en Ciegsa. Y en Sanidad y Consumo me encargaré de llevar la segunda área, de la primera seguirá haciéndolo Daniel Geffner.
-De cara a los nuevos presupuestos de la Generalitat, ¿qué exigencias plantea para las áreas en las que va a trabajar como parlamentario en 2018?
-En Sanidad y Consumo una de las líneas rojas que planteamos, y que decidió el Consejo Ciudadano Valenciano (CCV) -dirección autonómica de Podemos en la autonomía-, era defender la inversión en pobreza farmacológica. Nuestros calculos hablan de aproximadamente 80 millones de euros para que aquellos con un sueldo por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI) puedan acceder a medicamentos. No solo niños o personas mayores.
-Tras la marcha de Sandra Mínguez, Podemos planteó un código ético para corregir la falta de paridad de género en el grupo parlamentario. Este consistía en que se cediera el paso a alguien del mismo sexo que el diputado o la diputada saliente. De haber estado en vigor, ¿lo habría aplicado usted?
-Ese tema todavía está por definir, es algo que no se había contemplado hasta ahora porque con los resultados de 2015, entraron siete hombres y seis mujeres en el grupo parlamentario. Y es verdad que la paridad en una misma lista, provincial o estatal, ya la estamos llevamos a cabo. Pero por mala fortuna, con la salida de Covadonga Peremarch a no adscritos y la marcha de Sandra Mínguez, el grupo ha quedado desequilibrado. En caso de aplicarse la fórmula que decidiera el partido en su momento, yo lo cumpliría ya que antes de presentarte firmarías un código ético.
-Al ser el acta personal, la aplicación de este código ético dependería de la voluntad de cada individuo, y si no decidiese acatarlo pese a haberlo firmado, no se podría hacer nada legalmente...
-Por eso estamos debatiendo la manera en la que lo hacemos.
-Podemos siempre ha defendido un referéndum pactado, pero en la PNL que presentaron el miércoles en Les Corts, lo apoyaban implícitamente. Concretamente instaban a Consell a que a su vez instara al Gobierno central a "permitir que el 1 de octubre de 2017 la ciudadanía catalana exprese su voluntad en los términos que considere"...
-El punto en el que estamos es de mucha tensión. Ante todas esta situación, en Podemos apostamos por la participación y por la democracia. Es verdad que podríamos no haber llegado a esta coyuntura. Siempre hemos defendido el derecho a decidir, y siempre con garantías, bajo la legalidad y con cierta legitimidad. Porque es verdad que ésta es una demanda que lleva años reivindicándose, por lo que tiene que ser escuchada; hay un malestar evidente. Cuando una comunidad autónoma como Cataluña lleva años saliendo a la calle a manifestarse, lo mínimo es escuchar y ver qué es lo que no va bien. Hasta ahora esto ha sido un diálogo de sordos en el que solo se han producido desencuentros. Por lo que animamos a participar como expresión democrática.
-¿El 1 de octubre?
-Cualquier día.
-Recientemente publicamos en Valencia Plaza un sondeo de intención de voto que reflejaba que Podemos perdía entre 1 y 2 diputados. ¿Le preocupa a la formación estos datos?
-El sondeo puede marcar una tendencia. Es un aviso para preguntarnos, para bien y para mal, qué estamos haciendo y cómo hay que seguir trabajando. Nosotros, independientemente de que ganemos o perdamos, sabemos que nuestro papel aquí es implementar el Acuerdo del Botánico introduciendo medidas imprescindibles para que se produzca ese cambio real. Por eso nos mantenemos en un papel vigilante, no estamos en el Gobierno.
-¿Pero no os preocupa perder representación en la Cámara valenciana?
-Siempre es mejor ganar que perder… Pero mantenemos el porcentaje de intención de voto, lo que significa que hay una consolidación de un espacio electoral y de una sensibilidad social. Eso quiere decir que lo que estamos haciendo tiene consistencia y continuidad en el tiempo.
-Podemos seguiría siendo indispensable para formar gobierno si los resultados de este sondeo se cumplieran. ¿Volvería a firmar un acuerdo para tener un gobierno de izquierdas?
-El proceso de revertir las políticas 20 años del Partido Popular lleva su tiempo, pero ha llegado el momento de que ya se implanten políticas sociales. Nos ponemos vigilantes para que eso se lleve a cabo y después, para un eventual resultado de las próximas, seguir en esa senda.
-Sí que respaldaríais entonces un pacto que evitase que el PP volviera a la Generalitat Valenciana.
-Sí, luego ya la pregunta sería si entraríamos en el Consell o no. Aún quedan casi dos años y pueden pasar muchas cosas. Vamos paso a paso. Primero acabemos la legislatura y luego ya negociaremos. De todas formas, en unas siguientes elecciones, quedarían plasmadas las sensibilidades en distintos programas. Habría que sentarse a negociar y ver lo que más interesa a la sociedad desde nuestro discurso.
-¿Usted cree que fue un error quedarse fuera del Consell?
-No me pongo a valorar si lo fue o no. Hacer una cosa u otra tenía su parte negativa y positiva. Estar en el Consell te quema políticamente y no haber entrado supone no tener la autonomía de poder implementar políticas que quiere Podemos.
-¿Entiende que haya parlamentarios que piensen que Podemos se quedó fuera del Ejecutivo valenciano porque era una postura más cómoda?
-No es más cómodo porque tienes que estar más vigilante de lo que hacen para poder exigir las políticas que nosotros queremos. Cualquier posición tiene su trabajo. Cierto es que nos da libertad para obligar a orientar unas políticas u otras. Pero no lo entiendo como una posición cómoda.
-Obrint Podem reclamaba más dureza con el Consell. ¿Apoyaría que se tense la cuerda como ha ocurrido en Baleares?
-Hay que mantener la tensión para no acomodarse, somos un partido que sostiene pero que estamos vivos. Por lo tanto, es importante que nosotros tensionemos al Consell. Hay que tensionar, pero en el sentido de mantener vivas las políticas.
-¿Cree que Podemos debería presentarse bajo un paraguas electoral como hizo en 2015 como València en Comú (ValC) o debería hacerlo con su propia marca?
-Podemos como formación nueva en 2015 no podía llegar a todos los sitios y se buscaron formas locales para poder traducir ese cambio que Podemos introducía en su discurso. No me aventuro a decir nada, ni cuál es la mejor opción. Es cierto que a nivel municipal pueden confluir distintas sensibilidades, y hay que ver cuál es la mejor herramienta para llegar a las instituciones y poder implementar esas políticas que defendemos; sea con la marca Podemos o con otras. Barcelona en Comú o Ahora Madrid no son Podemos y han funcionado muy bien.
-¿Cree que ValC ha funcionado igual de bien?
-No tuvo el mismo impacto que Ahora Madrid o Barcelona en Comú a nivel de concejales, pero lo están haciendo bien desde el Gobierno municipal.
-¿Es partidario de que Podemos concurra con Compromís en 2019?
-Creo que es pronto para poder decir nada. Una de las cosas buenas que tiene Podemos es la facilidad que tiene para poder confluir, porque no es un partido rocoso, sólido, vertical, con una jerarquía rígida. Sino que es un partido líquido. Tiene la capacidad de poder juntarse con otras opciones, otros relatos, discursos… Habrá que estudiarlo en su momento, pero no sería una mala opción porque podría ser una fuerza política con mucho peso de representación. Es pronto aún para decirlo, pero creo que no sería una mala opción concurrir con Compromís en las próximas elecciones.
-¿Y con Esquerra Unida?
-También es algo que tendríamos que ver, porque representa a una parte social importante. En las anteriores elecciones no llegó al 5%, y quedó fuera del parlamento, pero el 4,8 que obtuvo no es poco. Tendríamos que ver cómo podría integrarse.