VALENCIA. El padre de los Premios Jaime I siempre será Santiago Grisolía, quien ostenta el cargo de secretario vitalicio, pero ha llegado la hora de la emancipación. Al frente del certamen valenciano queda Javier Quesada, designado presidente ejecutivo en noviembre, después de un año de transición junto al profesor de bioquímica. Nadie le cogerá la mano de aquí en adelante: la edición de 2017 será la primera a su entera responsabilidad. Le avala su experiencia como catedrático en la Universitat de València, su paso por las áreas económicas del anterior Gobierno valenciano y su titularidad de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (Fvea), adjunta a los galardones.
La vida adulta de los Premios dependerá de su capacidad de evolución. La escasez de presupuesto les lleva a exigir apoyo por parte de la Generalitat y a mostrarse atractivos ante el sector privado para captar nuevos patrocionios. También les urge afrontar retos internos. Entre ellos mantener el prestigio de los galardones, con un jurado a base de premios Nobel; fomentar la presencia de la mujer, que apenas llega al 10% en las candidaturas, o rejuvenecer la propia cita, a riesgo de anquilosarse en la solemnidad.
- La sombra de Grisolía es alargada, ¿cómo planea hacer visible su liderato?
- Hay que partir de donde estamos, y por lo tanto va a haber continuismo. Don Santiago ha sido el fundador, esto ha funcionado desde 1989 gracias a su dirección, por lo que la sucesión que me ha tocado es difícil. Le seguiré consultando, claro. Sí que me gustaría que en un par de años los premios estuvieran algo más actualizados. Vamos a cumplir tres décadas, que son muchas, y debemos caminar hacia algunas modificaciones y más aperturismo.
- ¿Abrir, por ejemplo, la configuración de los jurados?
- He pedido asesoramiento entre los amigos de la Fundación para decidir qué personas deben venir como jurado. El objetivo es mantener la calidad de hasta ahora. Seguiremos teniendo la presencia de los Nobel, cuya cantidad es excepcional, pero queremos que el resto de miembros sean personas que visibilicen la ciencia española en el extranjero. Los premiados no pueden ser jurados, por lo que al final tienes que ir a buscar fuera, y es positivo traer a un alemán o a un francés, porque ven lo que se está haciendo aquí.
- ¿Tienen nuevos nombres cerrados para 2017?
- Vamos a ser novedosos, habrá cuatro premios Nobel inéditos. No te puedo decir los nombres, pero son europeos –ríe–. Procuramos buscarlos recientes para que estén al tanto de la vanguardia científica. A todos los que han estado les seguimos invitando por cortesía, pero algunos van cumpliendo años y tienen que renunciar a su presencia.
"Algunos premios no se convocan porque no hay patrocinio PARA ELLOS"
- ¿También habrá reorganización de los campos que se premian?
- Eso siempre estará abierto. Algunos premios no se convocan porque no hay patrocinio, como es el caso de Urbanismo, Paisaje y Sostenibilidad o Compromiso Social. Espero que las empresas nos vayan ayudando. Todo lo que pedimos no es para nosotros, sino para devolverlo a la sociedad, a través de unos presupuestos que son ajustadísimos. Esta Fundación es muy austera y no se queda con nada. Todo lo que se nos da con una mano lo devolvemos con la otra, porque el premio está muy bien dotado y cuesta mucho traer a los jurados.
- De hecho usted ha exigido al Consell que refuerce el apoyo económico. Ahora destinan 120.000 euros a los galardones, ¿qué cantidad sería la apropiada?
- Nos han prometido que van a hacerse cargo de, al menos, la cuantía de un premio. Son 240.000 euros. Esperamos que este año nos llegue, porque si se nos dice una cosa y luego no se cumple, a nosotros nos genera un déficit y nos desequilibra el presupuesto. Qué menos que un premio siendo seis, ¿no? Para los Jaime I se llegaron a dar hasta 800.000 euros en sus inicios, lo que era un apoyo considerable.
"Puig nos ha prometido que tratará de restaurarnos los recursos cuando la financiación lo permita"
- Lo dice con desconfianza…
- Ya llevamos dos años en los que hemos tenido algún desfase. Quizá por circunstancias de la política, no por falta de voluntad. El presidente Puig nos ha prometido que tratará de restaurarnos los recursos cuando la financiación lo permita. Su partida siempre será minoritaria con respecto a las empresas, está claro. Para nosotros tiene más mérito que nos financie el sector privado, pero el sector público debe estar en los Jaime I.
- ¿Los empresarios han mostrado interés por el mecenazgo?
- Sí, pero me gustaría que vinieran más. De hecho me reúno con cualquiera que me diga que hay una esperanza. Lo ideal es que hubieran tortas por los patrocinios. Hay que hacerles ver que existe un retorno, no solo en los premios, sino en las actividades que se puedan organizar a su alrededor. Hay que buscar fórmulas devolverles su aportación, mediante visibilidad, conexiones con el Ayuntamiento, organizando foros, jornadas en la ciudad… Debemos ponerlo en relación con la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas y recordar que también desgrava, aunque la ley debería ser más generosa.
- Con quien sí han establecido una gran sinergia es con la Casa Real.
- Ellos nos han demostrado su interés. Estamos negociando un compromiso para contar siempre con la figura del Rey, aunque de momento no tenemos confirmación. La Casa Real nos ha dicho que quiere institucionalizar el acto para darnos su máximo apoyo.
- ¿No cree que hace falta modernizar la imagen de los Premios Jaime I?
- Este año llevamos la música a La Lonja, que era algo que faltaba. También pusimos vídeos de presentación, y queremos seguir sumando contenido en el acto de entrega. Efectivamente a veces nos tenemos que mover entre el pasado y el futuro. Hemos hecho cambios, pero tampoco queremos perder esa esencia de solemnidad en el acto.
"A veces nos tenemos que mover entre el pasado y el futuro. Hemos hecho cambios, pero tampoco queremos perder esa esencia de solemnidad"
- ¿De qué manera piensa fomentar la presencia de la mujer, cuya ausencia en el jurado es flagrante y no llegan ni al 10 % en las candidaturas?
- Este año hemos invitado a seis premiadas con el Nobel, pero ninguna ha podido. Las primeras cartas fueron dirigidas a mujeres. Hace unos años invitamos a Linda Bach, pero a última hora se canceló su presencia. Quiero decir que no depende solamente de nosotros. En el caso de las candidatas está relacionado con el hecho de que se presenten menos, pero es un escollo habitual en la ciencia. No hay tanta diferencia en los ratios con respecto a otros certámentes. Nosotros estamos organizando jornadas propias con motivo del Día de la Mujer. También hemos ampliado la edad con la que pueden presentarse al premio de emprendedoras por el tema de la maternidad.
- En la última edición apostaron por la actividad social, organizando charlas ante estudiantes, profesores y representantes de la economía. ¿Es la línea a seguir?
- Lo hemos hecho con los jurados, y ahora también con los premiados. Aspiramos a un rendimiento más social antes y después del acto. Hemos instaurado una cita anterior a la entrega para que los premiados expliquen a los asistentes en qué están trabajando. También una cena entre patrocinadores y ganadores donde se pretende poner en contacto la ciencia con la empresa. Queremos seguir trabajando en esta idea: la de que los premiados sean los protagonistas. Ellos son nuestra mejor carta de presentación.
- ¿Hay otras acciones programas para el día a día de los valencianos?
- Esta es otra línea de modernización. Debemos idear actividades a lo largo del año. Lo que nosotros representamos puede utilizase cuando haya noticias sobre ciencia para la divulgación. También queremos organizar actos para fomentar el espíritu emprendedor. Además nos estamos planteando un concurso escolar, que puede ir desde un proyecto científico a una falla tecnológica, premiado con la asistencia a la entrega de los premios. El objetivo es abrirnos hacia la juventud; nos conocen los científicos y los empresarios, pero no tanto la sociedad. Y el problema es que necesitamos presupuesto.
- ¿Sigue estando la ciencia poco valorada en España?
- Aquí lo que pasa es que se confunde lo importante con lo urgente. Nos han colado el tema del presupuesto por la crisis que hemos vivido, pero deberíamos haber defendido mejor que no repercutiera en determinados campos. Por mucho que Bruselas ponga condiciones de austeridad. La regla es tan rígida que, después de haber formado a los mejores investigadores, hemos permitido que se marchen. Hay que fijar prioridades. Si un año no hay Liga, no pasa nada. Pero si un año no hay ciencia, sería gravísimo.
- A título personal, ¿le gustaría volver a la Administración?
- No, ya tuve una fase en la que lo pasé bien y salí regular. No lo echo de menos. Esto es muy público además, no en el sentido de la propiedad, pero sí del objetivo social.