MADRID (EP). El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha admitido que durante los meses de marzo y abril, los peores en la crisis sanitaria de la pandemia de la covid-19, se produjo un descenso en la vacunación, principalmente en aquellas consideradas prioritarias, como en bebés hasta 15 meses, embarazadas y grupos más vulnerables frente al coronavirus.
Durante su décima comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso por la crisis del coronavirus, el ministro ha instado a "reestablecer progresivamente" la normalidad en el calendario vacunal, poniendo "al día" estas dosis atrasadas durante los meses más duros de la pandemia.
"Es muy importante que desde las etapas de transición a la nueva normalidad se continúe con la administración de las vacunas consideradas prioritarias, como aquellas necesarias en bebés hasta 15 meses, mujeres embarazadas y grupos más vulnerables al covid-19. Sabemos que durante los meses de marzo, por la crisis sanitaria y el confinamiento, se ha producido un descenso en las dosis administradas de estas vacunas", ha avanzado el ministro.
Illa ha apuntado que los datos de las últimas semanas muestran una "evolución favorable" de la epiemia, con una "tendencia descendente sostenida", resaltando que "el levantamiento de las restricciones y las medidas aplicadas no han tenido por ahora un impacto negativo en la evolución de la pandemia". Sin embargo, ha pedido estar a alerta para evitar rebrotes.
"Vamos por el buen camino pero no podemos dar ningún paso atrás que no nos permita seguir avanzando hacia la nueva normalidad. Tenemos que seguir consolidando las fases de desescalada de forma segura y prudente", ha animado.
Junto a esto, ha valorado el Real Decreto-Ley que ha reconocido como accidente de trabajo los contagios y fallecimientos en profesionales sanitarios durante algún momento de la pandemia. "Esto va a suponer una mayor cobertura de prestaciones sociales. Se trata de un acto de justicia para los sanitarios que han atendido en primera línea a las personas infectadas en unas condiciones muy complejas y difíciles", ha concluido.
Illa, ha defendido, también, que el estado de alarma sigue siendo "necesario" para restringir la movilidad de la ciudadanía porque, hoy por hoy, es el "único instrumento constitucional" que permite limitar un derecho fundamental como es la libertad de circulación.
A pesar de que el Gobierno no ha detectado por el momento un impacto negativo en la evolución de la epidemia que pudiera atribuirse al levantamiento progresivo de las restricciones impuestas por el estado de alarma, Illa ha defendido actuar "con tiento" en lo que se refiere al avance de los distintos territorios de una fase a otra de las cuatro previstas en el plan de transición hacia la denominada 'nueva normalidad'.
El ministro ha subrayado que lo relevante en este plan no es avanzar como si se tratase de un "sprint", sino que hay que verlo más como "una carrera de fondo, donde lo importante es no dar pasos en falso".
Illa ha advertido de que España no puede permitirse dar "ningún paso atrás" ni por los fallecidos por la covid-19, ni por aquellos que aún están en las UCIs ni por quienes, aún recuperados, siguen recuperándose de las consecuencias de la enfermedad.
En este escenario, el Gobierno se inclina por solicitar al Congreso de los Diputados una nueva prórroga del estado de alarma --la última ampliación vence el 7 de junio-- y ya ha iniciado los contactos con los partidos políticos para sondear su disposición a apoyarla. La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, admitió el martes pasado que el Ejecutivo prepara un plan alternativo si decae el estado de alarma para mantener algunas medidas de control de la enfermedad, pero sin estado de alarma no será posible prohibir los desplazamientos entre provincias, por ejemplo.