VALÈNCIA. La tranquilidad en À Punt, desde luego, no es la norma. La presidenta en funciones de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC), Mar Iglesias, podría dejar el cargo que ocupa desde hace apenas siete días si el Consell no le hace un contrato de alta dirección. Así lo confirman fuentes del Gobierno valenciano y del Consejo Rector a Valencia Plaza, a quienes habría trasladado este ultimátum.
Hace una semana, la radiotelevisión pública sufrió un cambio significativo en su organigrama: la hasta entonces representante del Consell del Audiovisual en el órgano de dirección de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) y vicepresidenta del ente, Mar Iglesias, asumió la Presidencia en funciones de la cadena tras la renuncia de Enrique Soriano al cargo que ocupaba.
Un puesto en el que, como ya informó este diario, percibiría dietas por cada reunión a la que asistiera, como ya hacen todos los vocales del Consejo Rector. Esto es porque para cobrar el salario equivalente al de un secretario autonómico como tenía Soriano sería imprescindible que Presidencia de la Generalitat autorizara un contrato de alta dirección.
Sin embargo, fuentes del Palau trasladaban ya a principios de esta semana a este diario que existían serias dudas legales de que pudieran realmente validar un contrato de alta dirección en su caso, ya que Iglesias no fue elegida por Les Corts Valencianes y actualmente ocupa el cargo de forma interina.
Una circunstancia que, en caso de no resolverse favorablemente, podría traer aparejada su dimisión al frente de la Presidencia para volver a ejercer como vocal del órgano de dirección. Según fuentes del Gobierno valenciano y del Consejo Rector de À Punt, Iglesias habría planteado esta semana la siguiente disyuntiva: o el Consell le formaliza un contrato de alta dirección para percibir un salario, o dejará la Presidencia en funciones de la cadena. Unos hechos que ella misma no quiso confirmar a este diario, si bien tampoco los negó.
El dilema no es nada trivial por varios motivos. Mar Iglesias asumió la Presidencia con la intención de solicitar una excedencia en la Universidad de Alicante -donde actualmente trabaja- para poder dedicarse en exclusiva al puesto que desde hace días ha pasado a ocupar. De hecho, fuentes de la Corporació trasladaron a este diario que no contemplaba dedicarse a su nueva responsabilidad a tiempo parcial.
Ahora bien, si Presidencia finalmente no le autorizara un contrato de alta dirección por tratarse de un puesto ocupado de manera temporal, tan solo tendría opción de percibir dietas y no un salario. Es decir, que sus retribuciones serían iguales siendo presidenta, que vocal en el Consejo Rector. O lo que es lo mismo: cobrará lo mismo ejerciendo un cargo que otro -a pesar de que la Presidencia exigiría más responsabilidades- y no tendría nómina alguna.
Con estos mimbres, conviene señalar que el expresidente de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC), Enrique Soriano, sí cobraba un salario equiparable al de un secretario autonómico, pero nunca contó con contrato de alta dirección -cuestión sobre la que alertó la Sindicatura de Comptes en reiteradas ocasiones durante su mandato-. Sin embargo, a diferencia de Iglesias, éste sí fue elegido por el Parlamento para un periodo de seis años.
El cambio introducido en la ley de creación de À Punt permitiría a la nueva presidenta desempeñar el cargo a tiempo parcial, cobrar dietas y compatibilizarlo con su puesto en la Universidad de Alicante. Una opción que, no obstante, tanto en la Corporació como desde el Gobierno valenciano aseguran que no contempla.
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