El director del departamento de Inversiones de Unicorp Patrimonio reconoce que "las bolsas no están baratas, pero los precios están justificados en la economía y los beneficios"
MÁLAGA. A punto de llegar la Navidad merece la pena reflexionar sobre los regalos que nos ha deparado este año la economía, permitiendo un magnífico resultado para todos los activos de riesgo, especialmente en las bolsas, pero también en renta fija corporativa, deuda financiera subordinada, high yield, emergentes, etc. y cómo pudieran evolucionar para este Año Nuevo.
Aunque muchos gurús planteaban escenarios más catastrofistas avalados por los gráficos que mostraban zonas de techos históricos en las bolsas, especialmente en EE UU, que podrían arrastrar a los mercados a correcciones más o menos severas, la realidad de unos sobresalientes datos macroeconómicos globales, aupados por un cambio estructural del mundo, están definiendo un escenario nuevo, asociado a la globalización, la demografía y especialmente la tecnología (automatización industrial y de servicios, digitalización, inteligencia artificial, robótica…), al que se unirá la necesidad de moderar el cambio climático.
Un escenario nuevo en el que compiten las empresas; un escenario en el que tomarán ventaja las que se adapten más rápido, pero es un escenario que permite pensar que va a continuar siendo positivo para los inversores que no ignoren la realidad de que por primera vez en mucho tiempo todas las economías del mundo crecen, que hay un exceso de ahorro y liquidez, que la inflación es moderada y las incertidumbres políticas se van diluyendo.
Y en el momento más actual desde EE UU aumenta la probabilidad de aprobar para el 2018 el plan de reforma tributaria pendiente desde que Trump llegó a la Casa Blanca tras pasar la aprobación del Senado aunque todavía este proyecto de Ley de Rebaja Impositiva y Empleo debe pasar todavía por diversos trámites, entre ellos la aprobación de la Cámara de Representantes y posteriormente del Senado de la versión definitiva, que debe limarse sustancialmente, ya que las propuestas de las dos cámaras difieren en numerosos aspectos.
Aunque pudiera ser descafeinada, esperamos que llegue e impulse los beneficios de las empresas, no solo norteamericanas, sino también de las compañías europeas más expuestas a EE UU; y permita la repatriación al país de los más de 2,5 billones de dólares de beneficios que muchas de las multinacionales del país guardan en el extranjero, aumentando la retribución de accionistas y aumentando la inversión en nuevos proyectos.
Las bolsas no están baratas, pero los precios están justificados en la economía y los beneficios. Con una mirada más a largo plazo, los futuros incrementos de la volatilidad y correcciones que acabarán por llegar, pudieran plantearse más como una oportunidad, que la señal de un cambio de tendencia. Europa tiene mucho que ofrecer todavía, así como Japón. El resto de Asia y EE UU debería seguir evolucionando positivamente. Sectorialmente, las oportunidades en grandes tendencias planteadas en nuestros informes anteriores no han variado, porque son estructurales.
Por otro lado, la gran sorpresa para muchos inversores ha sido el buen comportamiento que han tenido los mercados de renta fija. En un entorno económico de clara mejora, y el inicio de procesos de normalización monetaria, implicaba ser cauto ante la inversión en activos en mínimos históricos de rentabilidad, pero las dinámicas deflacionistas actuales han seguido desdibujando la presión inflacionista que la actual coyuntura debiera haber traído, retrasando el fin del apoyo de los bancos centrales. La renta fija aporta poca rentabilidad, pero no parece mostrar señales de severos cambios de tendencia. En nuestra opinión, consideramos que al igual que el año pasado, la inversión en deuda de gobiernos desarrollados se muestra especialmente arriesgada, dado que en plazos más cortos ofrece rentabilidades negativas, y en plazos más largos no ofrece retorno ni para cubrir la inflación actual, salvo la deuda norteamericana, que evidentemente plantea el riesgo de la cotización de su divisa frente a nuestra moneda local.
Asimismo, la deuda corporativa, tanto de grado de inversión, como de alta rentabilidad (high yield) y de mercados emergentes, también ofrecen retornos reducidos, dada la incesante búsqueda de inversiones con cupón más alto de los inversores, unido a los mejores fundamentales de los emisores, pero hay que seguir invirtiendo parte de la posición fuera de las bolsas, en ese segmento, complementado con estrategias de gestión alternativa, así como aumentar la inversión en renta fija más global, más diversificada, y muy flexible a la búsqueda de retornos en distintos segmentos, zonas geográficas, divisas, etc.
Una diversificación más global, prudente e inteligente (que mejore el rendimiento frente al riesgo asumido) sigue siendo nuestro mejor consejo para afrontar un año nuevo, que esperamos llegue con nuevos regalos para el inversor paciente, al calor de un ciclo económico expansivo. El tren no va a detenerse.
Rafael Romero es director del departamento de Inversiones de Unicorp Patrimonio (Grupo Unicaja)
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