VALÈNCIA. Hoy es 23 de abril, el Día Internacional del Libro. Tal vez, el más extraño de los últimos tiempos. Con las librerías cerradas y la agenda cultural congelada, esta jornada se convierte más en un reivindicación para que la sociedad y el gobierno no se olviden del sector que en una celebración. Culturplaza ha pedido a diferentes autores y autoras de libros que compartan su agradacimiento a una obra que haya sido importante para su vida o le haya influido en algún sentido. Un homenaje para recordarnos la importancia de lectura, también en tiempos aciagos.
La guerra de los botones, de Louis Pergaud
“Recuerdo devorar, con 13 años, la edición de Anaya (colección ‘Tus libros’) de tapa semiblanda, aquella en la que la cubierta enmarcaba a un chico de pantalones raídos en lo alto de un árbol de tronco marrón y hojas muy verdes, mientras tensaba un tirachinas amenazador. ¡Qué gran aventura! ¡Qué batallas! ¡Qué efervescencia, heredada de generación en generación, entre chavales de dos pueblos vecinos! Lo que de adolescente me pareció lo más frenético y emocionante del mundo hoy, al echar la vista atrás y recordar sus páginas, me provoca una sonrisa de añoranza y tristeza al pensar que, en ocasiones, dejamos de ser niños… y que las guerras ya casi nunca se libran con botones indoloros.”
Matèria de Bretanya, de Carmelina Sánchez-Cutillas
"Perquè enguany és l'Any Carmelina Sánchez-Cutillas de l'Acadèmia Valenciana de la Llengua. I sobretot perquè, senzillament, és una pura delícia literària. De més a més, trobe que és un llibre especialment recomanable per a un temps com l'actual, en què tendim irremissiblement a l'enyor; i en què totes i tots comencem a intuir un gir substancial en les formes i els costums de la convivència, que potser ens canviarà per sempre".
Papillon, de Henry Charrière
"Sempre em costa triar un únic llibre entre tots els que m’han construït com soc, però la situació excepcional que estem vivint m’ho posa una mica més fàcil. Crec que és moment de recomanar la lectura de Papillon, la novel·la d’Henry Charrière. Tot un tractat de resiliència i de com eixir de la reclusió, i de qualsevol crisi, no només més ben armats per a la pròxima, sinó sense perdre un bri de la pròpia identitat."
La amenaza de Andrómeda, de Michael Crichton
"Fue la primera novela seria que leí, con 15 años. Me mantuvo en tensión desde el primer minuto y me aficionó a la lectura. Primero a Crichton con El Hombre Terminal y Parque Jurásico y después al genero de ciencia ficción, misterio y terror. Desde ese día, cuando termino de leer un libro, ya tengo preparado el siguiente".
Afterpop, de Eloy Fernández Porta
“Un libro que me cambió la vida fue Afterpop (Anagrama), de Eloy Fernández Porta. Yo llevaba muchos años leyendo a Thomas Mann, Walter Benjamin o W. G. Sebald, incluso había estudiado alemán en el Goethe Institut de Buenos Aires, y de pronto leer un ensayo de un contemporáneo y amigo sobre nuestro presente, en que se mezclaban sin ningún tipo de complejo los clásicos greco-latinos con el cómic o el cine, me liberó del academicismo y del respeto excesivo a los clásicos. Gracias a Eloy entendí que era posible la hibridación de Paul Celan o Primo Levi con Los Blade Runner o Los Soprano que llevé a cabo en Los muertos”.
Viento del este, viento del oeste, de Pearl S. Buck
Leí la novela con apenas 12 años y causó un efecto impactante en mí. Este libro me ayudó a descubrir otras culturas, las realidades de otras mujeres y las diferentes formas de entender el mundo gracias al choque cultural que recoge la historia. Esta novela, a una edad tan temprana como la mía entonces, me descubrió la magia de la literatura, que es capaz de hacerte viajar y vivir otras vidas sin moverte del sofá. Marcó un antes y un después en mi relación con los libros.
Drácula, de Bram Stoker
“Es uno de los libros que me marcaron como lector. Se trata de una novela inquietante y magistral que dio vida a uno de los mitos más populares de todos los tiempos. La grandiosidad del personaje y la maestría de una narración que nos hará viajar sin movernos del sillón de lectura, son algunos de los atributos de esta joya imprescindible de la literatura universal.”
Tintín en el Tíbet, de Hergé
“Lo leí con 12 o 13 años y descubrí qué significa la aventura gracias a él. Es una historia de amistad estupenda y, sin darme cuenta, creo que impregna buena parte de la forma en que entiendo mi magisterio y la relación con mis alumnos. En estos tiempos que corren, leer las aventuras de Tintín es una forma estupenda de viajar sin salir de casa.”
Il Gattopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
“Es un caso raro de obra única producida en la madurez del autor y que, además, es una obra maestra. Lo he leído varias veces en dos idiomas. Me impactó por la extraordinaria lucidez narrativa y la profundidad psicológica con la que trata el tema de la decadencia de Sicilia, una tierra mediterránea hermanada históricamente con Valencia”.
Las aventuras de Nono, de Jean Grave
“Con la infancia como centro de debate estos días, tal vez sea buena ocasión para recomendar este libro. Escrito por el zapatero y militante anarquista francés Jean Grave, fue uno de los títulos principales que Francisco Ferrer i Guardia incluyó en su programa educativo de la Escuela Moderna. A medida que el relato transcurre, su protagonista va descubriendo en una vertiginosa aventura las contradicciones de la sociedad en la que vive y la manera de enfrentarse a las mismas y transformarlas. Una reivindicación del pensamiento utópico, tan relegado al olvido actualmente, que como lectura compartida con nuestros hijos e hijas podría aportarles muchas claves sobre el presente y sobre la manera de construir colectivamente nuestro futuro”
El camino, de Miguel Delibes
"Leí ese libro en una noche, del mismo modo que transcurre la narración. Por entonces, yo era apenas un chaval con las dudas e incertidumbres propias de un adolescente. Me sentí totalmente subyugado por la historia e identificado con su protagonista, Daniel el Mochuelo. La nostalgia que desprende El Camino me arrasó. Se me quedó tan dentro que, aún ahora, treinta años después, cualquier cosa que escribo tiene siempre algo nostálgico. Su influencia ha sido fundamental en la forma que entiendo la escritura".
Matèria de Bretanya, de Carmelina Sánchez Cutillas
“Un dels llibres que triaria seria Matèria de Bretanya (1976) de Carmelina Sánchez Cutillas, perquè quan escriure és un vòmit necessari el resultat sol ser un monument, i trobe que esta és precisament una novel.la 'inevitable', que l’autora necessitava fer. Potser per això no continuà, perquè allà ja ho havia dit tot, o no... El cert és que té força i frescor, d’acord que el seu model és potser encara una mica rígid, però era el signe dels temps. Per a mi és la primera gran veu valenciana de dona en la literatura del segle XX”.
Los cantos de Maldoror, del Conde de Lautréamont
"Un libro maravilloso que me hizo redescubrir una manera de entender la poesía, presentada en forma de fascículos escritos en prosa donde lo aberrante y lo divino se entrelazan hasta hacerse indistinguibles el uno del otro. Sin duda, una de las cumbres estéticas que anticiparon la llegada del surrealismo".
El Aleph, de Jose Luis Borges
"La primera vegada que el vaig llegir tenia setze anys i em va descobrir la literatura com a un repte, com un misteri, com un desafiament. Em va fer ambiocionar ser escriptor perquè contenien elements que superaven allò narratiu, que anaven més enllà de l'argument i dels personatges".
El inventor de palabras, de Gerard Donovan
“El vaig agafar de la llibreria Taifa en el carrer Verdi de Barcelona en 2009 per error, perquè amb la meua mala memòria vaig confondre el títol amb un altre que m'havia recomanat una amiga. De vegades pense que aquell error va ser un regal. En obrir-lo i començar la lectura vaig veure un estil proper al meu, proper també al que volia acabar fent. I la història en sí se'm feia familiar per les similituds biogràfiques del protagonista amb mi, i per l'escenari on transcorre, una cabana de fusta enmig d'un bosc nevat plena de llibres. El inventor de palabras és un exemple del bon ús de les paraules i també del goig de veure fotografiar el paisatge amb la narrativa”.
El puente de Alcántara, de Frank Baer
"Desempolvo recuerdos de hace mil años. De un día de esos de malamor (que no es lo mismo que desamor). Me sequé los ojos, me fui a la librería y compré un libro de tapas duras -bastante caro para mí en ese momento- que hacía muuuuuucho tiempo que quería leer. Lo pedí envuelto para regalo. Volví a casa, me hice un café y lo desenvolví. Leí toda la tarde. Y hasta dormir. No volví a llorar. Al día siguiente tampoco. Aprendí cómo cambiar llanto por lectura. Y hasta hoy. El libro era El Puente de Alcántara”.
Volando solo, de Roald Dahl
“Quiero dedicar este agradecimiento a un libro que fue muy especial para mi siendo apenas un adolescente: Volando solo, de Roald Dahl. Se trata de la segunda parte de la autobiografía del autor (la primera, también maravillosa, se llama Boy. Relatos de infancia), en la que detalla sus episodios de vida adulta. Entre otras cosas, el período que pasó trabajando para la Shell en Dar es Salaam (Tanzania) —gracias a lo cual supe muchos años antes de Tarantino lo que era una Mamba Negra—, o como piloto destinado en Grecia de la Real Air Force británica durante la II Guerra Mundial. Un libro de aventuras exquisito tocado, como me suele gustar a mi, por la magia de la realidad”.
El señor de los anillos, de J.R.R. Tolkien
“Leí ese libro a los dieciocho años, después de disfrutar de El Hobbit. En aquella época formaba parte de un grupo de jóvenes que publicábamos un fanzine tan sencillo como lleno de ilusión. Anhelábamos ser escritores, compartir emociones y contar historias. La lectura del clásico de Tolkien, que disfruté aquel verano de 1994, me enseñó a construir mundos, personajes, tramas y situaciones tan intensas como profundas. Desde entonces está en mi biblioteca, acompañándome y observándome mientras escribo y crezco como autor.”
La casa de los espíritus, de Isabel Allende
"Mi agradecimiento a la autora de este libro, que me inspiró y me hizo soñar gracias a su realismo mágico. Te transporta a un mundo cercano y al tiempo desconocido donde nunca se sabe qué es real y qué no".
Matèria de Bretanya, de Carmelina Sánchez-Cutillas
"Aquest llibre de Carmelina Sánchez-Cutillas, l'escriptora valenciana de l'any 2020, me'l vaig llegir quan tenia uns vint-i-cinc anys i em va descobrir una autora de qui, en aquells moments, només coneixia el nom. Em va trasbalsar en molts sentits: per la llengua vivíssima que utilitza i amb la qual em resultava sorprenentment fàcil identificar-me; per la crítica àcida a la doble moral, a les desigualtats socials, al masclisme invisible que ho impregna tot; per la sensibilitat amb què s'acosta al seu entorn més proper, el d'Altea, i el magnifica a partir de les coses més senzilles; per la naturalitat amb què reivindica la recuperació i la dignificació de la llengua i la cultura pròpies, quasi totalment anihilades pel franquisme. Cutillas fa interseccionar tots aquests elements en una magnífica obra, on no res és sobrer i tot és profund. Va ser un best-seller en el seu moment i va reconciliar molta gent amb la tradició amagada durant la dictadura. Encara continua reeditant-se i jo només puc fer que desitjar-li molts anys i convidar-vos a llegir-lo!".
El mundo de ayer. Memorias de un Europeo, de Stefan Zweig
"Hace años cayo en mis manos ese libro. Me fascinó el pacifismo del autor en las 2 guerras mundiales, su humanismo... Y cómo, habiendo sido un autor de éxito y fortuna, marchó al exilio en pleno ascenso del nazismo. Este libro -casí biografía- se va leyendo con el amor a la humanidad que destila; y con la fe en el ser humano... Hasta que descubres que el y su pareja se suicidaron en Brasil. Te deja devastada".
Les Cartes a un Jove Poeta, de Reiner Maria Rilke; Obres completes de Shakespeare; La Bíblia Catalana; El Quixot, de Miguel de Cervantes
No vull ser pedant però al llarg de la meua vida he llegit i llig moltíssims llibres. Teatre, poesia i assaig sobretot. Novel·les també, però no en la mateixa quantitat i passió. Hi ha quatre llibres / autors que m'han marcat profundament i que encara els tinc de capçalera: Les Cartes a un Jove Poeta de Reiner Maria Rilke. El vaig llegir quan a penes tenia quinze anys i em va marcar per sempre i sempre he tractat de seguir els seus consells i comentaris sobre el treball de cada dia, la crítica que naix de l'amor que empeny al coneixement, etc. L'he comprat i regalat infinitat de vegades, però em sembla que ja no està de moda i la gent busca l'èxit o el rendiment immediat. Shakespeare, la primera obra del qual, Coriolà, la vaig llegir amb dotze anys i em va impressionar moltíssim sobretot el personatge de la mera i la relació que té amb el fill. Només vaig poder em vaig comprar les obres completes de Shakespeare, d'Editorial Aguilar perquè no hi havia una altra cosa, i les he llegides i rellegides ampliant la meua biblioteca amb les noves traduccions tant en castellà, com en català o en els originals en anglés. Després, hi hauria un tercer gran llibre que he llegit i rellig, la Bíblia, en una primera traducció de Nácar- Colunga i després en la traducció dels Monjos de Montserrat sobretot o més recentment, en la Bíblia Catalana, traducció interconfessional, que és un grandíssim monument d'històries, reflexions i llenguatges. I per fi, El Quixot, de Cervantes, que és una altra de les meues passions i una gran font. Aquests quatre llibres o continents són els que més m'han marcat. Ja veieu que no soc massa "modern".
Eisejuaz, de Sara Gallardo
“Eisejuaz es un fenómeno narrativo, una manifestación genuina del lenguaje. Tiene lugar en ella el descubrimiento de una voz única y de un personaje enigmático que nos abre las puertas a la percepción indígena de la divinidad”.
Las nadas y las noches, de María Auxiliadora Álvarez
“Se trata de una antología de su obra poética y recoge los poemas más potentes y conmovedores de cada libro. Su escritura es precisa, hiriente, remite a la maternidad, a la violencia, a la muerte, a las piedras, a los animales. Nos habla desde una geología emocional, una poesía de hallar la belleza en la destrucción y en lo pequeño”.
El juego del escondite, de Patricia Highsmith
"Además de definir el género de suspense con una trama y unos personajes únicos, con ese libro descubrí que lo que quería era escribir como ella. Describe escenarios en los que quedarse a vivir".
Terre des hommes, d'Antoine de Saint-Exupéry
"És un llibre que sempre recordaré. «Ce qui me tourment, ce ne sont ni ces creux , ni ces bosses, ni cette laideur. C'est un peu, dans chacun de ces hommes, Mozart assassiné»".
A sangre fría, de Truman Capote
La imaginación siempre puede abrir la puerta que sea, dar la vuelta a las llaves y dejar paso al terror. "Porque mientras estás en esta vida, siempre tienes algo esperándote y aunque lo sepas y sepas, además, que es algo malo, ¿Qué le vas a hacer? No puedes dejar de vivir".
Feux (Focs), de Marguerite Yourcenar
“Un petit gran llibre que et corfereix a força de mots. Les proses poètiques són simplement esborronadores: "No tinc por dels espectres. Els vius només són terribles perquè tenen un cos". Fou i és important en la meua vida, com ho és l'amor. El vaig conéixer mentre escrivia Siamangorina (ara, Vestals de Roma) i encara m’acompanya.”
L'oncle Vània, de Txekhov
"Sóc dramaturg i és obvi que són molts els textos teatrals que han sigut importants en la meua vida. Si només puc dir-ne un triaria L’oncle Vània, de Txekhov, perquè conté una de les visions més compassives sobre l’ésser humà que conec".
Fueye, de Jorge González
“Leí Fueye antes de creer que podía dibujar mis propios tebeos. Fueye y el dibujo de Jorge, me mostraron que el cómic podía hablar de inmigración, de cambios políticos y culturales, de amor, de nostalgia y de tango. Me sumergí en sus viñetas atmosféricas y en la naturalidad de los personajes. Aprendí que podía dibujar sin ser precisa, contar rompiendo la norma y que así, tal vez, podía dibujar mis propios tebeos”.
Les petites virtuts, de Natalia Ginzburg
“Natalia Ginzburg em va descobrir que escriure és una manera de mirar-se el món i posar llum sobre aquelles coses que havien romàs en la penombra. Els records, els paradisos perduts, els petits gestos, tot allò que ens captiva i sorprèn a la vida pot ser literatura, si encertes a contar-ho.”