VALÈNCIA. La voluntad de Génova se ha vuelto a cumplir, como en tantas otras ocasiones anteriores en lo que a vida interna de partido se refiere, a la hora de impulsar una candidata favorable al congreso que el PP celebrará en Castellón el próximo 8 de mayo. Su intención era propiciar una lista única para evitar unas primarias al uso, al igual que ocurrió en los cónclaves provinciales de Valencia y de Alicante. Deseo que desde este miércoles está más cerca después de que las dos principales aspirantes, Marta Barrachina (alcaldesa de Vall d'Alba) y Carmina Ballester (alcaldesa de Onda) hayan llegado a un pacto de integración.
Aunque todavía queda por comprobar si lo logrará con el tercero en discordia, el concejal de Vinaròs Lluís Gandia –y que cuenta con un menor respaldo de referentes de la formación–, el movimiento de la dirección nacional resulta de suma importancia en lo que a equilibrios territoriales se refiere y de cara al congreso del PPCV. Barrachina es considerada la favorita de Génova y ha tenido apoyos significativos, mientras que a Ballester se la encasilla como la más cercana al presidente saliente del partido en Castellón, Miguel Barrachina, y, por tanto, a la líder regional, Isabel Bonig.
El hecho de que finalmente la primera sea quien encabece la candidatura supone un mayor control de la dirección nacional que dirigen Pablo Casado y su número dos, Teodoro García Egea. A su vez, un debilitamiento de Bonig, que con la pérdida de su dominio en Castellón se queda también con su última bala de poder territorial, dado que en Alicante se encuentra Carlos Mazón y en Valencia Vicente Mompó. A ello se unen los congresos locales de Valencia, que también están provocando enfrentamientos y supondrán una reorganización de los liderazgos en este ámbito.
Este escenario resulta relevante ante la posible pronta celebración del cónclave regional, que varias voces dan por hecho que se convocará antes del verano –es decir, antes de agosto–. Bonig no se ha desviado por ahora de la clara intención que ha mantenido hasta el momento de tratar de revalidar su cargo pese a las últimas maniobras desde Madrid. Pero hace tiempo que suena el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Marzón, como el perfil preferido por la dirección nacional.
Él se resiste a día de hoy a dar el paso adelante, aunque una de sus condiciones era contar con el respaldo de las tres provincias, lo que ahora parece más sencillo. Además, las figuras clave estarían con él, entre ellas la presidenta en la ciudad de Valencia, María José Catalá, quien recientemente se reunió con García Egea en una cita en la que muchas voces interpretan que le pidió la adhesión al candidato que quieren impulsar. De hecho, durante los últimos días ha llegado incluso a circular por el partido que podría convertirse en su 'número dos' (secretaria general) en una eventual nueva cúpula del PPCV.
Estas especulaciones parecen, en todo caso, pronto para darlas por seguras. Lo mismo que para algunos el hecho de que Mazón acabe por presentarse a la presidencia. Hay quien apunta, en este sentido, que dado el empeño de Génova de evitar primarias no sería descartable que Bonig se mantuviera en el liderazgo regional del partido, pero no fuera candidata a la Generalitat en las próximas elecciones. Comicios que están fijados inicialmente para 2023, pero cuyo adelanto por parte del jefe del Consell, Ximo Puig, nunca ha dejado de estar encima de la mesa.