VALÈNCIA. Andrés García Reche recibió de Ximo Puig el encargo de poner en marcha la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) para transformar el modelo productivo. Reche, profesor de Economía Aplicada de la Universitat de València, sostiene que, aunque la puesta en marcha ha costado más de lo previsto, en poco tiempo se percibirán grandes avances de la agencia porque sus proyectos ya están muy maduros.
–Recientemente ratificaron el presupuesto de 24,5 millones de euros para este año y los programas en los que se está trabajando, ¿qué puede avanzar de esos programas?
–Hay dos tipos de actividades aprobadas: una parte va a las convocatorias que sacaremos entre finales de mayo y principios de junio para compra pública innovadora; agentes de innovación; proyectos estratégicos de calado que no son ayudas a pymes, sino proyectos de alto impacto en la Comunitat. Hemos nacido para mejorar significativamente el modelo productivo o para transformarlo. Nosotros no damos pequeñas ayudas a pequeños proyectos.
–El presupuesto de la AVI para 2018 iba a ser de 28 millones, pero se ha reducido por las enmiendas de Podemos, ¿se va a poder ejecutar?
–No creo. El personal se ha incorporado hace un mes, y no todo. En pocos días tendremos página web. Estamos actuando sin tener capacidad suficiente para ello. Pero los programas están todos preparados y a finales de 2018 alcanzaremos velocidad de crucero porque está todo muy maduro ya.
–La previsión inicial era llegar a 2020 con 150 millones de presupuesto anual, ¿se va a cumplir?
–Es la previsión de la memoria económica. Como la puesta en marcha ha tardado más de lo que preveíamos, el presupuesto de este año es que el que deberíamos haber tenido el año pasado, quitando los 4 millones que en Les Corts se dijo que se destinaran a otra cuestión. Pero la idea es que esos 28 millones originarios, que era de 2017, en realidad se han retrasado un año, pero sigue en vigor. Pero eso va a depender de si la AVI lo hace bien o lo hace mal.
Pero dado el consenso realmente sorprendentemente que hemos logrado entre el mundo empresarial, científico y tecnológico, a mí me parece de tal relevancia en este país que hay muchos elementos optimistas para pensar que puede ir adelante.
–Ya que habla de que no dan ayudas a pequeños proyectos, ¿qué es un proyecto de alto impacto?
–Por ejemplo, dentro de dos o tres años es muy probable que toda la cadena de valor del automóvil tenga que ver con la producción de coches eléctricos. ¿Esperamos a que llegue Ford con su coche eléctrico? ¿Y la cadena de proveedores que tenemos que fabrican piezas para motores de combustión? El coche eléctrico, según informes que hemos pedido al Instituto Tecnológico de la Energía y otros muchos, nos va a ofrecer la oportunidad de desarrollar nuevas tecnologías.
Debemos establecer una estrategia para que, cuando eso ocurra, nuestras empresas no desaparezcan del mapa, sino que sean capaces de desarrollarse en esa nueva tecnología disruptiva. Hay decenas de desarrollos tecnológicos por hacer en toda la cadena de valor del coche eléctrico que alguien tendrá que asumir. Como tenemos científicos y tecnólogos que saben lo que puede ocurrir, nuestras empresas pueden estar más tranquilas que en el pasado sabiendo que hay un montón de gente pensando para ellas. Lo que nos planteamos es qué problemas de grueso calado aparecen en el horizonte y qué oportunidades pueden abrirse.
"nuestras empresas pueden estar más tranquilas sabiendo que hay un montón de gente pensando para ellas"
–¿Cómo se concreta eso, con apoyos o incentivos de la AVI para la adaptación de la industria a la producción del coche eléctrico?
–Si el comité estratégico de innovación decide que ese es un proyecto estratégico de alto impacto para la Comunitat Valenciana y que por tanto hay que abordarlo, automáticamente se creará un comité estratégico especializado con presupuesto incorporado que en el plazo de tres o cuatro meses dictaminará qué tecnologías se pueden desarrollar aquí con nuestras empresas de proveedores ya existentes. A partir de ahí podemos darle prioridad en los presupuestos o utilizar los premios anuales que vamos a conceder, con una dotación económica solvente, para lanzar el reto de la solución. La AVI determinará las acciones en función de las demandas que vaya obteniendo. Es una forma de actuar distinta a la del pasado; aquí no hay alguien que manda, sino un lugar en el que todos estamos sentados en la misma mesa y decidimos.
–¿Hay líneas nominativas?
–Sí, ya están aprobadas. Hemos cogido un abanico de instituciones científicas tipo muy separadas de la actividad productiva, como el instituto de física corpuscular o el instituto de tecnología química de Avelino Corma, consideradas como de excelencia científica, pero que no están acostumbradas a utilizar su potente conocimiento para el sistema productivo porque los incentivos que reciben son para publicar. Hay un desencuentro, pero si nosotros acordamos con ellos introducir en su seno unidades científicas de innovación financiadas por la AVI con dotación de personas y medios dedicados exclusivamente a desarrollar innovaciones que ellos no pueden hacer por su propio carácter de centro de excelencia investigadora, podemos trasladar al sector productivo lo que ya se planteaba internamente. Puede ser que necesitemos cosas de ellos que ni ellos se han planteado. Se trata de facilitar que el enorme potencial de materia gris que tienen se traslade al sistema productivo.
"Nosotros no damos pequeñas ayudas a pequeños proyectos. Nacemos para transformar el modelo productivo"
–Además de por el presupuesto, la AVI ha sido noticia también por polémicas con la paridad de sus órganos, ¿aprecia intentos por politizar algo que se quiere mantener al margen de ciclos políticos?
–Eso es inevitable, con ello contaba desde el principio. La gente está interesada en esas cuestiones pero para mí es algo poco relevante. Desde el principio, en mi comparecencia en Les Corts, yo ya expliqué que sobre la paridad estoy absolutamente a favor y de la discriminación positiva de género. La diversidad es esencial. Lo que me comprometí es que el siguiente escalón era mujer, y solo hay que mirar el equipo directivo aquí para ver que la paridad es total y absoluta y si miramos en jefes de servicio hay muchas más mujeres.
En lo que ya no podemos actuar es cuando se entra en representaciones de diferentes órganos, como los sindicatos o las patronales, no puedes evitarlo si son hombres. Lo mismo pasa con los institutos tecnológicos. En total son 11 hombres al frente y solo dos mujeres directoras. Si reúnes a los directores tecnológicos la disparidad no es culpa de la AVI, es culpa de la tradición. Exceptuando eso, uno mira el comité de dirección de la AVI y es evidente. En lo que depende de nosotros la paridad es absoluta y obligatoria.
–¿Y respecto a las polémicas con la sede?
–En cuanto a la sede, quedó muy claro que la sede institucional iba a ser Alicante. Todos los órganos de decisión se reúnen allí, el consejo es allí, la actividad de la AVI va a estar repartida entre las provincias porque el sistema de innovación, ocupa lo que ocupa en las provincias. Si tú miras, cuantitativamente el mundo científico, empresarial y tecnológico, que es de lo que se ocupa la AVI, pues te darás que sigue más o menos el mapa económico de la Comunitat Valenciana. Alicante puede ser un 30%, Castellón que está en torno al 10-15% y València que pesa mucho más.
Hemos hecho reuniones con la Cámara de Comercio de Alicante, con el Instituto de Neurociencias para el convenio que vamos a tener con ellos, hemos tenido el consejo asesor en Alicante, tendremos el consejo de dirección en Alicante, y estamos trabajando de una manera sensata y aunque la sede institucional está en Alicante, hay una unidad operativa en Alicante y una en València. Eso es así porque, de no ser así, la AVI no funcionaría. Lo importante no es donde están los funcionarios de la AVI, sino en qué impacto causa. Me parece un tema menor y ridículo.
–¿Está funcionando la comisión técnica entre la AVI y el Ivace para evitar solapamientos?
–En el comité de dirección, que es el máximo órgano de decisión de la AVI, está sentado el Ivace y la dirección general de Economía. Quién decide lo que hay que hacer en la AVI son las distintas instancias de la Generalitat representadas junto a la CEV, los sindicatos, Redit, las universidades y el CSIC. Si en algún momento se plantea un problema con algún programa concreto, es muy fácil de solventar.
–Si el comité de dirección decide sobre las subvenciones ¿Por qué el Ivace ha presentado alegaciones al Plan Estratégico de Subvenciones de Presidencia porque hay solapamientos?
–No ha habido ocasión porque no se ha reunido. Pero claro que hay alegaciones. Cuando se hace una orden de bases, todas las conselleries hacen sus alegaciones. Me parece perfecto que hagan alegaciones. El reglamento de la ley de creación de la AVI se dice que no puede haber colisión entre programas. No comprendo dónde está el problema. El proyecto de la AVI, que es único en España, no va de dar ayudas, que también, sino de conectar a los científicos de muy alto nivel que tenemos con los sectores productivos y los tecnólogos. Esto es la AVI, un lugar de encuentro, discusión y análisis. Todos los programas del Ivace, que fundamentalmente van dirigidos a pymes, son perfectos, pero los nuestros rebasan con mucho esos límites. Nuestros proyectos están medidos para que no haya colisión y pronto se verá que la AVI añade una ayuda a lo que el Ivace ya hace de manera eficaz.
–¿Cómo cree que ha sido la actuación hasta ahora de la Conselleria de Economía (Ivace) en materia de Innovación?
- Han hecho un esfuerzo muy potente. Hay incluso una dirección general de Emprendimiento como tal. Ha habido un esfuerzo muy importante desde la Generalitat por estimular el mundo del emprendimiento y a eso se han unido las políticas del Ayuntamiento de València y el Ayuntamiento de Alicante que están incorporando actividades para impulsarlo. Nosotros no hacemos otra cosa que aumentar el caudal de conocimiento que se dirige a esas nuevas actividades que van a reforzar ese mecanismo.
–Recientemente se constituyó la Asociación Valenciana de Startups. ¿Ha tenido oportunidad de reunirse con ellos para acercar posturas?
–Vamos a empezar ahora de manera sistemática a tener reuniones de trabajo, también con ellos. El proceso hasta ahora ha sido tan 'duro' que hemos tenido que estar en contacto, sobre todo, con el mundo científico, aunque también con los institutos tecnológico y las empresas. Pero sobre todo con el mundo científico valenciano porque son la pieza clave de todo esto sin la cual la AVI no existiría. Queremos que nos ayuden a transformar el modelo productivo de una manera seria y realista.
Hemos dedicado tiempo a esto, a poner en marcha la agencia, a contratar el personal y hay algunos sectores con los que no hemos podido tener una reunión sistemática con ellos. Están presentes en el Consejo Asesor pero todavía no hemos podido marcar, de verdad, una estrategia conjunta pero lo haremos en los próximos días.
–Se ha mostrado crítico en muchas ocasiones con este modelo de las startups. ¿Ha cambiado de opinión?
–No es tanto crítico, es que me parece que la prioridad en este momento, para nuestro caso, es que ese conocimiento científico que tenemos acumulado en la Comunitat Valenciana empiece a lanzarnos nuevas propuestas de contenido tecnológico muy elevado al que, hasta ahora, no hemos tenido acceso a él. El fin es que además de que existan lanzaderas, startups o incubadoras de empresas, justamente podamos añadir un conocimiento que no teníamos disponible y ser el soporte todavía más fiable de todo ese mundo de nuevas empresas. Se trata de incorporar un conocimiento al que ellos no han tenido acceso en primera instancia y que la agencia le va a suministrar dentro de sus programas. Vamos a reforzar el mundo de la startup, no se trata de dar una alternativa, sino un refuerzo.
"Estamos en puertas de un salto cualitativo como no habíamos conocido desde los 80 o 90, necesitamos la capacidad científica"
–Esto que plantea puede ser una fórmula de colaboración. ¿Se ha planteado alguna más?
–La cantidad de tecnologías e innovaciones que van a surgir de las diferentes instancias en las que va a actuar la agencia ya van a ser muy sustanciales. El mundo de la startup va a sufrir un impulso muy importante, en mi opinión, como consecuencia de la incorporación del mundo científico al apoyo del modelo productivo. Del comité estratégico de Innovación que tenemos estos días, formado por 45 miembros entre científicos, empresas e institutos tecnológicos, ya van a marcarse en cuatro o cinco áreas una serie de retos para hacer surgir innovaciones.
Alimentación, economía circular, automóvil, por ejemplo. Muchos proyectos que van a generar nuevas posibilidades de crear empresas basadas, en este caso, en un conocimiento sólido y en una garantía científica y tecnológica desde el principio. No se trata de inventar cualquier cosa, se trata de algo que el conocimiento científico respalda y la AVI va a respaldar eso. Imagina esto qué supone para una startup o una lanzadera, cuando tiene una institución que continuamente le está proveyendo de nuevas posibilidades de desarrollar tecnología e innovaciones. Es un apoyo muy importante.
–Usted dijo que las iniciativas relacionadas con emprendedores deben guardar coherencia con el interés general. ¿A qué se refería concretamente?
–El interés general es que nosotros necesitamos aumentar la renta per cápita de esta comunidad muy por encima de los 20.000 euros que cobra un trabajador medio. Eso solo se puede hacer con un aumento muy sustancial del comportamiento innovador de las empresas que ya tenemos y de aquellas otras actividades que, no teniendo, podemos desarrollar con bastante solvencia.
Por ejemplo, me habéis oído decir muchas veces que nosotros tenemos el 30% de nuestros científicos e investigadores -de 953 grupos de investigación- dedicados a salud o biomedicina, por ejemplo. Si miramos nuestro sector productivo no tiene nada que ver, no guarda relación. Hay algunas empresas solventes en el área, pero no un sector de salud muy potente. Entonces, ¿para quién estamos pensando? Nuestra materia gris, ¿a quién beneficia? No parece que a nosotros.
Esto tan simple ejemplifica que nosotros debemos crear nuevas actividades, al margen de fortalecer las que ya existen, basándonos en las capacidades que tenemos, no en las que no tenemos. Si no tenemos es muy inútil intentar crear un sector de la nada, pero si tenemos capacidades científicas y tecnológicas para potenciar un sector, hagámoslo. Este es el problema.
–Uno de los problemas en la Comunitat es la transferencia tecnológica entre universidad y empresa. ¿Cómo se va a canalizar?
–Eso es un problema no solo de la Comunitat Valenciana, sino de toda España. Somos muy buenos en producción científica y muy regulares en la transmisión de ese conocimiento hacia la empresa. El problema no es que no gastemos en I+D sino que lo que gastamos tampoco llega al sistema productivo. Se puede decir que hay que reformar el mundo de la empresa, hacerla más grandes. Pero nada de esto se resuelve por decreto, así que tienes que intentar que la innovación sea un elemento central que haga a las empresas más grandes, que los científicos que hasta ahora no pensaban en el sector productivo porque no era su función ni los incentivos que recibían iban en esa dirección, ahora lo hagan.
Y, ¿cómo? Con los programas que la agencia tiene. La agencia sirve para introducir incentivos reales, constatables y eficaces, una implicación real y directa de los propios científicos en el modelo productivo. Lo que pretendemos con eso no es más que prever un problema de muy alto calado que se nos viene encima y es que el mundo se va a transformar mucho en los próximos años. Estamos en puertas de un salto cualitativo como no habíamos conocido desde los años 80 o 90, y ese salto cualitativo necesita la capacidad científica, no vale solo con lo que tenemos. El apoyo a la pyme sigue siendo necesario pero necesitamos que se añada a un futuro que es cada vez más disruptivo el aporte de aquellos que están en el top mundial del conocimiento científico en muchas materias, desde la nanotecnología, al internet de las cosas o la robótica. Hay una serie de tecnologías que están encima de nosotros y sin ciencia no hay posibilidad de afrontar el futuro económico.
–¿Por qué cree que el Banco de Patentes no tuvo éxito?
–Lo desconozco, a tanto no podemos llegar. Nosotros pondremos en marcha los programas que tengamos y luego ya entraremos a ver el mundo de las patentes. Lo qué puedo decir patentes, aunque es verdad que yo creo que el Banco se está gestionando, es que desde la AVI no nos preocupa tanto. Lo que queremos es una mejora del sistema productivo que a veces puede ser vía patente o no. A veces son innovaciones que las propias empresas realizan por sí mismas, de conocimiento maduro y que solo requiere alguna pequeña modificación para convertirse en una tecnología viable en el mercado. Una patente por sí misma puede ser una cosa muy disparatada, poco viable económicamente hablando. No nos preocupan todas las patentes como AVI, solo nos preocupan las transferibles al sistema productivo.
–¿Están de acuerdo con traer eventos tecnológicos a la ciudad que la potencien como referente en algún sector?
–Sí o no. Los eventos son eventos simplemente o son algo útil. La AVI no nace para hacer eventos, no nace para hacer lo mismo que se está haciendo, no nace para apoyar a las pymes, no nace para eso, nace para ver de qué manera es posible aumentar significativamente el comportamiento innovador de nuestras empresas, que existen y a crear actividades de alto componente tecnológico allá donde podamos. Si un evento repercute positivamente en esa dirección nosotros apoyaremos, si no repercute no apoyaremos. Lo cuál no quiere decir que estemos ni a favor ni en contra.
Por ejemplo, smart cities como una sistemática reunión continua con un brainstorming para hablar de lo bueno que es la smart city y decir lo bueno que es -que ya hemos ido a muchas- pues no es un problema de la agencia. La agencia lo que quiere saber es qué tecnologías y aplicaciones podemos desarrollar nosotros con nuestras empresas, científicos y tecnológicos para crear aplicaciones y desarrollos en el sector de alimentación, textil, alimentación o motor y qué cosas necesitamos hacer para que nuestras empresas asimilen esas tecnologías. Para nosotros, la smart city no es solo importante para que la ciudad se gestione mejor, sino para que la gestión más inteligente de la ciudad genere innovaciones y tecnologías que repercute en nuestro sistema productivo.