VALÈNCIA. Los datos de los últimos días han obligado al Gobierno valenciano a tomar medidas drásticas como el cierre del ocio nocturno, la reducción de personas por mesa en el interior de la hostelería o la solicitud al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) de reimplantar el toque de queda en unos 40 municipios con alta incidencia o volver a limitar a 10 personas las reuniones públicas y privadas en la autonomía.
El paso adelante dado por el Consell está especialmente justificado si se atiende a los propios datos que se recordaban en la resolución de Sanidad publicada este viernes para la aplicación las restricciones citadas: una incidencia acumulada de cerca de 300 casos -ayer no se actualizó el dato- por cada 100.000 habitantes; una prevalencia estimada de la variante india Delta de un 50%, un 68% de brotes activos pertenecientes al ámbito social causados por reuniones familiares o de amigos, una incidencia de 741 en la franja de edad de entre 15 y 29 años y hasta seis departamentos de salud considerados en riesgo "muy alto" -alerta 4- según la Subdirección General de Epidemiología.
Pero además, hay otro factor determinante para tomar medidas férreas que puedan frenar la pandemia: la tasa de positividad. En apenas 10 días, la Comunitat Valenciana ha duplicado este baremo que revela a cuántas personas se les ha detectado el virus en relación con el número de pruebas realizadas. Un lector que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera básico para establecer si la pandemia está "bajo control": esa cifra se sitúa en el máximo del 5%, que es la que la Comunitat Valenciana tenía a finales de junio.
Sin embargo, el marcador está creciendo de forma progresiva: este viernes, alcanzaba el 11,3%, la quinta más alta de España, solo por debajo de Cataluña, Castilla y León, Navarra y Aragón, todas ellas por encima de la media nacional. Esto viene a significar que cada diez test realizados hay al menos un contagiado.
¿Por qué es importante este dato? Principalmente porque indica el ritmo de expansión de la pandemia. Una tasa de positividad alta suele deberse a que se hacen pruebas a muchas personas que ya tienen síntomas, por lo que se evidencia que el virus se ha extendido o bien porque se hacen cribados donde se ha producido un brote por lo que, haya síntomas o no, se produce un alto número de positivos especialmente al tratarse de una variante muy contagiosa como así lo indican los expertos respecto a la india Delta.
En los últimos meses, la Comunitat Valenciana se había movido en casi todo momento entre un 2% y un 4% en esta tasa, si bien era la autonomía que menos test realizaba de España. Desde la conselleria lo justificaban en la escasa incidencia existente, si bien tal y como informó este diario, existían otras CCAA con un nivel de contagios similar que hacían más pruebas. Es decir, redoblaban la prevención.
Ahora, es cierto que el Gobierno valenciano, fruto al incremento de los brotes y de los contagios ha pisado el acelerador y tiene una tasa de 1.792 pruebas por cada 100.000 habitantes, si bien todavía por debajo de la media nacional.