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Ferraz, PSPV y los peligros de sobreactuar con el ‘poder de la militancia’

11/02/2018 - 

VALÈNCIA. La catarsis atravesada por el PSOE el pasado año con las primarias federales que permitieron a Pedro Sánchez convertirse de nuevo en secretario general de la formación socialista se cimentó en un actor protagonista e indiscutible: la militancia. El madrileño demostró que podía ganarse un proceso orgánico de máxima envergadura sin disponer de un aparato tan potente como el rival. Así, apelando a las bases y generando un relato que conectara con los afiliados de a pie, Sánchez se erigió en claro triunfador frente a Susana Díaz y a Patxi López.

El vencedor puso el acento durante su campaña en el empoderamiento de la militancia. Explotó al máximo ese llamamiento a los afiliados con la promesa de un PSOE con mayor aperturismo y participación. Unas propuestas que sobrepasaban en esta materia las que su principal rival, Susana Díaz, se atrevía a realizar en el proceso. La andaluza, experta conocedora de la fontanería del partido, apostaba por un modelo mucho menos rupturista que Sánchez y, por tanto, mostraba una mayor prudencia a la hora de entregar plenamente la toma de decisiones a la militancia.

El líder del PSOE, una vez consumado su triunfo en las primarias, plasmó en la resolución del 39º Congreso Federal las promesas que había vertido durante la campaña en materia de participación, en concreto respecto a la confección de listas: "La elección de candidatos y candidatas al Congreso, Senado, Parlamento Europeo,Parlamentos de CCAA y Ayuntamientos (a partir de un tamaño de población a determinar) se realizará por el voto secreto y directo de los militantes y simpatizantes del ámbito territorial correspondiente mediante el procedimiento reglamentario que se establezca", reflejaba el documento aprobado.

Una resolución ambiciosa que, ahora, y según han venido publicando esta semana diversos medios nacionales, se busca matizar en el reglamento de primarias que será presentado para su aprobación en el Comité Federal del próximo sábado 17 de febrero. Es decir, la intención de la dirección que lidera Sánchez y que tiene en el valenciano José Luis Ábalos un puntal como responsable de Organización del partido, es establecer determinados límites a ese empoderamiento de la militancia que pregonaron durante las primarias.

Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López la noche de las primarias. Foto: EFE

Así, y según lo que se ha venido informando en el ámbito estatal, la intención es que se respete la fórmula de primarias marcada en la resolución del 39º Congreso Federal pero que desde Ferraz, calle donde se sitúa la dirección del PSOE, se tenga la última palabra a la hora de confeccionar las listas. O lo que es lo mismo, se podrán realizar modificaciones de los resultados de las primarias. Una capacidad que ya existía con anterioridad a Sánchez.

De confirmarse estos importantes matices en el futuro reglamento, se pondrá en relieve que la concesión de un poder absoluto a la militancia era una propuesta de máximos que Sánchez y su equipo prefieren rebajar y controlar. La ventaja para el líder del PSOE es que esa idea nunca fue compartida por parte de su principal rival en el proceso, Susana Díaz, que advirtió en varias ocasiones de que el partido del puño y la rosa no era "asambleario". 

Así pues, el secretario general socialista tendrá en esta cuestión de cara, probablemente, a la que fue su oponente, si bien eso no quita que pueda ganarse algún reproche por el uso que hizo del discurso de la militancia todopoderosa en su campaña. De la misma manera, está por ver -si se confirma esta decisión- si una medida de estas características tiene alguna consecuencia entre los miles de afiliados que apoyaron a Sánchez en aquellas primarias. 

El asunto no es baladí: dado que dejar la puerta abierta a modificaciones en las listas por parte de Ferraz de candidaturas que hayan sido elegidas por los afiliados no termina de encajar con el discurso del 'nuevo PSOE' que se vendió durante meses a la implicada e ilusionada militancia, que a la postre fue la responsable de darle una segunda oportunidad a Pedro Sánchez frente al Díaz. 

Ahora bien, es cierto que existen avances dado que con unas primarias previas en las que se elevan unas candidaturas apoyadas por la militancia -e incluso por simpatizantes en las abiertas-, será más complicado de justificar para la dirección federal cambios radicales en una lista. Por otro lado, la capacidad de modificación de Ferraz también permitirá la entrada de fichajes de renombre o independientes que puedan llegar para reforzar la candidatura a juicio de la cúpula del partido.

En cuanto al PSPV, primera federación que apostó por unas primarias abiertas en el año 2014 con Ximo Puig al frente del partido, la maniobra desde Ferraz no ha pasado desapercibida. Si finalmente en el reglamento de primarias se contempla la opción de modificaciones, desde la cúpula de los socialistas valencianos se da por hecho que la figura de Ábalos como responsable de Organización federal cobrará todavía mayor importancia. 

Por otro lado, según se ha informado desde medios estatales, la celebración de primarias abiertas para la candidatura a la Generalitat o para municipios de gran tamaño como el Ayuntamiento de València podrá autorizarse tanto desde la dirección autonómica como desde Ferraz, un hecho que permitirá cierto margen de maniobra a las distintas federaciones, aunque siempre bajo la supervisión final de Madrid.

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