CASTELLÓ. Con un trípode en mano, un flash de unos veinte años y una cámara analógica se presentó Vicente Tena al FIB 2019. "Toda esa parafernalia frente a un público que únicamente se hacía selfies con el móvil". Pero allí iba este fotógrafo de Castelló dispuesto a capturar (y a disfrutar) por primera vez del popular macrofestival de Benicàssim. No le gustan las masificaciones, cuenta. Sin embargo, aunque empezó a fotografíar a las doce de la mañana en las inmediaciones del recinto, lo que buscaba precisamente era barullo. Es por esto que de entro todas las jornadas, Tena escogió inmortalizar el viernes 16 de julio. "Todos sabíamos que ese año el festival no tendría tanto público como veces anteriores. Así que escogí como punto central la noche en la que actuaba la cabeza del cartel Lana del Rey, para así no tener dificultades en la asistencia". A partir de aquí, el castellonense tomó una única toma cada 15 minutos durante 24 horas ininterrumpidas. 96 imágenes en 8 carretes.
"Era todo un reto físico, porque no puedes parar a descansar. Yo cenaba a tramos. Pero además, fue un reto de creatividad, porque si por ejemplo tenía que ir al baño y había mucha cola se te pasaba el cuarto de hora y debías de pensar rápidamente en una toma. Así que no era una cuestión solo de no quedarse dormido, sino de lograr que el resultado de esas 96 fotos fueran fieles a la calidad y el lenguaje que buscaba", asegura Tena, quien además nunca antes había hecho un proyecto en un solo día, sus trabajos acostumbraban a hacerse a largo plazo.