MADRID (EP). El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) volverá a reunirse este jueves en Fráncfort para abordar la política monetaria de la zona euro, en una cita en la que no se espera que se produzca ningún anuncio pese a la incertidumbre en el mercado debido al Brexit, a Italia y a las tensiones comerciales, según el consenso de los analistas consultados por Europa Press. La actual estimación de la entidad presidida por Mario Draghi es que los tipos de interés no subirán "hasta al menos durante el verano de 2019", tal y como comunicó tras su reunión de junio.
De la misma manera, el banco central se encuentra en la fase final de su programa de expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), ya que desde este mes de octubre ha rebajado su volumen de compras hasta 15.000 millones de euros mensuales hasta diciembre, cuando terminarán. "Los riesgos a la baja son, simplemente, muy pequeños y muy prematuros para que el BCE altere sus previsiones", ha asegurado el economista jefe de ING Alemania, Carsten Brzeski. "Sería necesaria una interrupción severa del crecimiento, una escalada de la crisis italiana o unas tensiones comerciales con consecuencias tangibles en los mercados financieros para que el BCE cambie su curso", ha añadido. En este sentido, lo más probable es que la autoridad monetaria no tome ninguna decisión relevante el jueves, ni proporcione más indicaciones sobre su orientación a futuro.
"Hasta ahora, el diagnóstico del BCE ha sido que el balance de riesgo de la zona euro se mantiene neutral. Será interesante observar si esta visión evoluciona durante su próxima reunión, especialmente teniendo en cuenta los riesgos planteados, entre otras cuestiones, por la creciente crisis de Italia", ha apostillado el director global de renta fija de Allianz Global Investors, Franck Dixmier. A este respecto, el director de tipos, divisas y renta fija de Columbia Threadneedle Investments, Adrian Hilton, ha añadido que la ampliación del interés de los bonos italianos presenta cierto "riesgo de contagio" para los bancos nacionales, por lo que habrá que prestar atención para comprobar si el BCE "mantiene la confianza suficiente como para seguir describiendo los riesgos para el crecimiento como 'equilibrados'".
Una de las principales variables que Draghi y su equipo emplean en sus previsiones es la inflación. Así, han citado en numerosas ocasiones que el objetivo del BCE es que la inflación se mantenga "cerca, pero por debajo del 2%". Con arreglo a estas declaraciones, la interpretación preferida por el consenso del Eurosistema es que la tasa de inflación general tendrá que situarse en el entorno del 1,9%, mientras que la subyacente tendrá que escalar hasta el 1,7%.
Sin embargo, los datos de inflación de la eurozona proporcionados por Eurostat revelaron que la tasa de inflación general se mantuvo en el 2,1% en septiembre, debido a los precios de la energía, mientras que la inflación subyacente cayó al 0,9%. "El 'alza de la inflación subyacente' esperada por Draghi no parece estar a la vuelta de la esquina, lo que debería dar a las 'palomas' del Consejo de Gobierno del BCE todas las razones que necesitan para mantener de forma confortable su postura", ha explicado el analista de Monex Europe Bart Hordijk.
Los datos de inflación también son claves para el director de riesgos de Ebury, Enrique Díaz-Álvarez, ya que desde la última reunión "han sorprendido a la baja" al igual que el índice PMI compuesto de la eurozona, lo que debería provocar que sean de "particular interés" para la autoridad monetaria. "Hay deseos de normalizar los tipos de interés", ha adelantado el director de inversiones de Tressis, Ignacio Perea, quien ha añadido que los últimos datos de inflación "dejan al BCE en una situación de 'quiero y no puedo' de cara a la reunión de mañana".
Aunque los indicadores macroeconómicos no parecen respaldar una subida de tipos para el BCE, algunos analistas han apuntado a que debería empezar a preparar al mercado para un endurecimiento monetario. "Es importante que se inicie la subida de tipos cuanto antes, ya que, en caso de que los mercados sufrieran una nueva recesión y no se hubieran subido mucho los tipos de interés, el BCE no tendría herramientas suficientes para dinamizar la economía", ha especificado el analista de XTB Joaquín Robles.
Por tanto, sin ninguna sorpresa a la vista en lo que respecta a la subida de tipos de interés, el único aspecto novedoso que puede abordar la entidad con sede en Fráncfort es detallar qué ocurrirá una vez termine el programa de compra de activos en diciembre de 2018, de acuerdo al análisis realizado por la gestora de fondos de A&G Banca privada, Leticia Ontañón. A este respecto, el analista de política monetaria y tipos de interés de Ahorro Corporación José María Valle ha añadido que el BCE "podría debatir sobre la política de reinversión de vencimientos", con especial atención a una "flexibilización de las normas".
"Dada la incertidumbre política actual, la inestabilidad de los mercados y la ausencia de presiones inflacionistas, es posible que Draghi espere a diciembre", ha apostillado la economista jefa de Detusche Bank en España, Rosa Duce, en relación a cómo gestionará el BCE su compromiso de reinversión de la deuda. En cualquier caso, dado que no se producirá ningún cambio en la política de la autoridad monetaria, pese a que se produzca un énfasis en los nuevos riesgos o se debata la reinversión de la deuda, la analista de WisdomTree Aneeka Gupta ha asegurado que será un "evento neutral para el euro como divisa".