MADRID. Desde que comenzó la 'guerra comercial' entre Estados Unidos y China, ArcelorMittal y Acerinox son de las compañías que más han sufrido por su alta dependencia de los precios del acero. Ya el año pasado ArcelorMittal se dejó por culpa de ello un 32,9% en bolsa. La compañía sigue muy de cerca, por tanto, el conflicto comercial, motivo por el cual ha sufrido en bolsa la amenaza proteccionista y espera, con expectación, un pacto comercial. Y es que es un tema clave, puesto que cada vez que aparece alguna noticia esperanzadora sobre un acuerdo, la cotización de la compañía sube.
El tema es que casi el 50% de las ventas de ArcelorMittal proceden de Europa, y respecto a la zona en conflicto tiene el 21,4% de Estados Unidos y el 4,4% de Asia-Pacífico. Pero lo que está lastrando a la compañía no es esa cuestión, ya que no está demasiado expuesta, sino que la menor demanda de acero debido a la desaceleración de la economía mundial podría hacer que Europa protegiese y blindase a sus productores de acero añadiendo más aranceles al acero de China. Por tanto, las compañías más afectadas por la guerra comercial son aquellas expuestas a las materias primas y las industriales, con una importante presencia en Estados Unidos o China (no conviene olvidar que pocos sectores están más vinculados al crecimiento mundial que el del acero).
Sin embargo, es cierto que sus acciones subieron prácticamente un 30% desde los mínimos anuales que marcaron a mediados del mes de agosto. El motivo obedecía a los rumores sobre la posible venta de su negocio de construcción, que podría estar valorado en unos 700- 800 millones de euros, una operación que podría anunciarse en el cuarto trimestre y que podría reducir la deuda neta de este año fiscal en aproximadamente un 10%. Pero este fuerte rebote duró hasta mediados de septiembre, cuando ha vuelto a caer de nuevo.
Un apunte más: la demanda de acero se contrae, principalmente en el sector del automóvil y para ArcelorMittal -y para muchos otros fabricantes de acero-, la industria del automóvil ocupa el segundo lugar después del sector de la construcción en términos de ventas de acero.
Aunque sus acciones están baratas por PER y el consenso del mercado le otorga buena nota con un 65% a favor de comprar y un potencial al alza para los próximos 12 meses a los 20 euros, en mi opinión sigue siendo todavía arriesgado comprar y optaría por esperar. Miren, la demanda de acero se está viendo bastante lastrada desde que comenzó la guerra comercial. El enfriamiento económico origina que la producción se reduzca y se requiera menos acero para producir. Claro, mientras continuemos con la guerra comercial EE UU-China, esta situación no va a variar, de manera que en condiciones normales las compañías acereras seguirán débiles en bolsa.
Técnicamente hablando, si observan el gráfico, perder la línea negra que les he dibujado no le ayudaba precisamente, ya que se trata de un nivel de soporte formado en el 2017 que al ser puesto a prueba a principios de este año funcionó bien, al igual que luego en marzo; pero que al volver a ser tocado en mayo fue perforado (ya sabemos que un soporte, cuantas más veces es tocado, más fuerte es el movimiento de caída en el caso de que sea perdido).
Ismael De la Cruz es analista senior de Investing.com