Lugar: Ideo Dirección: C/ Ciudad de Onda, 18 Paterna (València) Metros cuadrados: 3.000m2 Año de inauguración: 1989 Trabajadores: 25-30
A esta altura del polígono Fuente del Jarro la calle desciende vertiginosa creando el señuelo de que esto, en lugar de Paterna, es San Francisco. Todo se desmiente al ver la higuera, receptora dando la bienvenida en las instalaciones de IDEO, el estudio y taller de interiorismo que, desde los años ochenta, ante la duda tomó la decisión de diseñar y producir. Hoy están detrás de todo un pull de restaurantes, de stands feriales y vivienda. La fórmula: 50% calle, 50% feria.
Las naves rodean la unidad del estudio, un edificio en el que tras superar la escalera invita a un espacio con connotaciones de redacción. Aquí diseño, aquí proyectos, aquí dibujo, aquí comercial, aquí marketing… aquí el huerto, aquí la mesa para comer junto a la higuera. Una ristra de palabras sobrevuela como nube: “autocad, 3D, illustrator, photoshop, presentaciones, creatividad, taller, reuniones, comprar, vender, mejorar y embellecer la vida, cabeza, codo, móvil, música, rotuladores de colores, boli bic, cobros, pagos, paciencia…”.
En la sala de muestras Miguel Ángel, uno de los responsables de proyectos, mira los centenares de objetos que convierten estas cuatro paredes en zona salvaje. “Me gusta sentar a los clientes en esta sala brava. La imaginación es muy peligrosa, aquí se puede tocar, es el sitio de las verdades”. Y una frase que pide frontispicio: “el mejor cliente es el que no sabe lo que quiere”. La certidumbre está sobrevalorada.
Los directores, Vicente Carrasco y Carlos Pinazo, van escalando las distintas plataformas que componen IDEO. Carrasco, de hecho, escala montañas en el tiempo libre. Comenzó -en la empresa- en los ochenta, cuando todo esto era solo una oficina en la Plaza del Ayuntamiento y se llamaban Estudi de Ambientació. Luego evolucionó en Integral de Obras para acabar siendo IDEO. Las pruebas de diseño que hizo Pepe Gimeno para su marca flanquean una de las paredes laterales.
Venir al polígono fue, refleja Carrasco, una manera de prescindir del ruido. “Nos sentimos más recogidos, es posible una distribución más democrática donde todo el mundo es responsable de sus proyectos y la gente está en permanente contacto visual”.
En la compañía primigenia ya estaba Javi Pastor (“dibujar, dibujar y de vez en cuando pensar”), cuya mesa, en el acceso, es toda una vorágine de dibujos. De su mano salen algunas recreaciones de lo que terminará siendo real. También salen las viñetas que, más al fondo, se ven en la zona de café. A tiza, dibuja casi diariamente su interpretación del momento, justo como el espacio editorial de un periódico.
Fotos: EVA MÁÑEZ.
Traspasar algunas puertas por alrededor de esta suerte de redacción es como entrar en pantallas diferentes. De repente esta sala repleta de madera. “Nos encantan los cabirones de madera, los tableros de madera; son el principio y el final, en el tablero y la luz, basta”.
En este otro cuarto, el despacho de Vicente Carrasco, donde una lampara Tolomeo y un cuadro de Genovés se llevan la gloria. La contribución cultural -con soporte a iniciativas como Intramurs- ha hecho que, en ocasiones, Ideo parezca una propia iniciativa cultural.
Una sentencia del arquitecto japonés Tadao Ando les sirve de principio poético: “El universo tiene muchas caras: es la base de la estética, la armonía y el equilibrio. Es el futuro y el pasado, por eso un diseño que pueda abordar esas condiciones se convierte en algo más que un diseño”.
Definitivamente este lugar es uno de aquellos espacios imprevistos donde la creación irrumpe, en pleno polígono, extendiendo la centralidad de la ciudad más creativa.
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